Piñas, espías y secretos afrodisíacos condimentaron el año
Escándalos, discusiones y peleas que terminaron a los cachetazos tuvieron lugar en 2010, un año que también incluyó papelones de tránsito.
En las altas temperaturas del mes de enero, la presidenta Cristina Kirchner subió el voltaje de los discursos al contar su teoría basada en que la ingesta de carne porcina "mejora las
vida sexual".
Ante la sorpresa de los empresarios de las Cámaras de entidades porcinas, la primera mandataria arremetió con su hipótesis y dijo que "comerse un cerdito a la parrilla" es mejor
que recurrir al "Viagra".
La Presidente, para reforzar su creencia, contó que comió un "cerdito riquísimo" traído de la provincia de Córdoba y que luego "anduvo todo bien" con su marido. "Kirchner me mata cuando llegue a Olivos", afirmó la jefa de Estado, entre risas.
Siete meses después, en agosto pasado, Cristina volvió a recibir a los integrantes de las Cámaras de la carne porcina.
Atentos a sus comentarios sobre el poder "afrodisíaco" del cerdo, los empresarios le llevaron como obsequio una pata de jamón de nueve kilos.
A mitad de año, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, fue víctima de su propio plan de scoring en la Ciudad de Buenos Aires.
El mandatario porteño debió pagar una multa de 135 pesos y sufrió el descuento de dos de los veinte puntos del scoring, luego de viajar sin casco como acompañante en una motocicleta.
El episodio tuvo lugar a principios de junio, cuando Macri llegaba tarde a los Tribunales de Comodoro Py, ya que el automóvil en el que viajaba se había quedado atascado en un
embotellamiento de tránsito.
En ese momento, Macri le pidió a un joven motoquero que lo alcanzara hasta Retiro, pero con el apuro se subió a la moto y no se puso casco. Lo curioso fue que cuando el jefe de Gobierno relató lo ocurrido, nombró al motoquero como "motochorro". "Me bajé (del auto oficial) y paré a un motochorro", fue el fallido de Macri.
El 2010 también tuvo historias de espías, que casi igualaron al porteño Ciro James, detenido por las escuchas ilegales en el Gobierno de la Ciudad.
En abril pasado, el ministro de Economía, Amado Boudou, denunció al diputado de Proyecto Sur Claudio Lozano por estar involucrado "en el robo de información" de su cartera, luego de
difundir un video en donde se veía a un asesor del legislador escondido en una de las oficinas del Palacio de Hacienda.
La situación dio lugar a infinitas interpretaciones sobre la filmación, en la que se mostraba al asesor de Lozano ingresar a una oficina del Ministerio por sus propios medios.
El diputado de Proyecto Sur rechazó las acusaciones y dijo que su colaborador Roberto Larrosa no estaba "escondido", sino que estaba "desarrollando reuniones" en el edificio.
"Le empezaron a gritar por los pasillos y lo detuvo la PolicíaFederal cuando estaba sentado en un escritorio", intentó explicar Lozano.
El año cerró más caliente de lo que había empezado, pero no se trató de consejos sexuales, sino de cachetazos limpios.
El 17 de noviembre último, durante una reunión de Asuntos Constitucionales, la diputada Graciela Camaño golpeó duro en la cara al kirchnerista Carlos Kunkel, luego de que éste lanzara críticas contra su marido, Luis Barrionuevo.
Luego de un cruce verbal, Camaño se acercó hasta donde estaba sentado Kunkel, que -sin mirarla- seguía con sus cuestionamientos a Barrionuevo.
Entonces, sin que el kirchnerista se lo esperara, la diputada cercana a Eduardo Duhalde mostró sus rápidos movimientos: con una mano lo acomodó y con la otra -abierta- le asestó una sonora bofetada.
El golpe fue transmitido en vivo y rápidamente recorrió el mundo a través de Internet y de los medios internacionales que reprodujeron el episodio.
Tras el escándalo, Camaño intentó transformar lo ocurrido en un eslogan para su campaña por la Gobernación de Buenos Aires: "Graciela pega fuerte en el Provincia".