Otra vez sopa
* Por Florencia Peña. Este es un año especial. Se vienen las elecciones, y hay muchos intereses en juego. Entonces los medios más anti-K, van a tratar de embarrar la cancha lo más que se pueda (sí, todavía más). Ya verán la forma de generar más confusión.
Quisiera empezar mi crónica de hoy compartiendo un cuento breve:
La cultura del terror
Pedro Algorta, abogado, me mostró el gordo expediente del asesinato de dos mujeres. El doble crimen había sido a cuchillo, a fines de 1982. La acusada, Alma Di Agosto, había confesado. Llevaba presa más de un año, y parecía condenada a pudrirse de por vida en la cárcel.
Al cabo de un mes de profundas palizas, le habían arrancado varias confesiones. Las confesiones de Alma Di Agosto no se parecían entre sí, como si ella hubiera cometido el mismo asesinato de muy diversas maneras. En cada confesión había personajes diferentes, pintorescos fantasmas sin nombre ni domicilio, porque la picana eléctrica convierte a cualquiera en fecundo novelista, y en todos los casos la autora demostraba tener la agilidad de una atleta olímpica, los músculos de una fuerzuda de feria y la destreza de una matadora profesional. Pero lo que más sorprendía era el lujo de detalles: en cada confesión, la acusada describía con precisión milimétrica ropas, gestos, escenarios, situaciones, objetos...
Alma Di Agosto era ciega.
Sus vecinos, que la conocían y la querían, estaban convencidos de que ella era culpable:
–¿Por qué? –preguntó el abogado.
–Porque lo dicen los diarios.
–Pero los diarios mienten –dijo el abogado.
–Es que también lo dice la radio –explicaron los vecinos. ¡Y la tele!
Eduardo Galeano
Quizá porque lo escribió allá por los ochenta, Internet no figura en su relato. Pero bien podríamos incorporarlo como parte de la nefasta construcción mediática que reduce la realidad a lo que leemos y escuchamos. Lo que vemos, lo que nuestros propios ojos nos muestran, no existe. Lo que ocurre fuera de la pantalla es una sombra indigna de confianza. El sistema nos enseña a contemplar la vida, en lugar de hacerla. El sol no nace si no lo cuentan los medios. Así arman estrategias para contar a medias. Mienten. Nos convencen de las mentiras más siniestras. Nos llenan de miedo. Ponen y sacan. Invisibilizan. Responden a sus intereses, sin asco. Pero... apelan a la "objetividad". Al periodismo "independiente". Nadie reclama. La fe de erratas cayó en desuso o en el olvido, así que digo lo que quiero, como quiero, cuando quiero, sin fundamentar. Esa es la prensa nuestra de cada día.
O por lo menos la que responde a la libertad de empresa, porque las noticias son su negocio, y para eso hay cosas que conviene esconder. Si no, la gente deja de comprar y ellos facturan menos. Por ejemplo, el caso de Cablevisión, que volvió a recibir sanciones por incrementos injustificados y faltas a la nueva Ley de Medios (¡es increíble cómo le cuesta al monopolio ajustarse a los cambios de la democracia!). ¿Y...? A ver si adivino... Esa noticia no fue tapa de Clarín. ¡¡¡Correctooo!!! Si le hubiera pasado eso a una empresa estatal, lo hacen tapa, contratapa y le dan rosca hasta Pascuas por lo menos. Así sucede en todos los medios que tienen el invento como caballito de batalla. Y disculpen, porque ya sé que de estos temas venimos hablando desde hace rato, pero parece que muchos todavía están ciegos ante tanto fraude. Siguen comprando sin asco todo lo que les venden.
Este es un año especial. Se vienen las elecciones, y hay muchos intereses en juego. Entonces los medios más anti-K, van a tratar de embarrar la cancha lo más que se pueda (sí, todavía más). Ya verán la forma de generar más confusión. Y con esa lógica, si los que estamos a favor de este modelo decimos lo que pensamos: somos pagos, hacemos negociados, y nos dedican tapas para desprestigiarnos, para hacernos ver como personas manejadas igual que títeres. Obviamente, todo eso sin ninguna prueba. Y no es que plantean su desacuerdo con nuestros pensamientos o nos proponen un debate: directamente nos anulan. Nos invisibilizan, para que nuestra voz no se escuche, para que nuestras ideas no circulen. Pero si a los que defenestran al gobierno alguien los llega a criticar, entonces son víctimas de una persecución. ¿Qué? Pará, pará que algo me perdí. Mis pensamientos son caca. Los de Mirta no. "Dice lo que piensa", pero si no estamos de acuerdo y lo decimos, ella está sufriendo un atentado mediático. ¡¡¡Ah, bueno!!!
Y es en este contexto, de gran quilombo, donde algunos medios online dedicados a la política "desde adentro" volvieron a instalar el rumor de que voy a ser candidata. No es nada nuevo. Supuestamente ya iba a ser candidata en 2009. Y en 2010 iba a lanzarme para este año. Según estos rumores y todas las encuestas que se habrían encargado, ya podría haber sido diputada, senadora, hasta presidenta de la Unasur, ¿por qué no?
