Nuevo paro docente
Los maestros porteños paran hoy por sexta vez en menos de 2 meses. Es un paro cada diez días, en el cual se oponen a que les resten poder en los nombramientos.
¿Quién se quedará con la batuta, los docentes o el gobierno de la Ciudad? La respuesta se conocerá hoy, cuando la Legislatura vote el proyecto para modificar la forma de asignar los cargos de los docentes.
El Ejecutivo busca quedarse con el poder de clasificación de los maestros y profesores, mientras los docentes, que tienen esa potestad desde hace casi tres décadas, lo acusan de haber llevado adelante la iniciativa sin consulta previa. Por eso, hoy los 17 gremios realizan la sexta jornada de paro en menos de dos meses. Esto es un paro cada diez días.
La huelga de hoy se suma a las del 4 de octubre, 19 y 20 de ese mismo mes, 4 de noviembre y 8 de noviembre. El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, repitió que les descontará el día.
"La única razón por la que el ministro Bullrich se niega a que los proyectos se discutan en las escuelas es porque quiere que accedan a los cargos los amigos del gobierno, en lugar de los mejores maestros", dijo ayer Eduardo López, titular de UTE-Ctera, en el "gazebo" que montó su gremio frente a la Legislatura para protestar. Bullrich le respondió: "En los últimos dos meses nos reunimos seis veces con los gremios. Siempre estuvimos dispuestos al diálogo".
Puertas adentro de la Legislatura, ayer se negociaba para que la ley salga. Por la tarde, el proyecto original de la legisladora del PRO Victoria Morales Gorleri aparecía algo desdibujado. Ese texto pretende eliminar las 14 Juntas de Clasificación y relegar a los docentes a una sola junta, cuya función sería atender quejas ante eventuales designaciones impugnadas. Para salvar el abismo entre esa intención y el mal humor del sector, aparecieron dos propuestas intermedias, que finalmente allanarían el camino hoy.
Los proyectos alternativos de los diputados Sergio Abrevaya (Coalición Cívica) y Diego Kravetz (Encuentro Progresista) reducen la cantidad de juntas a la mitad (de 14 a 7). Y si bien ya no tendrían la función de clasificar a los docentes, serían una instancia importante en el proceso de designación, ya que tendrían a su cargo el control de las listas de candidatos cuando compitan por un nombramiento.
Todo el trabajo burocrático de clasificación que hasta ahora les correspondía a las juntas, a través de la asignación de puntajes para los "antecedentes culturales" de los maestros aspirantes, quedaría automatizado a través de un sistema en Internet. La idea es que los docentes carguen allí los cursos, capacitaciones realizadas o publicaciones, y reciban un puntaje predeterminado . Desde el gobierno argumentan que de esa manera las designaciones serán más transparentes y justas.
"Cuanto más consenso tengamos, la ley será más legítima", fue la explicación que dio a Clarín Morales Gorleri al reconocer la apertura de su bloque a otras propuestas. Desde la Coalición Cívica, en cambio, interpretaron que al PRO no le alcanzaban los votos o que "llegaría demasiado ajustado".
El bloque oficial cuenta con 24 diputados propios, de un total de 60. Ayer se especulaba con que, de haber abstenciones o ausencias, el PRO podría llegar al número necesario porque esta es una ley que se aprueba por mayoría simple (la mitad más uno de los presentes). Pero al mismo tiempo aparecía como un terreno demasiado resbaladizo. Un escenario más holgado y seguro, en cambio, se presentaba si los diputados se sentaban hoy en sus bancas con un proyecto consensuado con los otros bloques.
Puertas afuera de la Legislatura, donde los cruces son más virulentos, había incertidumbre por lo que pudiera ocurrir hoy, y se montará un fuerte operativo de seguridad. A las 15 habrá una marcha desde 9 de Julio y Avenida de Mayo, y la sesión se programó para las 16. UTE y Ademys, los gremios más combativos, seguirán exigiendo que la iniciativa quede archivada. "Pedimos tiempo y diálogo", reiteró ayer López. Pero a esa altura las cartas ya estaban jugadas. Y las horas, contadas.
