Poder político y medios, una lección

La empresa editora, propiedad del supermillonario Rupert Murdoch , anunció que pasado mañana se publicará por última vez.

La decisión drástica intenta detener una tormenta que involucra al propio primer ministro británico. Sucintamente, el News of the World utilizaba métodos ilegales para espiar los teléfonos de soldados británicos muertos en Afganistán, sus parientes, además de políticos de la oposición y miembros de la realeza británica. Había sobornado a oficiales de Scotland Yard para tener información de primera mano sobre casos policiales, prostitución y pedofilia, por ejemplo.

La cuestión principal es el maridaje que se estableció entre Murdoch y el gobierno conservador británico de David Cameron . El ex editor del News of the World, Andy Coulson, en cuya gestión se puso en marcha la operación ilegal , fue empleado por el premier. Los otros diarios, comenzando por el prestigioso The Guardian, destaparon el caso y pidieron una investigación , que ahora el Parlamento aprobó, para mostrar los métodos ilegales de obtención de información.

Murdoch sacrificó el periódico para salvar otro objetivo más importante : el control de la televisión satelital, negocio que tiene el visto bueno de Cameron.

El escándalo es aleccionador en varios aspectos para el ejercicio del periodismo y la aplicación de reglas que hacen a su naturaleza , más allá de las coartadas políticas que se utilicen para anular esos mandatos.

Pero lo más importante es que desnuda la relación del poder político con Murdoch, uno de los contribuyentes importantes en la campaña electoral de los conservadores.

Esa imbricación de intereses subordina al periodismo a los objetivos políticos de sus mandantes y le da a esos medios una ¿sensación? de impunidad. Así se viola la ley y se participa de operaciones políticas y de propaganda para favorecer al Gobierno.