Norberto Oyarbide recargado: reprograma su boda y abandona todo, hasta el país
Programó su boda para mayo del año pasado, pero la tuvo que suspender y hasta desmentirnos pues dimos esa primicia.
Hace exactamente un año, una amiga personal que es secretaria de un empresario de alta alcurnia, nos mostró una tarjeta impresa en una cartulina de excelencia en la que decía que Norberto Oyarbide y su novio Claudio Blanco se casaban en mayo del 2013, e invitaba a su fiesta en el Hotel Alvear. Le pedimos a la dama en cuestión que nos permitiera fotocopiar esa tarjeta, pero ella se negó bajo una razón atendible, consideraba que darnos una copia constituía un acto de deslealtad a su jefe. Pero en cambio nos brindó un detalle interesante, la organizadora de la boda era Florencia de la Ve.
Publicamos en primicia que después levantaron otros medios (como hacen muchas veces, omitieron que la fuente de la información era este portal), y pocos días más tarde el polémico juez muy desencajado nos desmintió hasta con agresividad diciendo que esa información era una mentira burda.
Pero en su programa "La Peluquería", Florencia de la Ve confirmó que la organización de la boda era totalmente cierta. Supimos después que había algunos detalles desubicados pues entre la lista de invitados figuraban personajes (funcionarios públicos) que habían sido investigados o lo estaban siendo en el juzgado del controvertido magistrado. Menos los hermanitos Schoklender y Luciano Garbellano (su enemigo íntimo) estaban todos, o casi todos los integrantes del jet set (término viejo pero ilustrativo) político, social y económico de la Argentina.
Suponemos que en su frente interno, concretamente su novio Blanco, se le debe haber armado un zafarrancho de aquellos. Ambos tenían la intención de pasar una interminable luna de miel, y Oyarbide pensaba alejarse de la justicia con la jubilación que ya ganó por tanto tiempo en la Justicia.
Pero ahora que parece que a Oyarbide le están soltando la mano desde el Gobierno, o al menos ha perdido la consideración de muchos de sus protectores, retoma la versión que nos cuentan. El juez tiene pensado jubilarse pronto, muy pronto, casarse como no lo hizo entonces e irse a vivir al extranjero.
No debe ser sencillo para Oyarbide caminar por la Argentina como un ciudadano común. La gente tiene un sentimiento de bronca e impotencia y cuando el juez pasea por ciertos lugares donde hay concurrencia masiva, escucha insultos de todos los tamaños. Lo shoppings son casi lugares donde por excelencia se le hacen prohibitivos transitar al magistrado.
No sabemos si ya hay fecha aunque sí que será en el Hotel Alvear, por ser su lugar preferido para este evento.
La legendaria banda de rock "Vox Dei" tiene un hermoso tema llamado "Presente" en el que su letra reza: "Todo concluye al fin nada puede escapar... todo tiene un final, todo termina".
Como todo proceso político, el kirchnerismo también está en trance de retirada, no hay excepciones a esa regla que tan bien definió Ricardo Soulé, autor de la letra de "Presente".
El mayordomo que interpretó el fabuloso actor Antony Hopkins en el memorable film "Lo que queda del día" mostraba a un hombre consternado por la muerte de sus patrones, pero su linaje de servicio lo obligaba a buscar a quien servir para continuar el legado familiar de varias generaciones.
Pero no es el caso de Oyarbide. Seguir en la Justicia ya no tiene sentido, y es hora de partir. Más cuando su deseo es poder convertirse en el primer Juez homosexual que se atreve a vencer los prejuicios estúpidos (como todo prejuicio) de una sociedad bastante hipócrita y concretar esa boda fallida.
Y tomarse unas largas vacaciones, larguísimas. Vivir en un ambiente social que le es hostil -se lo ganó por mérito propio- y ver si en unos años la memoria colectiva se olvida de él debe ser uno de sus sueños recurrentes.
Cuando Oyarbide nos desmintió hace un año dijo que cuando él se casara sería el primero en anunciarlo e invitaría a todo el mundo. Esperemos lo haga pronto, aunque sabemos que nosotros -al menos el autor de este informe-, nunca figuraremos en su lista de invitados. Pero no nos quita el sueño estar en la lista de las personas "no bienvenidas" por Oyarbide. Es más, lo tomamos casi como un título honorífico jamás tener esa invitación en nuestras manos.