Piloto pidió hablar con su mamá en pleno vuelo para que lo vea pasar
En pleno vuelo, Arias Pallares, un piloto de LAN, pidió hablar con su madre de Tucumán para que lo vea pasar. Escuchá el audio en DIARIOVELOZ.COM
El cariño de un hijo hacia su madre no lo fragmenta ni siquiera miles de metros y el lunes aconteció un claro ejemplo.
En pleno vuelo, José Alejandro Arias Pallares, piloto de LAN, habló con la torre de control del Aeropuerto Benjamín Matienzo para solicitarle un favor. “Buenos días, caballero. No sé si le puedo pedir un servicio muy personal”, dijo el hombre. Tras el saludo, desde la torre de control le preguntaron qué sucedía, y Pallares continuó: “Podía solicitarle si pueden comunicarse con mi madre, para avisarle que salga a verme. Estoy pasando por Tucumán”.
Finalmente, durante la charla con el controlador aéreo local, el aviador dictó el teléfono de la casa de su familia y dio precisiones sobre el punto donde se podía observar la nave.
Olga, la madre, comentó que es frecuente que su hijo le haga llegar esos mensajes cuando pasa por Tucumán. Una vez que recibe el llamado telefónico, la mujer sabe lo que debe hacer: salir al patio de su vivienda y aguzar la vista en el firmamento. Desde hace cuatro años, el tiempo que no ve cara a cara a su hijo, esa fugaz e inconstante rutina ha sido el único modo de conexión entre ellos.
"El lunes no pude verlo, ya que había mucha nubosidad, pero otras veces sí, especialmente de noche. El nació y creció en Tucumán hasta los 17 años, cuando decidió irse a Lima, donde antes habíamos vivido. Primero trabajó en la televisión y luego estudió para convertirse en piloto: con 34 años, es uno de los más jóvenes de la empresa LAN", describió la mujer.
En pleno vuelo, José Alejandro Arias Pallares, piloto de LAN, habló con la torre de control del Aeropuerto Benjamín Matienzo para solicitarle un favor. “Buenos días, caballero. No sé si le puedo pedir un servicio muy personal”, dijo el hombre. Tras el saludo, desde la torre de control le preguntaron qué sucedía, y Pallares continuó: “Podía solicitarle si pueden comunicarse con mi madre, para avisarle que salga a verme. Estoy pasando por Tucumán”.
Finalmente, durante la charla con el controlador aéreo local, el aviador dictó el teléfono de la casa de su familia y dio precisiones sobre el punto donde se podía observar la nave.
Olga, la madre, comentó que es frecuente que su hijo le haga llegar esos mensajes cuando pasa por Tucumán. Una vez que recibe el llamado telefónico, la mujer sabe lo que debe hacer: salir al patio de su vivienda y aguzar la vista en el firmamento. Desde hace cuatro años, el tiempo que no ve cara a cara a su hijo, esa fugaz e inconstante rutina ha sido el único modo de conexión entre ellos.
"El lunes no pude verlo, ya que había mucha nubosidad, pero otras veces sí, especialmente de noche. El nació y creció en Tucumán hasta los 17 años, cuando decidió irse a Lima, donde antes habíamos vivido. Primero trabajó en la televisión y luego estudió para convertirse en piloto: con 34 años, es uno de los más jóvenes de la empresa LAN", describió la mujer.