Papa Francisco: para la justicia argentina, las acusaciones son falsas
"No es un cruce de opiniones; no da para la controversia. Ya hay un fallo judicial al respecto", expresó el juez Germán Castelli, quien interrogó a Bergoglio hace dos años.
"Es totalmente falso decir que Jorge Bergoglio entregó a esos sacerdotes. Lo analizamos, escuchamos esa versión, vimos las evidencias y entendimos que su actuación no tuvo implicancias jurídicas en estos casos. Si no, lo hubiésemos denunciado", dijo al diario La Nación el juez Germán Castelli. Es que está seguro sobre lo que firmó junto con sus colegas Daniel Obligado y Ricardo Farías cuando condenaron a los represores de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Hace dos años, Bergoglio declaró cuatro horas como testigo en ese juicio sobre el secuestro de los jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics en 1976. Fue en el arzobispado y interrogado duramente por los querellantes. Allí Castelli llegó a preguntarle al ahora Papa: "Dígame, señor, quisiera saber, según su criterio, ¿cuál fue la postura de la Iglesia y del Vaticano frente a la dictadura?". Él integró el Tribunal Oral Federal N° 5 que dictó la sentencia el 28 de diciembre de 2011.
"Es importante para Bergoglio, como papa, un fallo de esta naturaleza. Lo firmamos con la autoridad moral que nos da ser jueces y haber habilitado a los querellantes a que lo interroguen sin limitaciones", recordó Castelli.
La sentencia de la causa ESMA, que está disponible en la web de la Corte (www.cij.gov.ar ), reúne entre las páginas 743 y 761 la historia de Yorio y Jalics y la intervención de Bergoglio. "Le dimos la oportunidad a la versión contra Bergoglio, la escuchamos, vimos las constancias y llegamos a la conclusión de que los sacerdotes desafiaron con mucha valentía a sus superiores, para seguir actuando frente a un régimen ciego, sangriento que no reconocía a quien se ponía en su camino, sean jueces, abogados, curas, o cualquier trabajador", explicó el juez.
"Las preguntas fueron amplias y se lo escudriñó a fondo. Fuimos conscientes de la importancia que tenía este testimonio para los acusadores particulares. Y fue un gran acierto, desde el punto de vista republicano y visto ahora a la distancia, dado que Bergoglio es ahora el Papa", dijo el juez. Para el tribunal, y así quedó reflejado en la página 761 de la sentencia, los sacerdotes desafiaron a un régimen asesino. "No juzgamos si Bergoglio pudo haber sido más o menos valiente. La pregunta es si entregó a los sacerdotes o no. Y coincidimos en que no hubo razones para que lo denunciáramos".
Dice el fallo: "La reacción eclesiástica, reflejada en diversas gestiones realizadas tanto por los superiores de la orden a la que pertenecían los religiosos como por otras autoridades de la Iglesia Católica, persuadieron acerca de la liberación de los secuestrados al régimen imperante".
Los jueces Obligado, Castelli y Farías concluyeron en el fallo: "El conocimiento que Jalics y Yorio tenían del peligro que corrían sus vidas, por la actividad desplegada, era de conocimiento público, ya que el régimen dictatorial creía ver en el trabajo pastoral en las villas una fachada que escondía la guerrilla".
Cuando el juez Castelli preguntó a Bergoglio sobre el papel del Vaticano en la dictadura, hubo un revuelo en el gran salón del Arzobispado. La fiscalía y uno de los abogados se opusieron a la pregunta de Castelli, que finalmente fue rechazada por sus colegas. Sin embargo, cuando todo terminó y la sala se vaciaba, Bergoglio fue a buscar a Castelli: "Quiero responderle, doctor, no tengo problema en contestar", expresó.
"Mire, no puedo escuchar en privado lo que en público me fue rechazado. Me lo contesta una vez concluido el juicio", dijo el juez. Pasó el tiempo y el tribunal dictó sentencia. Castelli nunca llamó a Bergoglio para conocer su respuesta: hoy se lamenta.
"Ahora que es Papa, con más razón me interesaría, no sólo para la Argentina sino también el mundo, que pudiera explicar la postura de la Iglesia y el Vaticano frente a la dictadura militar", se esperanzó el magistrado.