Picada Política: Los argentinos no estamos verdes, ¡estamos "negros"!

Pablo Ezequiel Ferrari

pferrari@diarioveloz.com

@pabloeferrari

Una nueva semana pasó y los grandes protagonistas fueron el papa Francisco, que logró acaparar esta sección por segunda semana consecutiva, y el dólar, esa "verde" obsesión que en estos días agarró la escalera "mecánica" al cielo y metió un pico en su precio y en la presión de varios funcionarios nacionales.

Lo mejor: Quedó más que claro que "Pancho" no tuvo nada que ver

Una vez conocida la elección de Jorge Bergoglio como el Papa Francisco, algunos sectores reflotaron una supuesta imagen "oscura" del exArzobispo de Buenos Aires, involucrada con la última dictadura militar y su responsabilidad en el secuestro de religiosos.

Primero fue el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, que negó rotundamente que Bergoglio tuviera algún tipo de relación con la dictadura, por lo que el papa lo recibió en una audiencia, y luego vino el valioso testimonio del jesuita Francisco Jalics: "Estos son los hechos: Orlando Yorio y yo no fuimos denunciados por Bergoglio".

"Antes me inclinaba por la idea de que habíamos sido víctimas de una denuncia. Pero a fines de los 90, después de numerosas conversaciones, me quedó claro que esa suposición era infundada", añadió el jesuita.

Más claro echale agua... bendita.

Lo peor: Así dan menos ganas de pagar los impuestos... ¡Hasta indigna!

Ya de por si recibir una boleta para pagar algún impuesto genera escozor, y si se suma que tuvo algún aumento, ya aparece la bronca. Ahora bien, si la factura se corona con la frase "haga Patria, mate a un judío", ya es indignante.

En el municipio de General Campos, de la provincia de Entre Ríos, la boleta de los impuestos municipales llegó con esa frase "alusiva" a un antisemitismo retrógrado y que hasta produce asco. Obviamente las asociaciones judías y los institutos contra la discriminación condenaron enérgicamente esta "canallada", que es cien por ciento repudiable.

¡Marche un "INADI" para Entre Ríos!

La frase de la semana: Más que una frase, ¡qué diálogo!

Cristina: "Ay, no, no puedo tocarlo"

Francisco: "Sí, puede tocar, puede..."

Cristina: "¿Puedo tocar? Bueno, gracias"

Luego Francisco le da un beso, a lo que Cristina dijo: "Nunca un Papa me había besado"

(El diálogo entre la Presidente de la Nación y Su Santidad en su encuentro privado)

El personaje de la semana: El dólar, esa verde obsesión...

Que el personaje de la semana sea un "papelito" verde es un síntoma de la tan mentada "argentinidad al palo". La moneda "imperialista" le causa varios dolores de cabeza al Gobierno Nacional, y pese a las ideas conspirativas, en la Argentina tenemos, al menos, cuatro dólares: el oficial, el turista, el negro y el fuga.

Esta semana, el famoso dólar "negro", que es ilegal y se consigue en cuevas, y no la de las cavernas, técnicamente se remontó a la estratósfera, al acusar en la "balanza" la módica suma de 8,75. Aunque se diga que ese mercado es "muy pequeño" comparado con el dinero que se mueve por el dólar oficial, lo cierto es que el ciudadano común, como vos o como yo, para acceder a un "Franklin" no vas a conseguir en ningún lugar que te lo vendan a 5,11.

¿Qué pasará con el dólar? Solo "Francisco" sabe...

La "Biblia": Cada día más santo

Los gestos de Francisco, aunque son costumbre para nosotros, siguen sorprendiendo y emocionando al mundo entero.

Durante su asunción, Su Santidad rompió no solo el protocolo sino la tranquilidad de su propia seguridad para bajarse del "jeep papal" y saludar a una persona enferma con una impresionante historia de vida que luego se dio a conocer. En ese sentido, "Chiche" Gelblung entrevistó a Ezequiel Martínez, el hombre que le pidió una desesperada ayuda al entonces cardenal Bergoglio en Plaza de Mayo, y con el desafío de por medio de terminar el secundario, el Papa terminó por regalarle una casa para él y toda su familia.

También podemos sumar la profunda emoción que le causó al Papa recibir la camiseta "especial" que le envió el club de sus amores, San Lorenzo, o la imagen de Francisco, en la última fila de una misa que estaba celebrando, para orar junto a los asistentes.