Pichetto: "En la oposición lo único con poder es Macri"
El legislador Pichetto fue muy crítico con la oposición. "Muchos de los voceros de esos micromundos mentirosos siguen ahora apareciendo en pantalla como si nada hubiera pasado", sentenció. Aseguró que desde el gobierno no se piensa en reformar la Constitución para posibilitar la reelección indefinida.
En el marco de la veda electoral nos dijo que el Frente para la Victoria ganaría con el 50%, ¿cuándo percibió que llegarían a ese nivel y por dónde se enteró?
–Primero, estaba convencido de que estábamos en el 45%. Luego, en el borde de las urnas, por reflexión propia, datos, me di cuenta de que íbamos por el 50%. Tres días antes tenía claro que estábamos ahí. En realidad también me acerqué a ese convencimiento por el estilo que aplico para leer la política, para reflexionarla. La leo muy ajeno a los micromundos en que construyen visiones, opiniones, configuran escenarios, siempre frenéticamente, desde discursos únicos, verdades sostenidas, expresadas concretamente, en términos absolutos e irreductibles... todo un mundo construido por medios de escala nacional –no todos los medios–, sociólogos, politólogos, encuestadores, que arman realidades que no tienen nada que ver con la realidad pero igual la trasladan a la sociedad, le bajan línea con absoluto desprecio de toda otra lectura que les indique lo contrario. Un micromundo que confundía sus propios deseos con la realidad. Ese micromundo no me es propio. Miré la elección desde la gente sencilla, interrogándome sobre las mayorías a las cuales ese micromundo no interroga... el barrio, concretamente. Y de esas lecturas extraje que ganábamos muy bien. Creo que esta elección reveló muchos mundos que seguramente la historia se encargará de analizar, claro que con el tiempo.
–¿Qué mundo, por ejemplo?
–Muchos de esos micromundos son nada más que predicadores de la mentira que responden a intereses que no piensan en términos generosos, abiertos, de un país integrado, con mayor justicia social. Mintieron, intentaron confundir; durante más de un mes dijeron –por caso– que la gente no iría a votar, que no sabía qué tenía que votar. Pero la gente fue a votar y fue mucha y eligió qué votar. Muchos de los voceros de esos micromundos mentirosos siguen ahora apareciendo en pantalla como si nada hubiera pasado... nada de autocrítica. Para ellos, ningún código de ética. Hablan, hablan, pontifican, pontifican. A mí no me disgusta el contrapoder, la crítica que es natural en el ejercicio de los medios, pero sí me parece grave que mientan. Algunos medios bordean la posibilidad de no tornarse creíbles, la abonan incluso mostrando futuros apocalípticos, tenebrosos.
–¿Habló con la presidenta luego de las elecciones?
–Sí, me llamó el lunes para agradecer el esfuerzo que habíamos hecho en Río Negro.
–¿Repiten el porcentaje en octubre?
–Ganamos en primera vuelta y bien, cómodos.
–Si esto es así, ¿a quién ve configurado como poder político real en la oposición?
–Mauricio Macri. Tengo la impresión de que el resto se va a la historia en la noche del 23 de octubre. Macri, en cambio, mantuvo el poder en un escenario importante –la Capital Federal– y es por donde se lo mire la oposición, lo único con poder real.
–¿Y Binner?
–Es muy prematuro intuir cuánto poder puede construir más allá de lo puntual y, además, reproducir para el largo plazo. Es una figura razonable.
–¿Qué es una figura razonable en política?
–Razonable.
–Vuelvo a la pregunta.
–Razonable, con fundamento para obtener lo que obtuvo. A mí me parece que la oposición se levantará desde otro plano ideológico: la derecha con Macri a la cabeza.
–¿Y Eduardo Duhalde?
–Me parece que camina hacia el fin de su ciclo. Y me da pena, sí, sí.
–En política la pena por la suerte del adversario suele ser poco importante, sostenía Bismarck.
–Me da pena porque fue un presidente importante en un momento muy grave del país. Me hubiese gustado más verlo como ven los americanos a sus ex mandatarios: escribiendo, reflexionando, colocándose por fuera de las batallas políticas para incluso influir en ellas desde la voz de la experiencia. Pero ahí está: derrotado en... en...
–"En arrabales últimos", diría Borges. ¿Y Ricardo Alfonsín?
–Acá estamos ante otra cuestión: su ciclo no comenzó nunca. Es una gran frustración para el radicalismo.
–Si en octubre el gobierno gana con la contundencia que usted señala, ¿qué temas contiene la agenda del gobierno para ese eventual próximo gobierno?