En Internet, por estas horas, aparecen montones de sitios que copian y pegan las mismas notas palabra por palabra, sin verificar ni acreditar las fuentes. Y muchos creo que hasta tienen a los mismos comentaristas invitados: navegantes que a todo lo que no les gusta le agregan la letra K. Y no paran de decir barbaridades en el colmo de la intolerancia, con ecos de los peores años de nuestro país. Así que según estas voces de radio-pasillo, voy a ser la candidata a vice jefa de gobierno porteño en la fórmula de Amado Boudou. Aunque antes me tendría que enfrentar a la ministra Débora Giorgi, que aspiraría al mismo cargo (y ella me aventajaría por su probada capacidad de gestión). O también podría contentarme con ir de candidata parlamentaria por la Ciudad. Y ahí me detengo. Hagamos este ejercicio: aparece el rumor, alguien debería decir: Llamemos a Florencia para chequear la info. O por qué no, al jefe de prensa de Boudou. Es un llamadito, chicos, no es tan terrible. Si no es verdad, no se publica, y listo. No, error. Nadie chequea. Y lo instalan como verdad. Y la gente opina, siniestramente contra mi persona, basándose en un dato falso. Y después nadie pide disculpas sobre el "malentendido". Entonces me hago esta pregunta: ¿No chequean porque son inútiles o porque les conviene instalar la mentira?
Voy a tener que ver cómo acomodo los horarios entre el teatro, la tele, y mi familia. Aunque bien podría hacer como varios "congresistas" o algunos funcionarios de Macri, que con poner la caripela de vez en cuando frente a una cámara hacen de cuenta que están trabajando por el bien del país.
Lo que sí hay un dato alarmante para algunos candidatos, que por su trayectoria deberían estar en mejor posición. Y acá les copio textualmente un fragmento de una de las noticias recontra-republicadas en estos "medios políticos digitales":
"...la consultora Equis (de Artemio López), que trabaja para Boudou, mandó a medir la imagen de Florencia. Y no dio mal: su imagen positiva asciende a un 21,3%, por arriba de los candidatos de Elisa Carrió (María Estenssoro) y Pino Solanas (Claudio Lozano)."
Y bueno, siendo así, lo voy a pensar seriamente y charlar con mi círculo de confianza: quizás mañana dejo todo y la semana que viene les cuento mi programa de gobierno... Porque lo que yo diga no importa... La verdad la tienen los medios, y quién les dice, a lo mejor yo también la termino creyendo.
La cultura del terror
Pedro Algorta, abogado, me mostró el gordo expediente del asesinato de dos mujeres. El doble crimen había sido a cuchillo, a fines de 1982. La acusada, Alma Di Agosto, había confesado. Llevaba presa más de un año, y parecía condenada a pudrirse de por vida en la cárcel.
Al cabo de un mes de profundas palizas, le habían arrancado varias confesiones. Las confesiones de Alma Di Agosto no se parecían entre sí, como si ella hubiera cometido el mismo asesinato de muy diversas maneras. En cada confesión había personajes diferentes, pintorescos fantasmas sin nombre ni domicilio, porque la picana eléctrica convierte a cualquiera en fecundo novelista, y en todos los casos la autora demostraba tener la agilidad de una atleta olímpica, los músculos de una fuerzuda de feria y la destreza de una matadora profesional. Pero lo que más sorprendía era el lujo de detalles: en cada confesión, la acusada describía con precisión milimétrica ropas, gestos, escenarios, situaciones, objetos...
Alma Di Agosto era ciega.
Sus vecinos, que la conocían y la querían, estaban convencidos de que ella era culpable:
–¿Por qué? –preguntó el abogado.
–Porque lo dicen los diarios.
–Pero los diarios mienten –dijo el abogado.
–Es que también lo dice la radio –explicaron los vecinos. ¡Y la tele!
Eduardo Galeano
Quizá porque lo escribió allá por los ochenta, Internet no figura en su relato. Pero bien podríamos incorporarlo como parte de la nefasta construcción mediática que reduce la realidad a lo que leemos y escuchamos. Lo que vemos, lo que nuestros propios ojos nos muestran, no existe. Lo que ocurre fuera de la pantalla es una sombra indigna de confianza. El sistema nos enseña a contemplar la vida, en lugar de hacerla. El sol no nace si no lo cuentan los medios. Así arman estrategias para contar a medias. Mienten. Nos convencen de las mentiras más siniestras. Nos llenan de miedo. Ponen y sacan. Invisibilizan. Responden a sus intereses, sin asco. Pero... apelan a la "objetividad". Al periodismo "independiente". Nadie reclama. La fe de erratas cayó en desuso o en el olvido, así que digo lo que quiero, como quiero, cuando quiero, sin fundamentar. Esa es la prensa nuestra de cada día.
