"Por fin llego el dia"

Había pasado tan sólo un año de su mágico primer encuentro en un camarín del teatro Gran Rex, en noviembre de 2008, pero Michael Bublé (35) ya había tomado su determinación y estaba convencido del amor que nacía en su corazón. En la casa de Parque Chás y frente a toda la familia de su novia, Luisana Lopilato (24), haría la pregunta más importante de su vida. "Venía practicando todo el día cómo decir ‘¿Me quiero casar con vos?’, en español, pero no me llamó la atención porque siempre me preguntaba cómo se dice esto o aquello. Esa noche fuimos a comer y les decía a todos ‘Me quiero casar con Lu, me quiero casar con Lu’. ¡Todos nos reíamos creyendo que era un chiste! Él pensaba que lo estaba diciendo mal, hasta que en un momento se inclinó y le pidió mi mano a mi papá", le confesó a CARAS la actriz en su última producción antes de ser la "Señora de Bublé".

El jueves 31 de marzo quedó grabado a fuego en los corazones de ambas familias pero especialmente en el de Luisana y Michael. Tras dos años de una intensa relación en la que la tecnología jugó un rol fundamental ya que les ayudó a sobrellevar la distancia que les imponían las giras del cantante canadiense y los compromisos de la actriz, los enamorados dieron el sí. Fue en el segundo piso del Registro Civil Nº 1, en la calle Uruguay. Allí sellaron su unión ante la Ley en una ceremonia oficiada por el director del lugar, Dr. Alejandro Lanús.

El día había comenzado muy temprano para Luisana, que fue actualizando su cuenta de Twitter casi constantemente. El nerviosismo pudo más y a las cinco de la madrugada ya se encontraba despierta para comenzar los preparativos del día más importante de su vida. Junto a su mamá, Betty (48), su hermana mayor, Daniela (32), y su sobrina, Daira (6), terminó de definir los últimos detalles y salió para el Hotel Madero, donde se encontraba hospedada la familia de su novio. A las 10:30, los Bublé se subieron a una camioneta con destino al Registro Civil. El papá del cantante, Lewis, y el abuelo, Donald, escoltaron a la madre, Amber, y la abuela, Irlanda, mientras que su hermana actriz, Crystal, fue acompañada por su marido y su pequeña niña, y su otra hermana, Brandee, por su esposo y sus dos hijos.

Recién una hora más tarde, Luisana y Michael abandonaron el hotel con dos custodios. Con una sonrisa radiante, la joven no podía contener su alegría. "Estoy muy nerviosa. Este es el día más feliz de mi vida y por fin llegó. Es muy emocionante", dijo Lopilato antes de emprender su último viaje como soltera. A las 11:45, el Mercedes Benz negro llegó a su destino bajo un fuerte operativo de seguridad a cargo de Federico Perroti debido a la enorme cantidad de fans que se habían acercado a participar del mágico momento.

A pesar de su acostumbrada belleza, Luisana sorprendió a todos con su look, cuidado hasta el más mínimo detalle. "Lu" eligió un vestido de Sylvie Burstin de tul, con viso de satén plisado en tonos de lavanda, corte imperio, con detalle de tul y pailletes en el escote. El maquillaje, muy natural con ojos delineados en color negro y brillo rosa para los labios estuvo a cargo de Paola Dessaner y acentuaba el rostro angelical de la actriz.

El peinado suelto con extensiones para aumentar el volúmen, inspirado en un videoclip de Thalia, fue obra de Bebe Sanders La novia completó el look con unos delicados zapatos de color plata de Lonté y un ramo de orquídeas en tonos violáceos, que atrapó una fan de la actriz en la puerta del registro A pesar del protagonismo de Luisana, Michael no desentonó y lució un elegante traje de Dsquared, diseñado por una firma canadiense con sede en Italia, en cuyo bolsillo llevaba las alianzas de platino de Tiffany .

Una vez en el salón del segundo piso, los novios tomaron su lugar en el centro escoltados por los testigos de la pareja, sus hermanos, Darío (30) y Daniela, y Crystal y Brandee, quienes brindaron emotivas palabras a los novios La risas nerviosas y los murmullos retumbaban en el salón hasta que el pastor Pedro Rizzuto bendijo a los novios La breve ceremonia duró 30 minutos y tras firmar el libro de actas, la actriz y el cantante se convirtieron oficialmente en marido y mujer envueltos en un concierto de aplausos El más emocionado fue el padre de la novia, Eduardo, quien no podía parar de llorar.

Al dejar el lugar, tanto la familia como los invitados compartieron con CARAS su felicidad "Soy el mejor testigo del amor entre ellos Se me casó la más chiquita y mi cuñado es un gran tipo Es muy fuerte y muy profundo lo que siento Realmente estoy muy emocionado y ahora es momento de festejar Me traje lentes negros por si se me caía una lágrima durante la ceremonia", expresó Darío bajo la mirada atenta de su mamá "No podemos más de la felicidad Lloramos mucho porque este momento es hermoso para Luisana y la vemos más feliz que nunca ¿La síntesis de esta boda? Puro glamour", dijo Betty sin poder contener la emoción A la íntima ceremonia atendieron también un reducido número de amigos como Benjamín Rojas, Topa y Christian Sancho junto a su pequeño hijo, Gael La orgullosa abuela del novio no quiso quedarse afuera y también regaló dulces palabras a los recién casados "Estoy muy feliz con el casamiento Ella es un ser simplemente adorable", dijo en inglés.

Tras un saludo a la multitud que se había acercado al lugar, Luisana y Michael subieron al auto cubierto con pétalos de rosas rojas y partieron rumbo al country Nordelta, en la localidad de Tigre, donde realizaron una íntima reunión en los jardines de la casa, sellados con unas telas naranjas para que no se filtrara la mirada curiosa de los vecinos A las 18:30, los invitados comenzaron a retirarse para dejar a los novios vivir en la intimidad de su hogar la primera de las muchas noches que vivirán como marido y mujer.