Paola Krum, separada de Furriel
“Con Joaquín ya no somos pareja pero tenemos un excelente vínculo”, señaló la actriz.
Nota extraída de revista Pronto.
Protagoniza el nuevo unitario de Pol-ka: Tiempos compulsivos, donde compone a una psicóloga. Confiesa que no está "desesperada" por volver a enamorarse. Y que pese a separarse, mantiene buen contacto con Joaquín Furriel: "Somos los papas de Eloísa, y nos interesa que el vínculo sea muy bueno", dice la bella actriz.
Tras el exitazo de El elegido, Paola Krum (42) volvió a la tele con Tiempos compulsivos, el nuevo unitario de El Trece en el que le da vida a Julieta, una chica recién recibida de psicóloga, con mucha inexperiencia y que se enfrenta a un mundo de lo más complejo. "Entra en la fundación Renacer, que trabaja con psicopatologías muy graves, y llega huyendo de una historia familiar densa", cuenta la actriz. V explica por qué se metió en este producto: "Acepté cuando vi los libros y el elenco. Sé que el encuentro con cada actor de esta novela me asegura una buena escena, porque son todos grandes profesionales. Me siento muy orgullosa de formar parte".
-¿Tu personaje tiene algo en común con vos?
-Todos los personajes tienen algo de uno, porque sino, no los podrías hacer. Mi forma de laburo me lleva a encontrarle al personaje que encare aquello que es mío también para poder sostenerme. El tema que se trata en el unitario está bueno porque la terapia psicoanalítica es un lenguaje bastante común, reconocible, cercano. Además, la Argentina es uno de los países más psicoanalizados del mundo.
-¿Fuiste al psicólogo?
-Sí, hice muchos años de terapia, pero no por una psicopatología concreta sino por una neurosis como la que puede tener cualquier persona. Estudié hasta tercer año de Psicología, y éste es un lenguaje que conozco y me interesa.
-¿Te cuesta sacarle el personaje de encima?
-Nunca fue un problema. Cuando llego a mi casa, me conecto con mi hija y a otra cosa, ella me espera ansiosa.
-¿Cómo está Eloísa?
-Muy bien, divina, pero no me gusta hablar mucho de mi hija. No me parece justo que hable de ella en una nota, porque tampoco puedo predestinarla o decir cosas de ella que no sé, le queda un mundo por vivir.
-¿Mirás televisión?
-Muy poquito, porque laburo todo el día, y cuando llego a mi casa quiero estar con Eloísa. No me puedo poner a mirar televisión por gusto, sí miramos juntas dibujitos animados, pero de tevé abierta no miro nada.
-¿Te propusieron participar en Bailando?
-Sí, sí, me llegó la propuesta en su momento.
-¿Y?
-No acepté porque no me imagino en ese espacio. No tiene nada que ver conmigo.
Bailar me encanta, de hecho era bailarina profesional y le dedicaba todo mi tiempo. A los 15 tuve una lesión que me alejó por un tiempo de la danza, pero después seguí bailando. Ahora no tengo tiempo, pero cuando puedo tomo clases de clásico y de jazz.
-Si no te hubieras lesionado, ¿hoy serías bailarina?
-Sí, seguramente. Me encanta bailar. Igual, haber dejado la danza me dio el permiso para meterme en la actuación, y a mí me encanta actuar también.
-Debutaste en Drácula, con Pepito Cibrián ¿Tenés relación con él?
-No, la verdad que no. Hace muchísimo que no lo veo, pero le guardo mucho cariño y un gran agradecimiento, porque fue él quien vio algo en mí, cuando todavía no había mucho por ver. El me eligió para un personaje protagónico, y me hizo cantar cuando yo nunca antes lo había hecho. Su apuesta fue muy importante, y nunca voy a olvidar el lugar visible que me dio. Porque a partir de ahí despegué hacia otros espacios.
-A partir de ahí empezó tu exposición. ¿Cómo te sienta la fama?
