Ofrecieron traficar droga a hiper-obeso
Es un ex obeso en lucha por la promulgación de una ley de Trastornos Alimentarios y, además, denunciante de que en un hospital le ofrecieron ser "un narco gordo".
Su nombre es Ricardo Tondo y con sus 70 kilos es hoy un ex obeso. Sin embargo, padeció la enfermedad y los 200 kilos que debía sostener durante más de 40 años. Actualmente. No sólo lucha por una ley que ampare a las personas con Trastornos Alimentarios, si no que además, denuncia que: “Cuando hice mi tratamiento me ofrecieron, en un hospital público, traficar cocaína en mis colgajos”. En definitiva, ser un “narco gordo”.
Por su lucha, Tondo es el actual titular de la Asociación de Pacientes Bariátricos de Argentina (APBA) y cuenta que “me puse fuerte y muy terco, así logré, con ayuda de la economía (porque sino es imposible) bajar de peso en poco tiempo”, con profunda emoción y connotando orgullo.
Pero la obtención de su estado físico actual no fue sencilla, si no que devino de una lucha incansable tras la que consiguió que OSDE le financiara en 2005 una operación para colocarse una banda gástrica, que en ese entonces costaba unos 22.000 pesos y que no estaba incluida dentro del Plan Médico Obligatorio (PMO).
Asimismo y después de haber conseguido la colocación del cinturón, sufrió el padecer de otra pelea, puesto que los residuos de piel y los colgajos sobrantes no eran cosa de la que se hiciese cargo nadie de la entidad.
“Tuve más de quince cirugías plásticas”, cuenta Tondo para dar pie a la denuncia de que, entre una y otra, y en medio de pedidos, súplicas de ayuda y exigencias de respeto, el ayudante de un cirujano de un hospital público le planteó traficar cocaína en sus rollos.
“No voy a revelar el hospital, pero fue algo que me impactó”, dice y añade que: “Estaba tramitando qué hacer con los colgajos, que los llevaba de acá para allá, y un puntero del narcotráfico me ofreció entrar en el mercado para ganar plata llevando cocaína y así pagarme las operaciones”, denuncia.
Por su lucha, Tondo es el actual titular de la Asociación de Pacientes Bariátricos de Argentina (APBA) y cuenta que “me puse fuerte y muy terco, así logré, con ayuda de la economía (porque sino es imposible) bajar de peso en poco tiempo”, con profunda emoción y connotando orgullo.
Pero la obtención de su estado físico actual no fue sencilla, si no que devino de una lucha incansable tras la que consiguió que OSDE le financiara en 2005 una operación para colocarse una banda gástrica, que en ese entonces costaba unos 22.000 pesos y que no estaba incluida dentro del Plan Médico Obligatorio (PMO).
Asimismo y después de haber conseguido la colocación del cinturón, sufrió el padecer de otra pelea, puesto que los residuos de piel y los colgajos sobrantes no eran cosa de la que se hiciese cargo nadie de la entidad.
“Tuve más de quince cirugías plásticas”, cuenta Tondo para dar pie a la denuncia de que, entre una y otra, y en medio de pedidos, súplicas de ayuda y exigencias de respeto, el ayudante de un cirujano de un hospital público le planteó traficar cocaína en sus rollos.
“No voy a revelar el hospital, pero fue algo que me impactó”, dice y añade que: “Estaba tramitando qué hacer con los colgajos, que los llevaba de acá para allá, y un puntero del narcotráfico me ofreció entrar en el mercado para ganar plata llevando cocaína y así pagarme las operaciones”, denuncia.