¡Pedite una pizza que viene con contenido erótico!
Una pizzería canadiense ideó un insólito método para estimular a sus clientes y aumentar sus ventas. Adentro de la caja, hay imágenes eróticas que el cliente descubre a medida que va comiendo cada porción.
"Porno Pizza" es una pizzería canadiense que abrió en 2007 y continúa siendo la más solicitada gracias a su original propuesta de combinar el sexo con una de las comidas más ricas del mundo.
¿Cómo es la combinación? Debajo de cualquier pizza, adentro de la caja, incluyen una foto porno, que el cliente va descubriendo a medida que come las porciones.
"Van desde imágenes con un cierto contenido artístico, como las de la revista Playboy, hasta fotos mucho más hardcore", explicó Corey Wildeman, propietario del local de Winnipeg.
El creador de la insólita propuesta se inspiró en las películas pornográficas protagonizadas por repartidores de pizza, que acuden a la casa de mujeres solas.
"No se corre el riesgo de perder dinero apelando a un pequeño denominador común. Todo el mundo lo sabe: el sexo vende", expresó Wildeman, quien quiere abrir más franquicias en las afueras de Canadá.
Lógicamente, el dueño aclaró que, para contratar el servicio, hay que ser mayor de 18 años.
Por último, lo sorprendente de éste local es que la mayoría de los clientes no son adolescentes, sino mujeres. ¡A pedir se ha dicho!
¿Cómo es la combinación? Debajo de cualquier pizza, adentro de la caja, incluyen una foto porno, que el cliente va descubriendo a medida que come las porciones.
"Van desde imágenes con un cierto contenido artístico, como las de la revista Playboy, hasta fotos mucho más hardcore", explicó Corey Wildeman, propietario del local de Winnipeg.
El creador de la insólita propuesta se inspiró en las películas pornográficas protagonizadas por repartidores de pizza, que acuden a la casa de mujeres solas.
"No se corre el riesgo de perder dinero apelando a un pequeño denominador común. Todo el mundo lo sabe: el sexo vende", expresó Wildeman, quien quiere abrir más franquicias en las afueras de Canadá.
Lógicamente, el dueño aclaró que, para contratar el servicio, hay que ser mayor de 18 años.
Por último, lo sorprendente de éste local es que la mayoría de los clientes no son adolescentes, sino mujeres. ¡A pedir se ha dicho!