Obama volvió a pedir apoyo a la ciudadanía para frenar la crisis
El presidente de Estados Unidos pidió hoy el respaldo del público a su nuevo plan de creación de empleos, y exhortó a que presionen al Congreso para que lo apruebe "sin más divisiones ni retrasos".
En su habitual mensaje radial semanal, El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró las ventajas y la urgencia de que se apruebe su nuevo plan, que representa 447.000 millones de dólares, a fin de paliar un desempleo persistente del 9,1% y la caída en picada de su popularidad, reportó la cadena televisiva CNN.
El presidente anunció su nuevo plan de estímulo la semana pasada, en una sesión conjunta del Congreso, y a partir de allí fue a defender su proyecto a Virginia, Ohio y Carolina del Norte, donde necesita mejorar su imagen de cara a las elecciones de noviembre del 2012.
"Lo que le preocupa a la gente que conocí es cómo volver a la situación que le permita crear empleos buenos para la clase media, que paguen bien y ofrezcan cierta seguridad", destacó Obama.
La popularidad del mandatario y su gestión cayeron en picada. Un sondeo del New York Times y CBS News, difundido ayer, indica que casi la mitad de los encuestados temen que la economía se encamine hacia una nueva recesión y tres de cada cuatro estadounidenses creen que el país tomó un rumbo equivocado con Obama en la Casa Blanca.
El nuevo plan de estímulo propuesto por el mandatario reducirá temporalmente los impuestos que pagan a la Seguridad Social empleados y empresas y ofrecerá subvenciones a los negocios que amplíen sus plantillas laborales.
Además, promete invertir miles de millones de dólares en nuevos proyectos de obras públicas, que prolongarán los beneficios por desempleo a los desocupados con mayor antigüedad y subvencionará a municipalidades y estados para que paguen los salarios de empleados públicos.
El próximo lunes, Obama dará a conocer su plan para costear el nuevo plan de estímulo laboral y reducir el déficit en unos 2 billones de dólares en 10 años, que transferirá a una comisión legislativa especial encargada de achicar el gasto público entre 1,2 y 1,6 billones de dólares.
La respuesta republicana estuvo a cargo del representante Peter Roskam que le pidió a Obama que reduzca las regulaciones y normas impuestas por el gobierno federal a las empresas, alegando que los organismos gubernamentales están obstaculizando la contratación de empleados.
"Washington pasó a ser una fábrica de escollos", insistió el legislador.