Otra vez un micro con pibes termina en tragedia
Por José Luis Ferrari. ¿Se pudo haber evitado? Una vez más la negligencia al volante.
El jueves a las 6,15 de la mañana, día despejado y soleado, en el km 141 de la ruta 2, vuelca un micro con alumnos de la Escuela N°: 41 de Benavidez, que iba a un ansiado viaje para conocer el mar. En el micro viajaban 52 pasajeros, de los cuales 44 eran alumnos de la escuela, en el accidente mueren dos niñas Delfina del Bianco de 11 años y Mía Soledad Moran de 12.
El chofer Alberto Maldonado, declaro “…que se le trabo el volante y esa situación le hizo perder el control de la unidad…”. El mismo siguiendo el relato dijo que “sintió un estruendo, se quedó sin dirección y que una ráfaga de viento desvió el ómnibus hacia la banquina central de la autovía”. Las pericias no dicen lo mismo, no surgieron desperfectos mecánicos, al menos por ahora. ¿Quién miente? con seguridad el conductor. ¿Qué pudo haber pasado? El estruendo es lo que pudo haber sentido luego de reaccionar, por haberse dormido, y ver que perdía el control del micro
Dos sospechas tienen en la justicia, o bien el chofer se durmió, o iba distraído con el teléfono celular. Por el momento se pudo saber que no hubo exceso de velocidad. Igualmente, el conductor quedo detenido. Esta es una crónica de un accidente de tránsito más. ¿Qué sospecho? El chofer se durmió, pero es solo la sospecha de un abogado, que escucha día a día, versiones de hechos que después no se pueden probar judicialmente.
De lo cotidiano puedo contar esto, se trataba de un contingente de chicos de escuelas primarias, del Gran Buenos Aires (chicos de origen muy humilde), que soñaban conocer el mar, se organizó el viaje tratando de minimizar gastos. Iban un día y regresaban al otro. Circunstancia por demás peligrosa.
Ahora escucharemos a los especialistas, que tratarán de explicar lo inexplicable. Si el chofer se durmió o bien iba distraído con el teléfono celular, lo sabremos rápidamente.
Pero hay algo que no tendrá solución, dos menores murieron en el accidente, y otras luchan por su vida, sus familias, jamás encontraran paz, después del enorme sacrificio para pagar el viaje, que terminó en tragedia. Seguramente los veremos peregrinar por los canales de televisión y por los tribunales, tratando de obtener una respuesta judicial, y que seguramente la tendrán.
Pero lo concreto es esto, ¿se pudo haber prevenido la tragedia?, y la respuesta es: SÍ.
Usted, que me está leyendo, le sugiero tres cosas antes de viajar, dormir bien, no beber y no distraerse con el teléfono celular, y así podremos terminar o al menos disminuir los siete mil muertos por año, que se producen en accidentes de tránsito.
Al estado, le recomiendo, hacer obligatorio el uso de cinturones de seguridad en los micros, y prohibir la circulación de unidades de dos pisos, que en el mundo civilizado, ya casi no existen, por algo será.
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