Peritos de la ONU llegan a Libano tras fin de inspección en Siria
La ONU finalizó hoy sus peritajes y partieron hacia el Líbano.
Está previsto que la misión -que ingresó al Líbano por la frontera este de Masnaa escoltada por fuerzas de seguridad locales- se dirija al aeropuerto internacional de Beirut, desde donde abandonará la zona, informó la agencia EFE.
Lo mismo hizo ayer la representante de la ONU para el Desarme, Angela Kane, quien hoy se reunirá con el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, para reportar sobre el trabajo de los inspectores.
La misión abandonó el hotel de Damasco esta madrugada, luego de pasar cuatro días investigando en la periferia de la capital las denuncias cruzadas de los insurgentes sirios y el gobierno de Bashar Al Assad, que se acusan mutuamente de haber utilizado armas químicas en un ataque en el que murieron más de mil personas.
El grupo de peritos arribó a Siria para investigar otras zonas por denuncias previas y cuando se encontraba en el territorio ocurrió este último ataque y consiguió la autorización para ingresar a esa zona con protección de los insurgentes.
Durante las inspecciones visitaron hospitales en donde dialogaron con médicos y pacientes y la zona del presunto ataque, donde tomaron muestras del terreno.
Estuvieron en el hospital militar de Damasco y en las localidades de Muadamiya, Zamlaka y Ain Tarma, controladas por la oposición.
La misión tenía previsto entregar hoy un informe preliminar ante la ONU, pero Damasco se opuso a que se den a conocer resultados incompletos.
Martin Nesirky, vocero de la ONU, precisó que en cuanto termine el proceso científico, "lo antes posible", difundirán un primer informe y luego seguirán chequeando el resto de las denuncias para entregar un "informe final completo".
El gobierno sirio rechazó ayer cualquier informe parcial y pidió que los científicos cumplan con su misión completa en Siria y que también investiguen las zonas en las que sus soldados se vieron afectados por gases tóxicos.
Además criticaron las declaraciones que ayer realizó Estados Unidos país al que acusaron de presentar pruebas falsas contra Siria basadas en datos proporcionados por la oposición.
Según un informe de los servicios de inteligencia de Estados Unidos difundido simultáneamente con un discurso del Secretario de Estado, John Kerry, fallecieron 1.429 personas, de las cuales 426 eran niños.
El gobierno sirio descalificó por "falsas" las pruebas que sustentan ese informe, y afirmó que se basan en los datos de los activistas armados y de la oposición destituyente, a los que acusa de haber provocado la tragedia.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores sirio se mostró ayer "sorprendido de que una superpotencia engañe a su opinión pública de esta manera ingenua y sin pruebas", y subrayó que la acusación vertida por Kerry es "nula y sin efecto".
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama había precisado antes que "no estamos considerando un compromiso militar indefinido", ni "el envío de tropas" -aclaró- en medio de la creciente expectativa mundial sobre la anunciada intervención militar en Siria.
Lo mismo hizo ayer la representante de la ONU para el Desarme, Angela Kane, quien hoy se reunirá con el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, para reportar sobre el trabajo de los inspectores.
La misión abandonó el hotel de Damasco esta madrugada, luego de pasar cuatro días investigando en la periferia de la capital las denuncias cruzadas de los insurgentes sirios y el gobierno de Bashar Al Assad, que se acusan mutuamente de haber utilizado armas químicas en un ataque en el que murieron más de mil personas.
El grupo de peritos arribó a Siria para investigar otras zonas por denuncias previas y cuando se encontraba en el territorio ocurrió este último ataque y consiguió la autorización para ingresar a esa zona con protección de los insurgentes.
Durante las inspecciones visitaron hospitales en donde dialogaron con médicos y pacientes y la zona del presunto ataque, donde tomaron muestras del terreno.
Estuvieron en el hospital militar de Damasco y en las localidades de Muadamiya, Zamlaka y Ain Tarma, controladas por la oposición.
La misión tenía previsto entregar hoy un informe preliminar ante la ONU, pero Damasco se opuso a que se den a conocer resultados incompletos.
Martin Nesirky, vocero de la ONU, precisó que en cuanto termine el proceso científico, "lo antes posible", difundirán un primer informe y luego seguirán chequeando el resto de las denuncias para entregar un "informe final completo".
El gobierno sirio rechazó ayer cualquier informe parcial y pidió que los científicos cumplan con su misión completa en Siria y que también investiguen las zonas en las que sus soldados se vieron afectados por gases tóxicos.
Además criticaron las declaraciones que ayer realizó Estados Unidos país al que acusaron de presentar pruebas falsas contra Siria basadas en datos proporcionados por la oposición.
Según un informe de los servicios de inteligencia de Estados Unidos difundido simultáneamente con un discurso del Secretario de Estado, John Kerry, fallecieron 1.429 personas, de las cuales 426 eran niños.
El gobierno sirio descalificó por "falsas" las pruebas que sustentan ese informe, y afirmó que se basan en los datos de los activistas armados y de la oposición destituyente, a los que acusa de haber provocado la tragedia.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores sirio se mostró ayer "sorprendido de que una superpotencia engañe a su opinión pública de esta manera ingenua y sin pruebas", y subrayó que la acusación vertida por Kerry es "nula y sin efecto".
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama había precisado antes que "no estamos considerando un compromiso militar indefinido", ni "el envío de tropas" -aclaró- en medio de la creciente expectativa mundial sobre la anunciada intervención militar en Siria.