O por lo menos la que responde a la libertad de empresa, porque las noticias son su negocio, y para eso hay cosas que conviene esconder. Si no, la gente deja de comprar y ellos facturan menos. Por ejemplo, el caso de Cablevisión, que volvió a recibir sanciones por incrementos injustificados y faltas a la nueva Ley de Medios (¡es increíble cómo le cuesta al monopolio ajustarse a los cambios de la democracia!). ¿Y...? A ver si adivino... Esa noticia no fue tapa de Clarín. ¡¡¡Correctooo!!! Si le hubiera pasado eso a una empresa estatal, lo hacen tapa, contratapa y le dan rosca hasta Pascuas por lo menos. Así sucede en todos los medios que tienen el invento como caballito de batalla. Y disculpen, porque ya sé que de estos temas venimos hablando desde hace rato, pero parece que muchos todavía están ciegos ante tanto fraude. Siguen comprando sin asco todo lo que les venden.
Este es un año especial. Se vienen las elecciones, y hay muchos intereses en juego. Entonces los medios más anti-K, van a tratar de embarrar la cancha lo más que se pueda (sí, todavía más). Ya verán la forma de generar más confusión. Y con esa lógica, si los que estamos a favor de este modelo decimos lo que pensamos: somos pagos, hacemos negociados, y nos dedican tapas para desprestigiarnos, para hacernos ver como personas manejadas igual que títeres. Obviamente, todo eso sin ninguna prueba. Y no es que plantean su desacuerdo con nuestros pensamientos o nos proponen un debate: directamente nos anulan. Nos invisibilizan, para que nuestra voz no se escuche, para que nuestras ideas no circulen. Pero si a los que defenestran al gobierno alguien los llega a criticar, entonces son víctimas de una persecución. ¿Qué? Pará, pará que algo me perdí. Mis pensamientos son caca. Los de Mirta no. "Dice lo que piensa", pero si no estamos de acuerdo y lo decimos, ella está sufriendo un atentado mediático. ¡¡¡Ah, bueno!!!
Y es en este contexto, de gran quilombo, donde algunos medios online dedicados a la política "desde adentro" volvieron a instalar el rumor de que voy a ser candidata. No es nada nuevo. Supuestamente ya iba a ser candidata en 2009. Y en 2010 iba a lanzarme para este año. Según estos rumores y todas las encuestas que se habrían encargado, ya podría haber sido diputada, senadora, hasta presidenta de la Unasur, ¿por qué no?
En Internet, por estas horas, aparecen montones de sitios que copian y pegan las mismas notas palabra por palabra, sin verificar ni acreditar las fuentes. Y muchos creo que hasta tienen a los mismos comentaristas invitados: navegantes que a todo lo que no les gusta le agregan la letra K. Y no paran de decir barbaridades en el colmo de la intolerancia, con ecos de los peores años de nuestro país. Así que según estas voces de radio-pasillo, voy a ser la candidata a vice jefa de gobierno porteño en la fórmula de Amado Boudou. Aunque antes me tendría que enfrentar a la ministra Débora Giorgi, que aspiraría al mismo cargo (y ella me aventajaría por su probada capacidad de gestión). O también podría contentarme con ir de candidata parlamentaria por la Ciudad. Y ahí me detengo. Hagamos este ejercicio: aparece el rumor, alguien debería decir: Llamemos a Florencia para chequear la info. O por qué no, al jefe de prensa de Boudou. Es un llamadito, chicos, no es tan terrible. Si no es verdad, no se publica, y listo. No, error. Nadie chequea. Y lo instalan como verdad. Y la gente opina, siniestramente contra mi persona, basándose en un dato falso. Y después nadie pide disculpas sobre el "malentendido". Entonces me hago esta pregunta: ¿No chequean porque son inútiles o porque les conviene instalar la mentira?
Voy a tener que ver cómo acomodo los horarios entre el teatro, la tele, y mi familia. Aunque bien podría hacer como varios "congresistas" o algunos funcionarios de Macri, que con poner la caripela de vez en cuando frente a una cámara hacen de cuenta que están trabajando por el bien del país.
Lo que sí hay un dato alarmante para algunos candidatos, que por su trayectoria deberían estar en mejor posición. Y acá les copio textualmente un fragmento de una de las noticias recontra-republicadas en estos "medios políticos digitales":
"...la consultora Equis (de Artemio López), que trabaja para Boudou, mandó a medir la imagen de Florencia. Y no dio mal: su imagen positiva asciende a un 21,3%, por arriba de los candidatos de Elisa Carrió (María Estenssoro) y Pino Solanas (Claudio Lozano)."
Y bueno, siendo así, lo voy a pensar seriamente y charlar con mi círculo de confianza: quizás mañana dejo todo y la semana que viene les cuento mi programa de gobierno... Porque lo que yo diga no importa... La verdad la tienen los medios, y quién les dice, a lo mejor yo también la termino creyendo.