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Paleontólogos del CONICET descubrieron fósiles de un dinosaurio gigante que pesaba 5.000 kilos 

Los hallazgos fueron entre 2018, 2019 y 2023 en la Reserva Natural Pueblo blanco. Recientemente, la revista científica The Science of Nature publicó un estudio realizado por científicos sobre los descubrimientos.


Once metros de largo, cinco toneladas de peso y carnívoro. Así era el Taurovenator Violantei, un dinosaurio que vivió hace 90 millones de años en el noroeste rionegrino y cuyos fósiles fueron encontrados en la provincia por paleontológos del CONICET.

Esta especie gigante y depredadora fue descubierta en la Reserva Natural Pueblo Blanco, ubicada a unos 25 kilómetros al sur de El Chocón, una zona de Neuquén reconocida por su riqueza en fósiles. Un hueso de cráneo, varias vértebras del cuello y del lomo, brazos casi completos, algunos huesos de las patas traseras y elementos de la caja torácica forman parte de los hallazgos que se realizaron entre 2018, 2019 y 2023 y que derivaron en una publicación en la revista científica The Science of Nature.

Según indicaron desde el gobierno de Río Negro, para el hallazgo trabajaron paleontólogos del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de Vertebrados (LACEV) y de la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara”, del CONICET, en conjunto con el Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia de Japón. En tanto, la expedición contó con apoyo financiero de National Geographic Society.

El Taurovenator Violentei forma parte del grupo de los Carcarodontosaurios. Su nombre significa “toro cazador” y deriva de “tauro” -del griego “toro”- y “venator” -del latín “cazador”-, ya que la especie era un carnívoro que llevaba un par de cuernos encima de los ojos. La segunda parte del nombre, “Violantei”, es en honor a Enzo Violante, dueño de la propiedad en donde se hizo el hallazgo inicial. Y es que los primeros fósiles del dinosaurio fueron encontrados por el investigador Matías Motta en tierras de esa familia en 2005.

“Las vértebras del cuello de los dinosaurios se articulan entre sí mediante zonas de unión llamadas zigapófisis. Taurovenator, en cambio, presenta zonas de conexión extras entre vértebras haciendo que el cuello presente una rigidez mucho mayor. Estos rasgos los hemos observado en otros carcarodontosauridos y nosotros postulamos que sería una característica distintiva de estos dinosaurios carnívoros”, explicó Rolando Aranciaga, becario doctoral de Conicet y líder de la investigación, según un comunicado difundido por el gobierno provincial.

El integrante de LACEV y de la Fundación Azara, Federico Agnolín, agregó que la especie, al igual que otros carcarodontosaurios, poseía un cráneo “enorme y robusto” de 1,3 metros de largo, por lo que el refuerzo en las articulaciones podría estar relacionado a soportar ese peso durante el andar o la caza: “Estos cambios del cuello son correlacionados con posibles cambios en la distribución y forma de los músculos propios de la capacidad de soportar un cráneo de semejante tamaño”.

El texto publicado en la revista alemana se titula “A new carcharodontosaurid specimen sheds light on the anatomy of South American giant predatory dinosaurs” (“Un nuevo espécimen de carcarodontosáurido echa luz sobre la anatomía de los dinosaurios predadores gigantes de América del Sur”) y fue firmado por Alexis M. Aranciaga Rolando, Matías J. Motta, Federico L. Agnolín, Takanobu Tsuihiji, Santiago Miner, Federico Brissón-Egli y Fernando E. Novas.

De acuerdo con la síntesis del artículo, los carcarodontosaurios fueron depredadores dominantes de las faunas de dinosaurios del súpercontinente Gondwana durante el período Cretácico medio. Actualmente, “partes esenciales” de su anatomía se conocen “pobremente”, a pesar de su amplia distribución geográfica y estratigráfica.

Respecto a la morfología “única” de su cuello, señalaron: “Probablemente estaba relacionada con fuertes modificaciones en la musculatura y restricciones en el rango de movimientos dentro del cuello, pero no con la cabeza. El nuevo espécimen también proporciona valiosa información anatómica sobre las extremidades anteriores de los carcarodontosaurios patagónicos”.



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