No tiene ni tendrá perdón
*Por Ricardo Roa. Las atroces muertes de Candela y de Tomás tienen una coincidencia y sólo una: se trata de dos niños, inocentes de toda inocencia. Pero los casos no son similares.
Candela fue víctima de un tejido de mafias que salpica a su propia familia. Delincuentes de diversas layas, pactos oscuros con sectores policiales oscuros del conurbano y narcotraficantes . Todo indica que a Tomás lo mató Adalberto Cuello, la ex pareja de la madre.
Candela estuvo 9 días secuestrada. El fiscal describe el crimen como una "venganza no convencional". El padre está preso. La madre es víctima y a la vez sospechosa. Hay ocho detenidos, pero hasta ahora no han logrado descubrir qué relaciones tenían entre sí.
Tampoco por qué fue asesinada la nena .
Si todo es como creen los investigadores, el asesino de Tomás no dudó en golpearlo hasta dejarlo muerto. ¿Cómo puede alguien golpear a un chico hasta matarlo y deliberadamente? Cuesta encontrarle palabras a semejante crueldad.
La escena es insoportable , no puede ni pensarse. Y sin embargo, ocurrió: le fracturaron los dos parietales y la base del cráneo. Le destruyeron la cabeza.
"Te voy a pegar donde más te duele" , le habría dicho Cuello a su ex mujer. Si llegó a concretar su amenaza, le provocó el dolor más grande que cabe imaginar en una mujer. En el mismo acto, mató a Tomás y mató a su ex pareja como madre de un hijo que no era de él . Es de la más retorcida y monstruosa violencia de género.
Cuello dice que a la hora probable del crimen había ido a ver a un amigo al que no encontró y esperó. Que volvió a su casa y subió a su facebook dos fotos . En una aparece junto al bebé que tiene con la madre de Tomás. La otra es un campo con una arboleda roja. Esa es su coartada. Hay otro modo de interpretarlo: como parte del plan que armó para demostrar su inocencia.
Tomás tenía 9 años y terminaba tercer grado. Recién empezaba a vivir.
No es humano lo que pasó . Y sin embargo lo es. El asesino no tiene perdón. Ni en esta vida ni en la otra, si es que existe.