DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Peligrosos asaltos a trenes con carbón

Los permanentes ilícitos que se producen con los asaltos a trenes con carbón, han motivado que la empresa ferroviaria haya decidido que las formaciones circulen de noche o en horas de la madrugada. Pero aún así se repiten los hechos delictivos. Se conocen, también, los lugares donde los trenes son más frecuentemente atacados.

El problema tomó mayor trascendencia en mayo de 2006, cuando un chico de 14 años perdió la vida y otros dos resultaron heridos durante una intervención policial.

A pesar de ello, los asaltos a trenes que transportan carbón de coque en zonas de Luján y de Maipú continúan en forma ininterrumpida y ha obligado a la empresa permisionaria del ferrocarril a modificar los horarios de transporte: ahora lo hacen de noche o en horas de la madrugada.

El carbón de coque es un producto residual de la destilación y refinación del petróleo en la destilería. Se trata de un elemento de alta toxicidad por lo cual no puede ser utilizado para la calefacción de hogares, sino que es derivado para el quemado en los hornos de ladrillo o fundiciones.

De ello se deduce que los asaltos que se producen para el robo del combustible no se realizan por una necesidad generada por el frío durante la temporada invernal, sino que es un hecho delictivo cuyo objetivo final es lograr un beneficio económico con la venta.

Quienes ejecutan ese tipo de hechos no miden las consecuencias del daño físico que pueden producir. A modo de ejemplo podemos señalar que en setiembre del año 2000 y en sólo una semana se produjeron cuatro descarrilamientos, situación que se repitió en los años posteriores y que en 2002  generaron una batalla campal entre vecinos de una villa ubicada en la zona del Bajo Luján, que dejó a 18 policías heridos.

El año pasado, los descarrilamientos fueron ocho, aún a pesar de que cada una de las formaciones circulaban custodiadas por agentes del orden, mientras dos móviles policiales los seguían de cerca. En uno de los casos, la afectada fue una formación de 40 vagones, que transportaba 40 mil toneladas de carbón.

Para concretar sus objetivos, los asaltantes aflojan las uniones de los rieles, lo que provoca que la presión ejercida por el tren rompa las bridas que enganchan los vagones. Se informó también que, tiempo atrás, mientras una de las cuadrillas de operarios trabajaban en la reparación de las vías, un grupo de vecinos se encargó de robar parte de las herramientas especiales, las que fueron luego utilizadas para provocar los descarrilamientos.
 
Otra de las metodologías consiste en arrojar piedras para que rompan los vidrios de la máquina e hieran a los maquinistas (lo que ha motivado una denuncia de parte del gremio que los nuclea) o cortan las mangueras de los frenos y cierran los grifos, lo que provoca que el tren se frene automáticamente.

De acuerdo con las autoridades ferroviarias, dos son los sectores críticos, donde se producen los asaltos. El primero en las cercanías de Perdriel y el restante en Gutiérrez, Maipú, lugares en los que familias enteras detienen a la fuerza a la formación para hacerse de parte de la carga.

También indicaron que las pérdidas que sufre la empresa son importantes, no sólo por la carga que transporta, sino por la reparación de vagones y máquinas, cuando se producen los descarrilamientos o el arreglo de vía, cuando son modificadas para detener las formaciones.

Es urgente la adopción de medidas que tiendan a frenar este tipo de situaciones. Se conocen los lugares donde se producen los ilícitos y se debe actuar con el cuidado necesario para evitar hechos como los ocurridos.

La decisión de la empresa, de establecer los recorridos en horarios nocturnos es valedera, pero hacen falta otros tipos de medidas preventivas, porque lo que está en juego no es un mero daño económico, sino la vida de las personas que circulan en los trenes y de quienes los asaltan para cometer los ilícitos.