Para entender el consejo del PJ (telegráfico y de urgencia)
Era la primera reunión del partido después de la derrota electoral. Daba para cualquier cosa y más cuando ocurrió en el día de la fractura del bloque peronista de diputados.
Por Ignacio Zuleta
Era la primera reunión del partido después de la derrota electoral. Daba para cualquier cosa y más cuando ocurrió en el día de la fractura del bloque peronista de diputados, explicado con ironía consoladora por un consejero ingenioso: "Así como bajó el Che Guevara de Sierra Maestra para hacer la revolución, ahora bajó Bossio de Sierra de la Ventana para dinamitar el bloque opositor.
La metáfora caribeña la alimentaron dos barbudos de ocasión, Aníbal Fernández y Carlos Kunkel, que sorprendieron por ese tocado nuevo, que justificaron en la pereza para afeitarse que los ganó en estas vacaciones. Un pícaro aportó una explicación; es para que no los reconozcan en la calle, en particular a Aníbal, que este año no alquiló toldo en Hemingway, balneario de Cariló quizás para protegerse de retaliaciones políticas.
Para retener, los debates:
- Mario Ishii contra el resto: pidió que se designe una conducción de transición por un año, que se abra un turno de afiliaciones hasta 2017 - no hasta marzo como dice el cronograma elaborado por la actual conducción -. Han pasado cosas, se han perdido elecciones y hay que dar un debate antes de elegir nuevas autoridades. "En ese debate - dijo - hay que señalar las responsabilidades en la derrota electoral en Nación y Buenos Aires, que las hubo y según diversos grados". Se miraban con furia Julián Domínguez y el barbado Aníbal, sentados a pocos metros de distancia, y Eduardo Fellner puso el poco ánimo que le queda como jefe para negarles la palabra y que no hubiera chispa para otro incendio. Lo aplaudieron a Ishii por algunas palabrotas que dijo mirando hacia Aníbal, pero le rechazaron el formato. Se hace el Congreso el 24 de febrero de Obras Sanitarias y se vota el 4 de mayo.
- Miguel Pichetto vs., Jorge Capitanich sobre qué oposición debe hacer el peronismo. Pichetto sostuvo que el Senado es la representación de todas las provincias y que desde allí hay que asegurarles la gobernabilidad, que no se logra apareciendo como incendiando todo. La oposición tiene que asegurarle también la gobernabilidad a la nueva administración. Capitanich lo contradijo fuerte: no hay que hacer canje de fondos por leyes, como la de levantamiento del cerrojo "para que el gobierno Macri endeude al país y se pierda autonomía de decisiones". El peronismo tiene que hacer una oposición homogénea. "¿Por qué hay que votarles cosas en el Congreso cuando antes, siendo ellos oposición, dinamitaban todo?". Cada cual tiene que cumplir su rol, oficialismo y oposición. "En el Concejo Deliberante de Resistencia la oposición a mi gobierno municipal no me vota nada, ¿por qué tenemos que aprobarles lo que piden en el Congreso", se quejó.
- Para acentuar el tono opositor, Capitanich sostuvo, junto a Aníbal Fernández, la interpretación de que los DNU deben ser aprobados o rechazados con el voto de las dos cámaras. Pichetto y Jorge Landau los contradijeron: tenemos que ser coherentes con lo que sostuvimos cuando éramos gobierno, que basta con el voto de una de las cámaras.
- Capitanich aprovechó el argumento de la incoherencia para argumentar en favor de un formato frontal de oposición. "Este no es un gobierno coherente, porque defienden la libertad de comercio, pero las importaciones siguen cerradas, la remisión de regalías al exterior se sigue administrando desde el gobierno en cuentagotas y hablan con los laboratorios para hacer acuerdos de precios. ¿Qué libertad de comercio es ésa? Son incoherentes. Seamos nosotros coherentes como oposición y opongámonos". También propuso que el peronismo rechace in limine los pliegos de los jueces propuestos para la Suprema Corte. "Que hayan aceptado Rosatti y Rosenkrantz que los designasen por decretos, los inhabilita para que los aprobemos". También llamó a rechazar la intervención en el AFSCA.
- El chaqueño no logró apartar la agenda del objetivo acordado por los gobernadores en la reunión de hace 10 días en San Juan: concentrar la carga de la demanda en que les repongan el 15% de la coparticipación a las provincias. Juan Manzur, vocero de los mandatarios, forzó el debate para que se aprobase el documento respectivo. Capitanich se llevó lo que venía a buscar: sentar posición ante el acuerdismo de sus compañeros, y que Julio Pereyra -le confirmase que el próximo miércoles 10 irán a Resistencia más de 100 intendentes peronistas que forman el bloque FpV de la liga de municipalidades FAM (Federación Argentina de Municipalidades). En este punto coinciden el rupturista Coqui y el acuerdista Pereyra: la reconstrucción de poder en el PJ a partir de una liga de intendentes, que suplante a la decaída liga de gobernadores, formato clásico del partido desde los años '80. Entre los daños del naufragio electoral de 2015, el peronismo cuenta con la caída de los gobernadores de peso. En esto Capitanich es crudo: "El problema del PJ es que los gobernadores actuales no tienen el peso que tenían otras figuras antes, lo mismo ocurre con los senadores, y eso nos debilita en el debate con el oficialismo".
- Hubo aplausos para la fórmula Scioli-Zannini, los dos presentes, pero en silencio, y eso que hubo canilla libre para los oradores (hubo turno para veinte que pidieron la palabra). Los que observan nimiedades con sentido advirtieron que Zannini ha perdido peso, que Wado de Pedro ha mejorado el discurso, pero su disfluencia (tartamudez) sigue poniendo nerviosos a quienes lo escuchan. Sentado en la mesa como futuro jefe de consenso del PJ, José Luis Gioja tampoco abrió la boca. Se quedó sin hablar también el consejero Eduardo Valdés, que quería una protesta por la detención de Milagro Sala. Sí pudo invitar a los presentes al concierto que dará hoy Miguel Ángel Estrella en la carpa de la Plaza de Mayo, suspendido en Jujuy la semana anterior. Ausentes: Florencio Randazzo, sin justificación; y Juan Manuel Urtubey, de duelo por la muerte de su padre.
- La división del bloque PJ no fue tratado como tema, pero la mencionó, entre otros, Ishii, cuando dijo que "el partido no puede seguir manejándose como hasta ahora, expulsando gente". Nadie se acordó con cariño de Diego Bossio, bastonero del cisma del grupo que integran otros tránsfugas del kirchnerismo como Darío Giustozzi y Alberto Roberti, descontrolados en sus movimientos migratorios, porque han pasado en dos años del kirchnerismo al macrismo "blue", pasando por el massismo y el sciolismo. Los más benévolos con el ex jefe del Ansés cristinista, apuestan a que promovió la división - que le hace peligrar al peronismo el rango de primera minoría en Diputados - para resguardarse de una revisión de su gestión como zar de las jubilaciones.
- Nadie pensó que el resultado iba a ser otro: el ala acuerdista de Pichetto no se reconcilió con el rupturista Capitanich, quien al salir dijo estar empapado de un espíritu revolucionario que no percibe en sus compañeros. Tampoco se acercaron las tribus de la provincia de Buenos Aires. La reunión sólo logró sellar un cronograma de renovación de autoridades, que exorciza por ahora, el fantasma de la intervención judicial al PJ, lo único que le faltaría - después del estallido del bloque en Diputados - para ponerlo a punto de caramelo para que se lo devore la ola macrista.