Parque Lezama: magistral visión sobre la vejez y otras cuestiones
La obra dirigida por Juan José Campanella que se representa en el teatro Liceo, es de lo mejor que se puede ver en Buenos Aires.
Por Rodrigo Lussich
@rodrigolussich
Por Adrián Pallares
@adrianpalla
Una obra de teatro como "Parque Lezama" es muy difícil de encontrar en la cartelera porteña: una puesta brillante sobre un tema no tan glamoroso como es la vejez y sus achaques. La historia de dos ancianos que se encuentran en una plaza todas las tardes para acompañarse y también pelear y por sobre todo, vivir cada minuto con intensidad a pesar de la edad.
El teatro Liceo está convertido en un gigantesco parque, la escenografía es fantástica y desde el arranque de la obra uno se mete en ese lugar lleno de verde y de historias que van a ir sorprendiendo a los espectadores.
Sobre el escenario, Luis Brandoni y Eduardo Blanco componen a dos ancianos que apenas se conocen, pero que entablan una relación entrañable, llena de peleas y complicidades, que va creciendo a medida que la historia avanza. Dos interpretaciones sólidas, con matices y tics, propios de dos "viejitos" que hacen reír y emocionar al público, que no para de festejar cada intervención de Brandoni y Blanco.
"Parque Lezama" es una comedia dramática, en la cual el espectador se ríe desde el comienzo de cosas que en realidad son drámaticas y por la que todos vamos a pasar seguramente y que tienen que ver con la vejez, los hijos, los abandonos, el destrato de la sociedad con los viejos y la soledad.
La historia es tan potente que lo que sería muy dramático de contar, Campanella y sus actores lo hacen amable y cargado de poesía. Una obra con toques de humor y acidez, que logra hace llevaderos, temas tremendos y universales.
Acompañan a Brandoni y a Blanco, Marcela Guerty, impecable, Ivan Espeche, muy correcto en su papel y los jóvenes Gabriel Gallicchio, Federico Llambi y Carla Quevedo que cumplen sus roles con oficio.
Parque Lezama es de las mejores obras que hoy se pueden ver en Buenos Aires, sus valores artísticos la hacen una pieza de visión obligatoria, con dos actores que llevan adelante dos creaciones artísticas muy raras de encontrar en estos tiempos. Un lujo para ver y disfrutar, con el alma joven y el espiritú intacto.
@rodrigolussich
Por Adrián Pallares
@adrianpalla
Una obra de teatro como "Parque Lezama" es muy difícil de encontrar en la cartelera porteña: una puesta brillante sobre un tema no tan glamoroso como es la vejez y sus achaques. La historia de dos ancianos que se encuentran en una plaza todas las tardes para acompañarse y también pelear y por sobre todo, vivir cada minuto con intensidad a pesar de la edad.
El teatro Liceo está convertido en un gigantesco parque, la escenografía es fantástica y desde el arranque de la obra uno se mete en ese lugar lleno de verde y de historias que van a ir sorprendiendo a los espectadores.
Sobre el escenario, Luis Brandoni y Eduardo Blanco componen a dos ancianos que apenas se conocen, pero que entablan una relación entrañable, llena de peleas y complicidades, que va creciendo a medida que la historia avanza. Dos interpretaciones sólidas, con matices y tics, propios de dos "viejitos" que hacen reír y emocionar al público, que no para de festejar cada intervención de Brandoni y Blanco.
"Parque Lezama" es una comedia dramática, en la cual el espectador se ríe desde el comienzo de cosas que en realidad son drámaticas y por la que todos vamos a pasar seguramente y que tienen que ver con la vejez, los hijos, los abandonos, el destrato de la sociedad con los viejos y la soledad.
La historia es tan potente que lo que sería muy dramático de contar, Campanella y sus actores lo hacen amable y cargado de poesía. Una obra con toques de humor y acidez, que logra hace llevaderos, temas tremendos y universales.
Acompañan a Brandoni y a Blanco, Marcela Guerty, impecable, Ivan Espeche, muy correcto en su papel y los jóvenes Gabriel Gallicchio, Federico Llambi y Carla Quevedo que cumplen sus roles con oficio.
Parque Lezama es de las mejores obras que hoy se pueden ver en Buenos Aires, sus valores artísticos la hacen una pieza de visión obligatoria, con dos actores que llevan adelante dos creaciones artísticas muy raras de encontrar en estos tiempos. Un lujo para ver y disfrutar, con el alma joven y el espiritú intacto.