Papa Francisco: habló la hermana del cura asesinado que puede ser beatificado
Marta Murias, la hermana de Carlos de Dios Murias, el cura asesinado durante la dictadura militar y que el papa quiere beatificar habló en "Hola Chiche".
"Mi hermano fue secuestrado por la gente de Aníbal Gordon. Yo tenía 31 años y me acuerdo perfectamente de todo lo que pasó. Fue secuestrado una noche cuando estaba cenando en la casa parroquial con el padre Gabriel Longueville en Chamical, La Rioja. Los fueron a buscar con la excusa de que mi hermano tenía que ir a declarar a la cárcel por un preso y fue. Gabriel lo acompañó", relató la hermana.
"La banda de Aníbal Gordon era un grupo parapolicial dirigido por Menéndez y por miembros de alto rango de la jerarquía eclesiástica que estaba de acuerdo con la dictadura militar. Fueron perseguidos porque no se callaban, tanto mi hermano como Primatesta, como Wenceslao Pedernera. Denunciaban las desapariciones de personas, las torturas, las violaciones a los derechos humanos que se hacían en aquel momento en nombre de Dios", contó."Después de haber sido asesinado, el velatorio fue a cajón cerrado porque no permitían ver el cuerpo y el sacerdote Enrique Angelelli lo lloró mucho. Nos dijo que las balas no eran para él si no para él", expresó. Y agregó: "Luego fue casa por casa para saber quienes eran los torturadores y los cerebros (Menéndez) que mandaron a hacer esta operación", dijo.
"Cuando descubrió quienes estaban detrás de todo esto, Angelelli hizo varias copias de un informe. Una fue directamente a Roma por valija diplomátirebros que mandaron a hca. Otra copia llevaba él en el auto. Cuando regresaban de Chamical a La Rioja con los informes, le dispararon un tiro a la rueda del auto. Angelelli sale despedido del auto y lo terminan matando a palos", expresó Marta.
Finalmente dijo: "Realmente para la familia Murias es un orgullo que mi hermano haya seguido con su labor evangélica con temor pero hasta el final. La última homilía que dio fue grabada por el comodoro Estrella. Dijo podrán acallar la voz de Carlos Murias, pero no podrán acallar la voz del Evangelio, porque la voz del Evangelio es la voz de Dios", detalló.
"El asesinato de mi hermano y de Gabriel fue el día del cumpleaños de Angelelli. Y fue como un regalo: le entragaron la cabeza de mi hermano en una bandeja", finalizó.