-Me cuesta un poco. Creo que en un principio, cuando era más chiquita, tenía algo más inconsciente y era mucho más inocente a la hora de relacionarme con la prensa. Después fui aprendiendo qué lugares para mí son más cómodos y más saludables, o los que mejor me hacen. Sé que la prensa es muy importante para mi profesión, y soy consciente de que no estoy haciendo teatro independiente sino que trabajo en televisión. La prensa es importante pero hay lugares de la exposición que son dolorosos.
-Cuando se habla de tu intimidad.
-Sí, totalmente. Es por eso que tengo cierto resquemor. También sufro cuando leo cosas que se inventan. Ahora un poco menos, porque uno con el tiempo va aprendiendo, pero no deja de resultarme raro que siempre hablen de uno. Cuando dicen mentiras o cuando no lo son también. Es raro, no es lo más divertido de la profesión.
-¿Te gustaría ser anónima?
-Sí, pero a esta altura no puedo ser tan ingenua y pensar que eso es posible.
Cuando salgo a la calle, sé que va a haber gente que me conoce y otra que no.
Ya está, es algo asumido. Sí me gustaría que se publicara o dijese sólo lo que yo quiero, ¡pero eso es imposible!
-¿Sentís que te miran distinto en las reuniones del jardín?
-Eso es sólo en el primer momento, porque en cuanto me conocen, ya no. Esta profesión tiene algo diferente, que hace que la gente tenga un prejuicio o una idea sobre vos, aún sin conocerte. En realidad, conoce algo de vos, que tiene que ver con tu trabajo, un personaje que hiciste, o lo que leyeron en una nota. Siempre hay una idea previa, una anticipación, y al principio es raro encontrarse con eso. Uno se da cuenta de que pasa eso porque lo nota en la mirada del otro.
-¿Cómo te trata el público?
-Muy bien, súper respetuoso. Siento cariño, pero más que nada respeto. No es que salgo a la calle y la gente se tira a abrazarme. Algunos me saludan, pero no tienen una cosa intrusiva conmigo. Lo que despliego en mi carrera se transmite, y la gente me devuelve eso.
-No te pasa el tiempo, ¿el secreto?
-Bueno, gracias por el piropo. No hago nada del otro mundo, pregúntame algo en serio.
-¿A tu interior le das importancia?
-Sí. Para mí el enriquecimiento no tiene que ver solamente con hacer yoga, que de hecho es algo que hago, sino con muchas cosas. Como juntarse con los amigos, estar en contacto con las personas que te hacen bien, charlar, encontrarse. Me gusta leer, y todo lo que tiene que ver con la actividad física. Eso me hace muy bien.
-¿Sos de leer mucho?
-Sí, leo bastante. Pero para hacerlo necesito concentrarme. Cuando estoy trabajando mucho, o cuando Eloísa era chiquitita, me costaba encontrar espacios para leer. Ahora estoy retomando la lectura. Me leí todos los de Coetzee, ahora estoy empezando Middlesex, y me copé con La soledad de los números primos, de Paola Giordano.
-¿Alguna otra actividad que te desconecte?
-Mmm, cuando tengo tiempo libre hago yoga. Es lo que más me gusta.
-Estás separada de Joaquín Furriel, ¿cómo estás de amores?
-Soltera, muy tranquila. Estoy muy bien así, por suerte. Contenta.
-¿Con ganas de enamorarte?
-No especialmente. Estoy muy bien, trabajando un montón. Me siento en armonía con muchas cosas, no estoy desesperada por enamorarme.
-¿Con Furriel terminaron bien?
-Sí, muy bien. Tenemos una excelente relación. Somos los papás de Eloísa, y nos interesa mucho que el vínculo sea muy bueno.
-¿Es difícil compartir la profesión con tu pareja?
-Es complicado, pero no te lo puedo responder porque ya no somos más pareja.
No creo que haya sido eso un ingrediente para la separación. Pero cambiemos de tema.
-Ok. ¿Cómo sos de entrecasa?
-Me gusta ocuparme de mi casa y más ser mamá. Es lo que más disfruto en la vida. Aunque no soy una buena cocinera, pongo empeño y cocino. No tengo ningún plato de cabecera, hago cosas simples, no tengo ninguna especialidad.
