Peligrosa relación: el primo de Mangeri, testigo falso en la Masacre de Pompeya
En crímenes cerrados como el de la adolescente de Palermo, siempre vale conocer la historia familiar del imputado.
Nuestras abuelas decían: "Algunos familiares mejor perderlos que encontrarlos". Y ya que estamos, con los que bajaron de los barcos escapando de la guerra y la hambruna. Quizás las nuevas generaciones no registran que cuando la Argentina se poblaba de inmigrantes, familias enteras que llegaban al puerto eran registradas por los agentes de inmigración como les salía escribir el apellido. Un caso en primera persona: desde que se hicieron populares las redes sociales, aparecieron siete familiares distribuidos entre la Argentina y Uruguay con diferentes escrituras del mismo apellido Boimvaser.
Cada agente de inmigración anotaba a su antojo el apellido y por eso del mismo tronco familiar aparecieron varios registros diferentes, y así los nietos de aquellos inmigrantes nos llamamos diferente aunque tenemos el mismo origen.
¿Qué tiene que ver esto con el caso Ángeles Rawson? Vale la explicación de los apellidos porque acaba de aparecer en escena un primo de Jorge Mangeri, que no lleva exactamente el mismo apellido, pero tampoco se trata de un parecido ni una mera aproximación.
Los investigadores querían saber la historia familiar sanguínea de Jorge Mangeri, quiénes eran sus padres, hermanos o primos, conocer sus hábitos y costumbres, antecedentes familiares y todos aquellos detalles que puedan trazar un perfil, a fin de poder desentrañar la personalidad del principal imputado en el crimen de Ángeles Rawson.
Parecía que la misión fracasaba, que Mangeri era como un E.T. caído a la Tierra y no un ser humano nacido de un repollo como cualquiera de nosotros.
Hasta que alguien tocó la puerta de un comisario en actividad, a quien conocía pues venía colaborando con la policía desde hace años, y le confesó:
"Jorge Mangeri es mi primo, pero hace años que no lo veo".
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida... cantaba el panameño Rubén Blades y como no vivimos anestesiados por la realidad, nos dio una sorpresa, fuerte, grossa (como dicen los chicos).
Rubén Oscar Maugeri, el primo, con "u" en lugar de "n" por esas licencias que se tomaban los empleados de inmigraciones para escribir los apellidos a su antojo, no es un personaje desconocido en la historia criminal de la Argentina, y mucho menos una palomita blanca cuando tuvo que declarar ante la justicia por un homicidio múltiple y una historia sucia urdida entre policías y ladrones.
Rubén Oscar Maugeri -el primo-, fue el testigo falso en lo que se conoce como "la masacre de Pompeya", que el cineasta Enrique Piñeyro llevó al cine en el documental llamado "El Rati Horror Show.
Fernando Carrera era un comerciante sin antecedentes penales que un día se vio involucrado en una trama pesadillesca que parece haber salido de la imaginación de Frank Kafka.
La masacre de Pompeya: tres personas muertas, una conspiración de policías junto a civiles de esos que llaman "propia tropa" (colaboradores o buchones da igual) y el propio Enrique Piñeyro que no sólo se hizo cargo del film sino que además presentó pruebas sobre la inocencia del condenado, Fernando Carrera.
Entre los que aseguraron haber visto a Carrera escapando armado a la persecución policial y fue imputado por falso testimonio está el primo del portero de Palermo.
Rubén Oscar Maugeri fue testigo falso en el juicio, y posteriormente se conoció su vínculo directo y personal con los policías de la comisaría 34, pues Maugeri respaldó la acusación contra Carrera siendo titular de la Asociación Amigos de la Comisaría 34, un grupo de vecinos comerciantes de Pompeya que colaboraba con esa seccional policial, nunca se supo bien si chantajeados para no sufrir robos o por propia voluntad. Estas "asociaciones" o "cooperadoras" de vecinos y comerciantes a favor de la comisaría del barrio siempre están sometidos a esa sospecha: si colaboran por voluntad propia o son apretados por las brigadas para hacerlos que pongan dinero en su favor.
Maugeri era la cabeza de esa organización paravecinal de apoyo a la comisaria 34 y fue uno de los grandes mentirosos en el juicio que condenó a Fernando Carrera.
El primo de Jorge Mangeri aún sigue protegido por la policía y nadie puede saber aún si aportó alguna información útil para conocer algo más sobre la personalidad del imputado por el crimen de Ángeles Rawson.
Su aparición en escena no modifica en absoluto el rumbo de la causa, pues es un familiar con el que el portero no tenía vínculo desde hace tiempo. Al menos eso dice el personaje del "Rati Horror Show". Habrá que ver si en esta ocasión también miente o dice la verdad. Quizás sepa cuestiones que permitan redondear la personalidad de este extraño personaje imputado y sin posibilidad de zafar de la acusación por el crimen de la adolescente.
Pero tampoco ayuda, inconscientemente, que el único familiar sanguíneo del portero sea precisamente uno de los grandes mentirosos de la masacre de Pompeya, testimoniado como nunca por el maestro cineasta Enrique Piñeyro.