Pablo Schoklender apeló su caución millonaria
Fue la que le fijó el juez Norberto Oyarbide, de 4 millones de pesos, como condición para recuperar la libertad.
Pablo Schoklender, por medio de sus abogados, apeló el monto de la caución que le fijó el juez federal Norberto Oyarbide de 4 millones de pesos como condición para recuperar la libertad, en el marco de la causa por el desvío de fondos públicos en la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
En tanto, la excarcelación pretendida por Sergio Schoklender se resolverá recién la próxima semana cuando un tercer juez de la Sala I de la Cámara Federal se reintegre de su licencia.
Fuentes judiciales informaron que el abogado Pablo Slonimsqui apeló ante la Cámara Federal, la Sala I, la misma que el martes otorgó la excarcelación a Schoklender y al contador Alejandro Gotkin, presidente de Meldorek.
"No se alcanzan a comprender las razones que motivaron a fijar, a los fines de disponer la inmediata libertad, una caución real de cuatro millones de pesos, suma orientada a garantizar la comparecencia del imputado frente a eventuales citaciones del tribunal", sostuvo el letrado.
"Resulta evidente, notorio, manifiesto y ostensible que el monto de la caución fijada resulta lista y llanamente inalcanzable para mi defendido y se erige como un obstáculo insalvable para que pueda recuperar su libertad", añadió.
Según el abogado Slonimsqui, la "imposición del tribunal resulta insólita", ya que "proyecta una intolerable incertidumbre sobre cuáles serán las conductas que mi defendido deberá abstenerse de realizar, en tanto lo genérico e impreciso de la referencia señalada sugiere la existencia de un inmenso universo de situaciones -algunas de ellas imprescindibles para el ejercicio de los derechos más elementales de toda persona imputada- que podrían interpretarse como una intervención en cualquier asunto que involucre alguno de los aspectos de las maniobras por las que fue indagado".
Los voceros explicaron que el millonario monto de la caución establecida por Oyarbide fue en función de los bienes que le atribuye a Pablo, así como el dinero que pasó por sus cuentas y que él -en su defensa- aseguró que le prestó a la Fundación para un mejor manejo de la administración.
Al otorgar la excarcelación, la Sala I de la Cámara entendió que no hay riesgo que Pablo Schoklender y Gotkin entorpezcan la investigación, y consideraron inapropiado que recién ahora la dicte Oyarbide tras un año de iniciada la causa y sin haber ningún elemento nuevo que lo justifique.
Por ahora, los hermanos Schoklender y Gotkin continúan presos en Ezeiza, en tanto que la excarcelación de Sergio se definirá recién la próxima semana.
Resulta que los dos jueces que integran ahora la Sala I, Eduardo Freiler y Eduardo Farah no se pusieron de acuerdo sobre si otorgarle o no la libertad a Sergio Schoklender, y el tercer juez de la Cámara, Jorge Ballestero, se encuentra de licencia y recién se integra la próxima semana.
Según voceros judiciales, para desempatar se había sorteado un juez de la Sala II, que resultó ser Martín Irurzun, pero el mismo fue objetado por Schoklender por lo que se esperará la vuelta de Ballestero para resolver.
Sergio Schoklender está imputado como supuesto "jefe" de una asociación ilícita, en tanto que su hermano y Gotkin en calidad de "organizadores", y a todos se les imputa el desvío de fondos públicos que recibía la Fundación Madres de Plaza de Mayo en el marco del programa "Sueños compartidos" para la construcción de viviendas sociales.
En tanto, la excarcelación pretendida por Sergio Schoklender se resolverá recién la próxima semana cuando un tercer juez de la Sala I de la Cámara Federal se reintegre de su licencia.
Fuentes judiciales informaron que el abogado Pablo Slonimsqui apeló ante la Cámara Federal, la Sala I, la misma que el martes otorgó la excarcelación a Schoklender y al contador Alejandro Gotkin, presidente de Meldorek.
"No se alcanzan a comprender las razones que motivaron a fijar, a los fines de disponer la inmediata libertad, una caución real de cuatro millones de pesos, suma orientada a garantizar la comparecencia del imputado frente a eventuales citaciones del tribunal", sostuvo el letrado.
"Resulta evidente, notorio, manifiesto y ostensible que el monto de la caución fijada resulta lista y llanamente inalcanzable para mi defendido y se erige como un obstáculo insalvable para que pueda recuperar su libertad", añadió.
Según el abogado Slonimsqui, la "imposición del tribunal resulta insólita", ya que "proyecta una intolerable incertidumbre sobre cuáles serán las conductas que mi defendido deberá abstenerse de realizar, en tanto lo genérico e impreciso de la referencia señalada sugiere la existencia de un inmenso universo de situaciones -algunas de ellas imprescindibles para el ejercicio de los derechos más elementales de toda persona imputada- que podrían interpretarse como una intervención en cualquier asunto que involucre alguno de los aspectos de las maniobras por las que fue indagado".
Los voceros explicaron que el millonario monto de la caución establecida por Oyarbide fue en función de los bienes que le atribuye a Pablo, así como el dinero que pasó por sus cuentas y que él -en su defensa- aseguró que le prestó a la Fundación para un mejor manejo de la administración.
Al otorgar la excarcelación, la Sala I de la Cámara entendió que no hay riesgo que Pablo Schoklender y Gotkin entorpezcan la investigación, y consideraron inapropiado que recién ahora la dicte Oyarbide tras un año de iniciada la causa y sin haber ningún elemento nuevo que lo justifique.
Por ahora, los hermanos Schoklender y Gotkin continúan presos en Ezeiza, en tanto que la excarcelación de Sergio se definirá recién la próxima semana.
Resulta que los dos jueces que integran ahora la Sala I, Eduardo Freiler y Eduardo Farah no se pusieron de acuerdo sobre si otorgarle o no la libertad a Sergio Schoklender, y el tercer juez de la Cámara, Jorge Ballestero, se encuentra de licencia y recién se integra la próxima semana.
Según voceros judiciales, para desempatar se había sorteado un juez de la Sala II, que resultó ser Martín Irurzun, pero el mismo fue objetado por Schoklender por lo que se esperará la vuelta de Ballestero para resolver.
Sergio Schoklender está imputado como supuesto "jefe" de una asociación ilícita, en tanto que su hermano y Gotkin en calidad de "organizadores", y a todos se les imputa el desvío de fondos públicos que recibía la Fundación Madres de Plaza de Mayo en el marco del programa "Sueños compartidos" para la construcción de viviendas sociales.