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¿No pueden poner un vocero?

*Por Gerardo Young. La Presidente habla por cadena nacional o en los actos de campaña. Lo hace con evidente capacidad de oratoria, con el dramatismo que ha ido adoptando desde la muerte de él, con la fuerza de un monólogo teatral y último.

Pero no responde preguntas, no aclara, transita la ambigüedad, evita las precisiones incómodas e ignora a los periodistas . Y entonces, después, proliferan los intérpretes.

Como cuando Perón proscripto y en el exilio. Sólo que es la Presidenta. Y está acá nomás, enterita. ¿No pueden poner un vocero? En su discurso de la semana pasada en José C. Paz, la Presidenta cargó contra los sindicalistas que "vivan el nombre de Cristina y al otro día hacen exactamente todo lo contrario para que esto tenga problemas o se derrumbe". Lo que no dijo, el nombre del destinatario, generó caos entre los muchos intérpretes que compiten por ocupar los vacíos del enunciado cristinista.

¿Tenía razón el ministro Tomada, cuando aseguró que Cristina no se había dirigido a la CGT? ¿O la tenía Horacio Verbitsky, que interpretó que los aludidos eran sindicalistas opositores y, en todo caso, uno de los hijos de Moyano que había amenazado con parar el país? La voz de Aníbal Fernández puede no hacer ruido, pero sigue siendo el jefe de Gabinete. ¿Su opinión es reflejo de la Presidenta? ¿Y la del canciller Timerman, llamado a un cuasisilencio?

¿O vale más la de Cabito, el de 6,7,8? ¿Y cuál de todos los medios oficialistas refleja mejor al pensamiento de la Casa Rosada? ¿Los que descubrieron en Moyano al sindicalista que obtuvo beneficios para los camioneros a costa de los demás trabajadores? ¿O los que siguen negando que la Presidenta se haya dirigido a Moyano? El colmo fue del diario Tiempo Argentino , que interpretó el "Vivan a Cristina" como una evocación al discurso de Perón de 1973, tras la masacre de Ezeiza, cuando la furia lo llevó a decir que "no es gritando La Vida por Perón que se hace Patria".

Perón empezaba allí a sacarse de encima a los que más tarde serían sus "imberbes" y las víctimas de la Triple A.

Sus intérpretes no lo entendieron, venían de la proscripción, de silencios, de tecnologías precarias que debían cruzar un océano. Hoy la Presidenta está acá, enterita. ¿No pueden poner un vocero?