Protagoniza el nuevo unitario de Pol-ka: Tiempos compulsivos, donde compone a una psicóloga. Confiesa que no está "desesperada" por volver a enamorarse. Y que pese a separarse, mantiene buen contacto con Joaquín Furriel: "Somos los papas de Eloísa, y nos interesa que el vínculo sea muy bueno", dice la bella actriz.
Tras el exitazo de El elegido, Paola Krum (42) volvió a la tele con Tiempos compulsivos, el nuevo unitario de El Trece en el que le da vida a Julieta, una chica recién recibida de psicóloga, con mucha inexperiencia y que se enfrenta a un mundo de lo más complejo. "Entra en la fundación Renacer, que trabaja con psicopatologías muy graves, y llega huyendo de una historia familiar densa", cuenta la actriz. V explica por qué se metió en este producto: "Acepté cuando vi los libros y el elenco. Sé que el encuentro con cada actor de esta novela me asegura una buena escena, porque son todos grandes profesionales. Me siento muy orgullosa de formar parte".
-¿Tu personaje tiene algo en común con vos?
-Todos los personajes tienen algo de uno, porque sino, no los podrías hacer. Mi forma de laburo me lleva a encontrarle al personaje que encare aquello que es mío también para poder sostenerme. El tema que se trata en el unitario está bueno porque la terapia psicoanalítica es un lenguaje bastante común, reconocible, cercano. Además, la Argentina es uno de los países más psicoanalizados del mundo.
-¿Fuiste al psicólogo?
-Sí, hice muchos años de terapia, pero no por una psicopatología concreta sino por una neurosis como la que puede tener cualquier persona. Estudié hasta tercer año de Psicología, y éste es un lenguaje que conozco y me interesa.
-¿Te cuesta sacarle el personaje de encima?
-Nunca fue un problema. Cuando llego a mi casa, me conecto con mi hija y a otra cosa, ella me espera ansiosa.
-¿Cómo está Eloísa?
-Muy bien, divina, pero no me gusta hablar mucho de mi hija. No me parece justo que hable de ella en una nota, porque tampoco puedo predestinarla o decir cosas de ella que no sé, le queda un mundo por vivir.
-¿Mirás televisión?
-Muy poquito, porque laburo todo el día, y cuando llego a mi casa quiero estar con Eloísa. No me puedo poner a mirar televisión por gusto, sí miramos juntas dibujitos animados, pero de tevé abierta no miro nada.
-¿Te propusieron participar en Bailando?
-Sí, sí, me llegó la propuesta en su momento.
-¿Y?
-No acepté porque no me imagino en ese espacio. No tiene nada que ver conmigo.
Bailar me encanta, de hecho era bailarina profesional y le dedicaba todo mi tiempo. A los 15 tuve una lesión que me alejó por un tiempo de la danza, pero después seguí bailando. Ahora no tengo tiempo, pero cuando puedo tomo clases de clásico y de jazz.
-Si no te hubieras lesionado, ¿hoy serías bailarina?
-Sí, seguramente. Me encanta bailar. Igual, haber dejado la danza me dio el permiso para meterme en la actuación, y a mí me encanta actuar también.
-Debutaste en Drácula, con Pepito Cibrián ¿Tenés relación con él?
-No, la verdad que no. Hace muchísimo que no lo veo, pero le guardo mucho cariño y un gran agradecimiento, porque fue él quien vio algo en mí, cuando todavía no había mucho por ver. El me eligió para un personaje protagónico, y me hizo cantar cuando yo nunca antes lo había hecho. Su apuesta fue muy importante, y nunca voy a olvidar el lugar visible que me dio. Porque a partir de ahí despegué hacia otros espacios.
-A partir de ahí empezó tu exposición. ¿Cómo te sienta la fama?
