Sociedad
Para los laboratorios, hay un atraso en los precios de los medicamentos y piden que aumenten
En mayo, la inflación de la Ciudad fue del 7,5% y la de los medicamentos escaló 10,9%. Es parte de una recomposición de márgenes que, afirman los privados, está lejos de terminar.
Los argentinos recurren cada vez más al uso de tarjetas de crédito para comprar medicamentos, porque son un bien de primera necesidad y es casi imposibles relegarlos, así lo confirman los farmaceuticos. Sin embago, los laboratorios aseguran que tienen atraso en sus precios por el acuerdo “de palabra” con el Gobierno y aseguran que intentarán recuperar margen mientras la alta inflación persista.
De hecho, en los relevamientos oficiales la recuperación del margen ya comienza a notarse. El Índice de Precios al Consumidor se conocerá este miércoles 14 de junio, pero en el IPCBA (el que elabora la Ciudad de Buenos Aires) se nota cómo en mayo los medicamentos se despegaron de la tendencia general por primera vez en el año.
Según el IPCBA, en enero, la inflación general fue del 7,3% y la de medicamentos, 4,1%. En febrero, fue del 6% contra un 4,9%. En marzo, del 7,1% contra un 5,4%. En abril, de un 7,8% contra un 7,4%.
En mayo, en cambio, la inflación de la Ciudad fue del 7,5% y la de los medicamentos, del 10,9%. Sin embargo, acumulan en cinco meses una suba por debajo del número general: un 37,1% contra un 41,1%.
A nivel nacional sucede algo similar hasta abril, aunque el INDEC no mide solamente este rubro, sino que también suma artefactos y equipos para la salud. El aumento acumulado fue del 25,4% contra un 32% general.
Con ese dato se paran los laboratorios, que aseguran que “el sector experimentó un deterioro relevante de sus márgenes producto de que los costos siguen la tendencia general de la inflación, a diferencia de sus ingresos”, señalaron a TN desde la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa).
“Dados los quebrantos comerciales que vienen afrontando los laboratorios, de continuar la inflación en cifras cercanas a los dos dígitos se hará inexorable acelerar la recuperación del atraso de precios”, señalaron, y advirtieron que se les está haciendo difícil “seguir sosteniendo la cadena del sector salud” ante los “persistentes atrasos de los pagos y las enormes pérdidas financieras que ello implica”.
Por otro lado, la institución asegura que tiene dificultades para el abastecimiento de suministros e insumos por la demora en la aprobación de permisos para importar y las dificultades para conseguir fletes.
En ese sentido, Juan José Marconi, director ejecutivo de Cooperala (Cámara Empresaria de Laboratorios Farmacéuticos), señala que el sector no solo se comprometió a aumentar sus precios por debajo de la inflación durante los primeros meses del año sino que también generó un programa de “pacientes cuidados” con descuentos para la población sin cobertura. Apunta que eso llevó a la brecha entre los precios acordados y la inflación al 16,6%.
“Obviamente, no se puede recuperar el desfasaje por la situación económica reinante”, apuntó. También reconoció dificultades para importar insumos farmacéuticos y no farmacéuticos (“se llega a no disponer de tinta para imprimir folletos”, puntualiza) y para importar bienes de capital.
Del lado de los farmacéuticos, la historia se vive distinta. Según Rubén Sajem, director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), en los medicamentos más usados en abril ya comenzó a verse el despegue por arriba de la inflación general. Asevera que fue de unos 8 puntos (16,7% contra 8,4%). El recorte en este caso es por los productos que más se venden, no por todos los medicamentos.
En mayo, apunta, el avance de esa categoría fue del 11,2% y, aunque todavía no se conoce el dato oficial de inflación, probablemente dé por debajo de ese número. “Los laboratorios aumentan los medicamentos más usados y quizás aumentan menos los que no se usan tanto. En los acuerdos no hay una discriminación, que sería necesaria, entre los medicamentos básicos indispensables, no hay una especie de ‘Precios Justos’ para un listado de productos, sino que se intenta regular a las 14.000 especialidades medicinales y eso es muy amplio y no está resultando efectivo”, apunta Sajem.
Para terminar, señala que hay un “uso generalizado de las tarjetas de crédito” que complica financieramente a las farmacias “porque suman un costo más”. “Así y todo, se nota que hay muchas personas que usan medicamentos y que le dan prioridad para comprarlo: si no tienen dinero disponible los compran con tarjeta de crédito y en cuotas”, concluye Sajem.
Más allá de lo que se ve en el mostrador de la farmacia, los medicamentos aumentan también en el caso de los hospitales y de tratamientos prolongados. En abril, señala Ricardo Lilloy, coordinador del Observatorio de Salud de la Unión Argentina de Salud (UAS), los medicamentos ambulatorios aumentaron por debajo de la inflación, pero los de internación aumentaron “un 89% de enero a mayo, traccionados por los medicamentos de alto costo”.
Según Lilloy, esos medicamentos de alto precio, la judicialización de estos casos (amparos para que el sector privado de salud los cubra) y la suma de nuevas coberturas, como los tratamientos de fertilidad o la equinoterapia, “están llevando a la medicina privada como al resto de la seguridad social a un callejón sin salida porque el único ingreso que tienen son los aportes de los asociados o afiliados”. Eso, concluye, está perjudicando la atención de los pacientes, con el combo ya conocido: las cartillas limitadas y los meses y meses para pedir un turno médico.
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