Nubes en el universo digital
*Por Marcelo Fandiño. En 2010, el "universo digital" (cantidad de información generada en formatos electrónicos en el planeta) atravesó la barrera del zettabyte, unidad de medida equivalente a un billón de gigabytes, y se prevé que en 2011 superará los 1,8 Zb, constituidos por 500.000 billones de "archivos".
Podríamos decir que para almacenar toda esa información harían falta más de 400 mil millones de DVDs. Así lo indica el quinto estudio anual que realiza la consultora IDC, patrocinado por la empresa de tecnología informática EMC.
Al igual que al universo físico, al digital también habrá que mirarlo con atención: se estima que crecerá más del doble cada dos años, albergando casi tantos bits de información como estrellas en el cosmos.
¿Dónde guardaremos y quién se encargará de administrar todo ese material? ¿cómo lo protegeremos?
Según los autores del estudio, John Gantz y David Reinsel, en la próxima década la cantidad de servidores (virtuales y físicos) en todo el mundo se multiplicará por diez; la información que gestionen los centros de datos de una organización crecerá en 50 veces; y los archivos que ese centro deba manejar lo hará por 75. Pero los profesionales de TI (tecnologías de la información) en el mundo se multiplicará por menos de 1,5.
En cuanto a la protección, el estudio señala que menos de un tercio de la información del universo digital tiene un mínimo de seguridad; y sólo la mitad de la que debería estar protegida lo está. ¿A quién no le ha sucedido perder sus propios documentos porque se le dañó el disco rígido? Las consecuencias son directamente proporcionales cuando se trata de información corporativa o de organismos gubernamentales.
Las grandes corporaciones ya pusieron a sus profesionales en TI a trabajar en esta materia. Gantz y Reinsel estiman que, desde 2005, la inversión que realizan las organizaciones aumentó en 50%, a u$s 4 mil millones. Esa suma se destinó a hardware, software, servicios y personal para generar, administrar y almacenar el universo digital... pero también, a obtener ingresos a partir de éste.
Las nuevas necesidades demandan una infraestructura de TI flexible, escalable, que vaya más allá de la organización. Hoy a esa infraestructura se la llama cloud computing, y representa menos del 2% del gasto en TI; pero IDC calcula que, para 2015, casi 20% de la información estará tocada por los proveedores de cloud computing. O sea que, en alguna parte de la travesía que hace el byte desde su origen hasta su eliminación, se almacenará o procesará en una nube.
La computación en la nube es también una manera eficiente de sacarles provecho a estos volúmenes gigantes de información. Una casa de indumentaria, por caso, puede establecer desde qué adquirió un consumidor determinado y a qué hora, hasta quién lo atendió. Toda esta información, a su vez, puede procesarse para conocer mejor el perfil del cliente -por ejemplo, dentro de qué rango de precios consume y con qué medios de pago- o cuáles son los artículos más demandados, amén de revisar las normas internas de atención al público.
Por eso, este año el estudio de IDC se titula Cómo obtener beneficios a partir del caos. La información digital nunca será demasiada mientras existan lo medios físicos para almacenarla y resguardarla, y las herramientas para interpretarla productivamente. Y hoy existen.