–Iniciativas que hagan a seguir colocando a la Argentina en el crecimiento económico, la dignificación de la vida de todos los argentinos. En todo caso, más en función de lo hecho y de temas pendientes. Debe quedar claro que la agenda la marca la presidenta.
–¿Qué autonomía tiene en esta materia el Congreso?
–Por supuesto, la que le es natural: proponer. Pero, en es
e marco, le responde desde el espacio que integro: el oficialismo. O sea, gestionamos en consonancia con la agenda presidencial. Opinamos, sugerimos, enriquecemos un tema, etcétera, pero en esa línea. Acá hay, por parte de algunos sectores, una visión voluntariamente distorsionada de cómo debe funcionar el oficialismo parlamentario: aquí y en el mundo entero acompaña las iniciativas del bloque de poder al que pertenece... reflexiona, sugiere... ya lo dije, pero acompaña.
–¿Habrá una nueva ley de Entidades Financieras?
–En principio no lo tengo definido por la presidenta. Sí lo tengo, por darle un caso de iniciativas, para la ley de Tierras que fija limitaciones para la compra de suelos en tierras productivas. De todas maneras no descarto, es más, es seguro que en nuestro próximo gobierno se trabajará sobre legislación en temas financieros.
–¿Cree que es necesario trabajar en una nueva ley de Entidades Financieras?
–No lo veo como un tema puntual, de tratar ya, pero admito que debe ser reflexionado a la luz de las necesidades de continuidad de la política económica de crecimiento, del rol del Estado, del superávit fiscal. Sin duda que durante estos años los bancos han hecho una sólida acumulación de capital y esto debe servir como punto de reflexión para mejorar políticas crediticias. En general los bancos trabajan en el corto plazo y articulando mucho de su política a la tarjeta. Tengo la impresión de que a medida que se siga consolidando el crecimiento de la economía deberán mejorar su protagonismo en materia de crédito a largo plazo.
–Por estos tiempos, al menos en algunos de los entramados del kirchnerismo, especialmente en planos profesionales, técnicos, se señala que es necesario volver a un proyecto: el impuesto a la renta potencial de la tierra. Todo en función, claro está, de la avidez de alimentos que tiene el mundo. ¿Alentará el gobierno un proyecto en esa dirección?
–Es un tema interesante en tanto se recaudaría sobre tierras sin producir que están en muy pocas manos y en zonas muy buenas. Pero no conozco que exista una iniciativa oficial en esa materia, lo cual no quiere decir que no se motorice en algún momento.
–¿Puede asegurar que el gobierno no intentará –si gana en octubre– reformar la Constitución nacional para una re-reelección de la presidenta?
–Absolutamente. Ése es otro cuco que intentan meter algunos planos de la oposición y los micromundos que les dan letra. Lo que no pueden ganar en las urnas apuestan a ganarlo inyectando miedo con mentiras destinadas a meter miedo: que nos queremos quedar para siempre en el poder. No saben confrontar democráticamente, entonces apelan al miedo, a la mentira.
–En materia de confrontar, el gobierno tiene un discurso que coloca rápidamente todo lo distinto afuera de su esfera de consideración.
–Ante el acoso desmedido, la agresividad de gente como Biolcati o Elisa Carrió y muchos otros, la presidenta, el gobierno, defiende sus convicciones. Todos tenemos que revisar mucho de nuestro derrotero en materia de cómo nos relacionamos en política. Carrió, por caso, deberá preguntarse por qué la rechaza el 97% de los argentinos... deberá preguntarse si su esquema de agravios desde el cual articuló su discurso le fue útil. Para ella vale todo. Así le fue. Mire, le doy un dato: en el 2007 ninguno de sus adversarios en la elección a presidente llamó a la ganadora –Cristina– para saludarla.
–No sucedió ahora.
–Es cierto. Pero ese 2007 expresó resentimientos, carencia de estilo, de elegancia.
–¿Cómo define el promedio de los argentinos en términos de decisión de sufragio?
–No puedo hablar por todos los argentinos. Me parece que quien nos votó expresó mucha percepción y votó en relación con intereses muy concretos, de procesos que le permitieron mejorar su calidad de vida. La regla: nadie vota en contra de sí mismo. Además, la elección demostró que fracasaron las campañas de algunos sectores de la oposición de meter miedo mediante determinados hechos cuya responsabilidad nos quisieron acreditar. El valor ético no es el único eje de una decisión electoral. El infierno anunciado no es negocio. Y, si no, que lo diga Carrió.