Para verte mejor: en Europa abren cines con espacios V.I.P.
Son lugares preferenciales con mejor visión y butacas más cómodas. Ya despertaron la polémica ¿Estarías de acuerdo con que se hagan en Buenos Aires?
La iniciativa de un cine parisino de hacer pagar un billete de "primera clase" para ver mejor las películas despertó polémica y fue calificada por distintos sectores como "injusta".
Desde diciembre en una multisala de la plaza de Clichy, cerca de Montermartre, propone pagar dos euros más respecto a la tarifa normal para acceder a un espacio "premium".
Este espacio, reservado para unos pocos que quieran pagar más cara la entrada, se encuentra en el centro de la sala, donde la visión es mejor.
Además, ofrecen butacas más cómodas y amplias, a diferencia de las del resto de la sala que son las clásicas.
Este tipo de prácticas está difundido en otros países europeos como en Gran Bretaña, pero en Francia, donde desde los años 70 todas las salas ofrecen el mismo estilo de asientos y comodidad no cayó nada bien.
La iniciativa fue denunciada por el diario católico La Croix, que publicó la denuncia de una lectora.
"Es injusto en un contexto de crisis como el actual en el que las personas deciden ya pagar entre 8 y 12 euros para ir al cine", dijo la lectora.
El precio de una entrada para ver un filme en algunos casos es de hasta 14,50 euros y puede superar los 16 para películas en 3D. En respuesta a las críticas, la dirección del cine informó que la idea nace de un pedido del público. Nueve salas de este tipo podrían dentro de poco abrir en París y en otras ciudades de Francia.
Desde diciembre en una multisala de la plaza de Clichy, cerca de Montermartre, propone pagar dos euros más respecto a la tarifa normal para acceder a un espacio "premium".
Este espacio, reservado para unos pocos que quieran pagar más cara la entrada, se encuentra en el centro de la sala, donde la visión es mejor.
Además, ofrecen butacas más cómodas y amplias, a diferencia de las del resto de la sala que son las clásicas.
Este tipo de prácticas está difundido en otros países europeos como en Gran Bretaña, pero en Francia, donde desde los años 70 todas las salas ofrecen el mismo estilo de asientos y comodidad no cayó nada bien.
La iniciativa fue denunciada por el diario católico La Croix, que publicó la denuncia de una lectora.
"Es injusto en un contexto de crisis como el actual en el que las personas deciden ya pagar entre 8 y 12 euros para ir al cine", dijo la lectora.
El precio de una entrada para ver un filme en algunos casos es de hasta 14,50 euros y puede superar los 16 para películas en 3D. En respuesta a las críticas, la dirección del cine informó que la idea nace de un pedido del público. Nueve salas de este tipo podrían dentro de poco abrir en París y en otras ciudades de Francia.