Orlando Barone escribió un poema contra las "balas de tinta"
El periodista criticó los "medios dominantes", que "oscurecen la vida de quienes viven leyéndolos".
El panelista de 678 tomó la frase "Hay balas de tinta que intentan derrocar gobiernos populares", y bajo el título "Tintoreritos" escribió una columna de opinión donde cuestiona el papel de los medios, en referencia directa al grupo Clarin.
En el texto, publicado en el portal Diario Registrado, Barone cuestionó a los "medios dominantes" que "tiñen, enturbian y oscurecen la vida de quienes viven leyéndolos".
Además, se refirió sin nombrarlo al periodista Nelson Castro quien se "permite diagnosticarles síndromes a otros", en referencia a los dichos del conductor de "Entre Líneas" quien sostuvo que la presidente padece el "síndrome de Hubris".
Este es el poema entero:
Aunque sus deseos serían
que las balas fueran
de plomo, se excitan
disparando balas
de tinta
y esperan con regocijo
las consecuencias.
Los tintoreritos
tiñen, enturbian
y oscurecen la vida de
quienes viven leyéndolos
y escuchándolos
empujados por la inercia del hábito
que los sujeta a la amarra
y que les desgana la voluntad
y la "involuntariza".
Los periodistas dominantes,
de los medios dominantes,
del grupo dominante
se arrogan el uso dominante
de la fuerza crítica
amparados
en la omnipotencia
de representar el rating
de los ciudadanos.
Y actúan como impostores
neutrales
para públicos perdidos
en el atávico aplauso
a quienes los engañan.
También los aplauden
líderes partidarios
que con tal de ser movidos
por el titiritero
renuncian al "yo"
y van cambiando de ritmo
al compás ideológico
de las mudanzas.
Dudoso ejercicio la metralla
periodística,
que en la Argentina actual
fertiliza en golpistas
corporativos
y en intrigantes
consentidos por la fama
y el rango de contratos
que premian prósperamente
sus servicios subterráneos
como si fueran los más altos.
Tanto ataque entintado
de televisión, de radio ,
de diarios, de cacerola
y de agenda dominante
forma parte de la "gran escala"
exigida por un grupo
de comunicación
tentacular, polimorfo,
anfibio, satelital
y "cautelarístico"
para expandir su cacería
contra el Estado
insolentemente popular
que no se amolda
a la resignación política.
Los tintoreritos, presumidos,
se permiten diagnosticarles
síndromes a otros.
Siendo que ellos padecen
de despatriotismo,
de rémoras cipayas
y de claudicación colectiva.
Sin verguenza cargan
esa deshonra
con falsa honra inexplicable.
No obstante
ya hay partes de la vida
Argentina fortificadas
a las que el estruendo
de las balas de tinta
llega debilitado e inocuo.
Casi idiotizado
por su origen opositor
recurrente.
Claro que es cierto el fin de ciclo.
Y será celebrado democrática
y jurídicamente. Y justicieramente.
El fin de ciclo del dominio balístico
de los tintoreritos
y el paulatino desarme
de sus instigadores.