¿Peronistas kirchneristas?
*Por Jack Nahmías. Las efemérides cumplen la función de evocar un acontecimiento o un hecho con la intención de reanimar y reconstruir el relato histórico en la memoria colectiva.
En el almanaque peronista, las elecciones del 11 de marzo de 1973 anunciaron el final del gobierno de Lanusse y el inicio de una nueva etapa en Argentina.
El peronismo volvía a participar institucionalmente de las elecciones a través del FREJULI con la fórmula ungida por Perón dada su proscripción: Cámpora- Solano Lima.
La juventud fue uno de los principales actores políticos que protagonizó el arribo de dicho proceso pero su lugar no lo ocupó específicamente dentro del Justicialismo. Por el contrario, consideraban que el proyecto político transformador no podía desarrollarse al interior de las rígidas estructuras partidarias. Su efervescencia no podía acotarse a los límites del partido.
La movilización política social y cultural debía trascender el corsé justicialista y sólo así, podía tener un carácter fundacional.
La consigna coreada por los jóvenes Cámpora al gobierno, Perón al poder, señalaba el camino hacia la liberación nacional proyectándolos en la herencia política.
Esta breve y apretada introducción es a los efectos de reflexionar acerca de dos cuestiones enlazadas entre sí que atraviesan al peronismo de la provincia de Buenos Aires en particular y su devenir histórico en general.
En el primer caso, se trata de una tensión contenida entre lo que podemos denominar el kirchnerismo peronista y los peronistas kirchneristas.
Una situación en la que subyace una diferencia política-conceptual factible de sintetizar de la siguiente manera: el primero es producto de la concurrencia de un conjunto de tradiciones políticas y culturales, que expresa una pluralidad de voces capaz de movilizar intelectuales y jóvenes a integrarse de manera activa a la política. Su aparición significó un punto de inflexión en la política nacional y desde el inicio manifestó un carácter fundante.
Para el peronista kirchnerista en cambio, el kirchnerismo es una expresión más de las que puede ser capaz de producir el peronismo en diferentes etapas históricas, tal como pudo ser la Renovación o el menemismo. El peronista kirchnerista sitúa ese momento fundante en la figura de Juan Domingo Perón y en la historia recorrida por el peronismo, mientras que el kirchnerista peronista, si bien no se aparta de la liturgia y los íconos partidarios, los mantiene a una distancia prudencial, ya que a su entender, el PJ por si mismo, es incapaz de producir en el presente una síntesis política superadora, aunque le reconocen la necesidad de contar con su "aparato", al menos en esta instancia electoral.
La segunda cuestión refiere a un tema que atraviesa históricamente al peronismo: la herencia
política. Perón siempre estimuló a los jóvenes a ser partícipes de su propio destino. Desde el mensaje a la juventud del año 2000 que fuera enterrado en Plaza de Mayo en 1950, hasta afirmar que "cada uno de nuestros muchachos lleva el bastón de mariscal en la mochila y el futuro le pertenece". La juventud ocupó un lugar relevante pero ese trasvasamiento generacional nunca pudo materializarse como herencia política y en los últimos días de su vida Perón depositó en el pueblo.
La muerte de Néstor Kirchner puso de manifiesto una vuelta de los jóvenes a la política. Se recuperó la credibilidad social y el entusiasmo perdido. Los jóvenes comenzaron a asumir responsabilidades de Estado.
Quedará pendiente saber si el candidato a vicepresidente será o no un joven que vuelva efectiva la pretendida herencia.