Por la calidad educativa

Muchas veces desde estas columnas hemos destacado la importancia de lograr en la Argentina los consensos necesarios sobre temas básicos que hacen al desarrollo del país y a su mejor futuro. La relevancia de construir una educación de calidad encabeza indudablemente la lista de lo que debieran ser políticas de Estado.

Para definir qué se entiende por calidad educativa partimos de lo que establece nuestra Constitución Nacional y la ley nacional de educación de 2006. Esta norma define a la educación como una prioridad nacional y establece que la responsabilidad "principal e indelegable de proveer una educación integral y de calidad para todos los habitantes es del Estado Nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires".

Entre otras disposiciones, la ley destaca la responsabilidad del Estado en la implementación de una política "para la toma de decisiones tendientes al mejoramiento de la calidad de la educación". En este sentido, según la misma ley dispone, es el Estado quien debe garantizar las condiciones materiales y culturales para que todos los alumnos accedan al aprendizaje de calidad, independientemente de su origen social o radicación geográfica.

La ley va más allá todavía al establecer que será el Ministerio de Educación, en acuerdo con el Consejo Federal de Educación, quien dotará a las escuelas de la infraestructura y equipamientos, debiendo priorizar a "aquellas que atienden a alumnos en situaciones sociales más desafavorecidas".

En definitiva, esa norma y otras vinculadas, como la ley de financiamiento educativo y la de los 180 días de clase, entre otras, aseguran la buena educación para todos como responsabilidad del Estado nacional y de los provinciales. Sumémosles a estas garantías que el Estado ha dado cumplimiento a la meta de destinar el 6 por ciento del PBI a la inversión educativa y que ha llevado adelante medidas acertadas en relación con el aumento de la matrícula, la construcción de nuevas escuelas, el Plan Conectar Igualdad de computadoras, etcétera.

Desafortunadamente, no siempre las normas tienen su correlato en la realidad. La Argentina enfrenta en la actualidad complejos problemas en un terreno tan estratégico como el de la educación. Aunque la nueva ley fija su obligatoriedad, uno de cada dos adolescentes no completa el secundario ni comprende lo que lee. Tampoco se da cumplimiento a la extensión de la jornada prevista por ley. Por otra parte, los exámenes internacionales de calidad educativa ubican a la Argentina en los últimos puestos y revelan una alarmante pérdida de posiciones dentro de América latina, región en la que ejercimos un claro liderazgo tiempo atrás.

Por todo esto, resulta sumamente auspicioso que hoy, en la Sala de Convenciones de la Universidad Católica Argentina, la Asociación Proyecto Educar 2050 lleve adelante el III Foro de Calidad Educativa con el lema "Todos por una mejor educación para la Argentina". Por tercer año consecutivo, autoridades, expertos nacionales e internacionales, políticos y representantes de organizaciones sociales presentarán experiencias, debatirán propuestas y evaluarán soluciones.

Bienvenidos los espacios que contribuyan a que los argentinos podamos afrontar con seriedad y compromiso el desafío de mejorar sustancial y decididamente la calidad de la educación como herramienta primordial para el desarrollo económico y social de la Nación que heredarán nuestros hijos..