El Ejecutivo busca quedarse con el poder de clasificación de los maestros y profesores, mientras los docentes, que tienen esa potestad desde hace casi tres décadas, lo acusan de haber llevado adelante la iniciativa sin consulta previa. Por eso, hoy los 17 gremios realizan la sexta jornada de paro en menos de dos meses. Esto es un paro cada diez días.
La huelga de hoy se suma a las del 4 de octubre, 19 y 20 de ese mismo mes, 4 de noviembre y 8 de noviembre. El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, repitió que les descontará el día.
"La única razón por la que el ministro Bullrich se niega a que los proyectos se discutan en las escuelas es porque quiere que accedan a los cargos los amigos del gobierno, en lugar de los mejores maestros", dijo ayer Eduardo López, titular de UTE-Ctera, en el "gazebo" que montó su gremio frente a la Legislatura para protestar. Bullrich le respondió: "En los últimos dos meses nos reunimos seis veces con los gremios. Siempre estuvimos dispuestos al diálogo".
Puertas adentro de la Legislatura, ayer se negociaba para que la ley salga. Por la tarde, el proyecto original de la legisladora del PRO Victoria Morales Gorleri aparecía algo desdibujado. Ese texto pretende eliminar las 14 Juntas de Clasificación y relegar a los docentes a una sola junta, cuya función sería atender quejas ante eventuales designaciones impugnadas. Para salvar el abismo entre esa intención y el mal humor del sector, aparecieron dos propuestas intermedias, que finalmente allanarían el camino hoy.
Los proyectos alternativos de los diputados Sergio Abrevaya (Coalición Cívica) y Diego Kravetz (Encuentro Progresista) reducen la cantidad de juntas a la mitad (de 14 a 7). Y si bien ya no tendrían la función de clasificar a los docentes, serían una instancia importante en el proceso de designación, ya que tendrían a su cargo el control de las listas de candidatos cuando compitan por un nombramiento.
Todo el trabajo burocrático de clasificación que hasta ahora les correspondía a las juntas, a través de la asignación de puntajes para los "antecedentes culturales" de los maestros aspirantes, quedaría automatizado a través de un sistema en Internet. La idea es que los docentes carguen allí los cursos, capacitaciones realizadas o publicaciones, y reciban un puntaje predeterminado . Desde el gobierno argumentan que de esa manera las designaciones serán más transparentes y justas.
"Cuanto más consenso tengamos, la ley será más legítima", fue la explicación que dio a Clarín Morales Gorleri al reconocer la apertura de su bloque a otras propuestas. Desde la Coalición Cívica, en cambio, interpretaron que al PRO no le alcanzaban los votos o que "llegaría demasiado ajustado".
El bloque oficial cuenta con 24 diputados propios, de un total de 60. Ayer se especulaba con que, de haber abstenciones o ausencias, el PRO podría llegar al número necesario porque esta es una ley que se aprueba por mayoría simple (la mitad más uno de los presentes). Pero al mismo tiempo aparecía como un terreno demasiado resbaladizo. Un escenario más holgado y seguro, en cambio, se presentaba si los diputados se sentaban hoy en sus bancas con un proyecto consensuado con los otros bloques.
Puertas afuera de la Legislatura, donde los cruces son más virulentos, había incertidumbre por lo que pudiera ocurrir hoy, y se montará un fuerte operativo de seguridad. A las 15 habrá una marcha desde 9 de Julio y Avenida de Mayo, y la sesión se programó para las 16. UTE y Ademys, los gremios más combativos, seguirán exigiendo que la iniciativa quede archivada. "Pedimos tiempo y diálogo", reiteró ayer López. Pero a esa altura las cartas ya estaban jugadas. Y las horas, contadas.