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Números que meten miedo

*Por Ricardo Roa. Dos estadísticas, conocidas ayer y en varios sentidos parientes entre sí , revelan en números efectos del modelo K no precisamente exitosos.

Y explican, también, el ajuste que ha sido puesto en marcha, de apuro y tardíamente.

Primera: la factura monumental que el año pasado representaron los llamados "subsidios económicos". Mantener pisadas las tarifas de luz, agua y transporte y cubrir, entre otros, el fuerte déficit de Aerolíneas, le salió al Estado casi $75.000 millones.

O sea, a todos los argentinos (Ver: Confusión sobre cuánto costará el boleto en colectivos y trenes).

En 2005, cuando el sistema empezaba a tomar cuerpo, la cuenta apenas llegaba a $3.478 millones. Siete años después, trepó a las nubes: en 2011 se gastó nada menos que un 2.100% más.

Con las cifras fiscales en rojo subido y los colchones del Banco Central y la ANSeS bastante desinflados, el Gobierno tiene que salir a desarmar un régimen que él mismo creó, tan insostenible como indiscriminado en sus beneficios. Y lo hace con aumentos en la energía, el agua y el que se avecina para el transporte, de una magnitud todavía desconocida pero previsiblemente considerable.

Segunda estadística: la importación de gas natural y licuado, gasoil, fuel y hasta electricidad. Tapar la crisis energética que salta por todas partes consumió el año que pasó US$ 9.397 millones, más del doble que en 2010.

Este es otro emergente de las políticas oficiales, aunque en realidad es de la falta de políticas . Desde 1998, la producción petrolera cae sin pausa y la de gas, a partir de 2004. En estos casi 9 años de gestión kirchnerista no se hizo nada para cambiar la ecuación, sino al contrario. Y el resultado se mide en los dólares de las importaciones y, consecuentemente, en los pesos de los subsidios.

Extraño contraste para un modelo autotitulado progresista: los "subsidios económicos" que pasan por las empresas privadas antes de llegar a los usuarios, subieron un 50%, y los "sociales" apenas un 7% . Entre estos últimos se cuentan la asignación universal y los planes de vivienda y de salud.