-Me cuesta un poco. Creo que en un principio, cuando era más chiquita, tenía algo más inconsciente y era mucho más inocente a la hora de relacionarme con la prensa. Después fui aprendiendo qué lugares para mí son más cómodos y más saludables, o los que mejor me hacen. Sé que la prensa es muy importante para mi profesión, y soy consciente de que no estoy haciendo teatro independiente sino que trabajo en televisión. La prensa es importante pero hay lugares de la exposición que son dolorosos.
-Cuando se habla de tu intimidad.
-Sí, totalmente. Es por eso que tengo cierto resquemor. También sufro cuando leo cosas que se inventan. Ahora un poco menos, porque uno con el tiempo va aprendiendo, pero no deja de resultarme raro que siempre hablen de uno. Cuando dicen mentiras o cuando no lo son también. Es raro, no es lo más divertido de la profesión.
-¿Te gustaría ser anónima?
-Sí, pero a esta altura no puedo ser tan ingenua y pensar que eso es posible.
Cuando salgo a la calle, sé que va a haber gente que me conoce y otra que no.
Ya está, es algo asumido. Sí me gustaría que se publicara o dijese sólo lo que yo quiero, ¡pero eso es imposible!
-¿Sentís que te miran distinto en las reuniones del jardín?
-Eso es sólo en el primer momento, porque en cuanto me conocen, ya no. Esta profesión tiene algo diferente, que hace que la gente tenga un prejuicio o una idea sobre vos, aún sin conocerte. En realidad, conoce algo de vos, que tiene que ver con tu trabajo, un personaje que hiciste, o lo que leyeron en una nota. Siempre hay una idea previa, una anticipación, y al principio es raro encontrarse con eso. Uno se da cuenta de que pasa eso porque lo nota en la mirada del otro.
-¿Cómo te trata el público?
-Muy bien, súper respetuoso. Siento cariño, pero más que nada respeto. No es que salgo a la calle y la gente se tira a abrazarme. Algunos me saludan, pero no tienen una cosa intrusiva conmigo. Lo que despliego en mi carrera se transmite, y la gente me devuelve eso.
-No te pasa el tiempo, ¿el secreto?
-Bueno, gracias por el piropo. No hago nada del otro mundo, pregúntame algo en serio.
-¿A tu interior le das importancia?
-Sí. Para mí el enriquecimiento no tiene que ver solamente con hacer yoga, que de hecho es algo que hago, sino con muchas cosas. Como juntarse con los amigos, estar en contacto con las personas que te hacen bien, charlar, encontrarse. Me gusta leer, y todo lo que tiene que ver con la actividad física. Eso me hace muy bien.
-¿Sos de leer mucho?
-Sí, leo bastante. Pero para hacerlo necesito concentrarme. Cuando estoy trabajando mucho, o cuando Eloísa era chiquitita, me costaba encontrar espacios para leer. Ahora estoy retomando la lectura. Me leí todos los de Coetzee, ahora estoy empezando Middlesex, y me copé con La soledad de los números primos, de Paola Giordano.
-¿Alguna otra actividad que te desconecte?
-Mmm, cuando tengo tiempo libre hago yoga. Es lo que más me gusta.
-Estás separada de Joaquín Furriel, ¿cómo estás de amores?
-Soltera, muy tranquila. Estoy muy bien así, por suerte. Contenta.
-¿Con ganas de enamorarte?
-No especialmente. Estoy muy bien, trabajando un montón. Me siento en armonía con muchas cosas, no estoy desesperada por enamorarme.
-¿Con Furriel terminaron bien?
-Sí, muy bien. Tenemos una excelente relación. Somos los papás de Eloísa, y nos interesa mucho que el vínculo sea muy bueno.
-¿Es difícil compartir la profesión con tu pareja?
-Es complicado, pero no te lo puedo responder porque ya no somos más pareja.
No creo que haya sido eso un ingrediente para la separación. Pero cambiemos de tema.
-Ok. ¿Cómo sos de entrecasa?
-Me gusta ocuparme de mi casa y más ser mamá. Es lo que más disfruto en la vida. Aunque no soy una buena cocinera, pongo empeño y cocino. No tengo ningún plato de cabecera, hago cosas simples, no tengo ninguna especialidad.