El próximo 3 de noviembre, se elige el nuevo gobierno de los EEUU: presidente, vicepresidente, senadores nacionales y representantes (diputados).
Lo que ocurra en la potencia dominante en la región, es siempre trascendente para los países latinoamericanos. No porque algún Gobierno norteamericano vaya a dejar de defender los intereses de su país, por sobre los nuestros, sino porque lo hacen en formas diferentes.
El caso más notable, para nuestro país, fue el reemplazo de Gerald Ford, por James Carter, el 20 de enero de 1977.
Henry Kissinger, el Secretario de Estado del presidente saliente, es el autor de la frase a los dictadores argentinos “lo que tengan que hacer háganlo rápido”.
Su reemplazante, Cyrus Vance, designó el 14 de agosto de 1977, como Subsecretaria de Estado de Derechos Humanos, a Patricia (Patt) Derian.
Ella visitó tres veces la Argentina, recibió a familiares de presos y desaparecidos, encaró con firmeza a los miembros de la Junta militar e impulsó acciones de condena internacional.
Para otros muchos países latinoamericanos, el cambio de Ford por Carter, fue muy positivo.
Aclarado este punto, vamos a explicar la complicada situación que vive Donald Trump, en su intento por lograr la reelección.
Al momento de analizar las perspectivas electorales, conviene aclarar que la concurrencia a votar es voluntaria. El voto, no solo no es obligatorio, sino que además es necesario inscribirse previamente.
Estas características hacen que los sectores más postergados, se mantengan históricamente, alejados del comicio.
Las extravagancias del presidente, están permitiendo a los militantes demócratas, empadronar con más facilidad a afroamericanos y latinos.
Según las encuestas, el 93% de los afroamericanos y el 69% de los latinos, afirman que jamás votarán a Trump.
La votación en Estados Unidos es indirecta y designa al presidente y vicepresidente, un colegio electoral de 538 miembros.
Hay estados, en los que el voto es tradicionalmente republicano o demócrata.
En las últimas ocho elecciones presidenciales, la mayoría en Colegio Electoral se definió en los estados conocidos como “swing”.
Se trata de Carolina del Norte, Florida, Indiana, Minnesota, Michigan, Ohio, Pennsylvania y Wisconsin.
Las encuestas hasta el presente, están indicando que Trump pierde en Florida, Carolina del Norte, Michigan y Pennsylvania.
Los problemas de Trump, son de tal magnitud, que dos Estados tradicionalmente republicanos, como Arizona y Texas, aparecen como indefinidos en cuanto a sus resultados.
La Cámara de Representantes, tiene actualmente mayoría demócrata, porque el sistema de votación para estos cargos es diferente del presidencial.
Pero en el Senado de los EEUU, la elección es similar a la presidencial, en cuanto a la definición Estado por Estado, por lo que el rechazo de Trump, afecta también en muchos Estados, a los candidatos a senadores republicanos.
De acuerdo a esto, el resultado de las últimas encuestas, al dar como ganador a Biden, indicarían que, en el Senado, la mayoría será, por escasa diferencia, demócrata.
Un gobierno Biden, podría ayudar a nuestros países a salir más rápido de las consecuencias económicas de la actual pandemia.
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