Paz, amor y 4x4
El verano hippie-chic de los famosos en balnearios agrestes. Desde hace algunos años, una junta de famosos de este lado del río optó por trasladarse unos kilómetros y mudar su veraneo con ansias hippies a balnearios un tanto más deshabitados y rústicos de la costa uruguaya.
Cuenta la leyenda de las altas esferas de unos tiempos pasados que, parece, fueron mejores, que en la década del ’50 Punta del Este se transformaba en la playa elegida del auténtico jet set. Silvana Mangano, Joan Fontaine, y los revoltosos miembros del Rat Pack –Frank Sinatra, Sammy Davis Jr, Dean Martin y Peter Lawford– eran algunos de los visitantes internacionales que disfrutaban de las arenas del balneario en vías de desarrollo. Hasta que a fines de los sesenta, la auténtica diva del cine nacional Graciela Borges clavaba su sombrilla y le otorgaba a La Barra –hasta allí llegaba el spot de veraneo– el glamour argentino que luego devendría en una masividad nueva rica a partir de la década del noventa.
Desde hace algunos años, una junta de famosos de este lado del río optó por trasladarse unos kilómetros y mudar su veraneo con ansias hippies a balnearios un tanto más deshabitados y rústicos de la costa uruguaya. Cabo Polonio, famoso por la falta de electricidad y agua en las casas, el cada vez menos despoblado paraje de La Paloma, Punta del Diablo, Rocha y La Pedrera reciben a las celebrities que privilegian el pareo y las ojotas, a las carteras de marca, el make-up y los disparatados stilettos en los meses estivales.
La emblemática pareja cool Inés Estévez-Fabián Vena alquila la casa más linda de Cabo Polonio, propiedad del arquitecto argentino Andrés Ferreira. A pesar de la ausencia de comodidades burguesas típicas (televisión, Internet, teléfono), el "rancho" ilustró varias revistas internacionales de decoración como el lujo chic del sur. Allí veranean la ex actriz devenida en directora y dramaturga, y el malo de Caín y Abel.
Germán Palacios, su mujer open mind la joven actriz Marina Glezer, y el pequeño Facundo, habitan casa propia desde hace varios años. Tal la libertad que se vive en el Polonio, que la panorámica standard es ver a la guapa actriz en topless, caminando por las playas rodeadas por lobos marinos muertos. Otro actor que disfruta del hippismo tras los muros es Carlos Santamaría y su mujer bailarina. Entre los músicos amantes de la playa semidesierta están Diego Frenkel y su familia, siempre en la misma casita, y Fabiana Cantilo cuando no sube a escenarios de balnearios bonaerenses. El uruguayo Jorge Drexler es un clásico del lugar, al igual que Juana Molina, que pasea en sombrero junto a su hija teen Pancha. Gustavo Cordera, ya instalado en casa de La Paloma, suele recorrer las arenas de Cabo Polonio, en pos de amistades del otro lado del río.
Alan Pauls y su mujer Vivi Tellas, y la joven Rita, también son del Polonio, aunque prefieren los últimos días de enero. Su hermano Gastón y Agustina Cherri también son fans del lugar. Carola Reyna y Boy Olmi son propietarios y no tienen fecha fija de salida y entrada.
Los adoradores de La Pedrera –a pocos kilómetros de la ya ex Arcadia José Ignacio, más cerca de Ibiza en plena temporada que otra cosa– gustan de este balneario hippie con comodidades. Mariana Arias lo frecuenta hace años. Y siempre en la misma casa frente a la playa. Amante de la vida bucólica, realiza caminatas cuando cae el sol. La dibujante Maitena y su marido Daniel Kon, ex productor de la reunión de Soda Stereo, viven casi todo el año en La Pedrera. A diferencia de los locales que prefieren partir a la hora del verano, la rubia y su marido no se mueven de la playa. Natalia Oreiro y Ricardo Mollo se construyeron su lugar en el mundo en el balneario uruguayo. Pero a la hora de elegir los muebles para su rancho, lo hacen en La Barra de Punta del Este. El periodista Matías Martin y su mujer Natalia Graziano terminaron de construirse una casa y allí veranean junto a sus hijas y Lucca, el hijo que Martin tuvo con Nancy Duplaá.
Entre las generaciones más senior del hippie chic pedrerense se encuentran la actriz Norma Aleandro y su marido psiquiatra Eduardo Le Poole, con casa propia desde hace tiempo, y la artista plástica Josefina Robirosa, quien busca inspiración para la pintura junto a la naturaleza del emplazamiento.
También algunos ejemplares de la high class vernácula optan por La Pedrera: Bárbara Bengolea de Ferrari –nieta de Amalita Lacroze de Fortabat y quien sufriera un asalto en su casa de Belgrano R hace unos meses– se construyó una casa y pasa el verano allí. A algunos kilómetros de la mansión de su abuela, prefiere no pisar arenas esteñas y caminar sin presiones de look. Otros que tienen casa en los alrededores son Jorge Born III, su mujer Celina Cabezas y sus hijos.
El ministro de Turismo uruguayo Héctor Lescano auspicia una temporada excelente. "Creemos que las perspectivas son muy buenas. El mes de enero ya tiene el 90 por ciento de las reservas hechas", confirmó. Ya no sólo piensan en el turismo de Punta del Este. Los otros balnearios cotizan cada vez más.
El aventurero por antonomasia es el actor rubio Facundo Arana. Nadie como él, el muchacho opta por el movimiento constante. Escala montañas, vuela en ultralivianos, ensaya en circuitos de rally con camionetas o motos. La melena y su ímpetu libertario lo ayudan para el hippismo de verano. Pinamar lo recibe con los brazos abiertos, al igual que los picos del sur argentino.
Todo es bienvenido a la hora de intentar algún deporte de riesgo.
En las playas off de Uruguay o sobre nuestras arenas de grano grueso, las celebridades eligen el descanso sin producción previa ni fragancias a perfume francés. La naturaleza al palo es el oasis de los famosos hippie-chic.