¡No me peguen, soy Jelinek! Los mensajes ocultos de la (¿ex?) de Leo Fariña
¿En qué se parecen los astrónomos de la NASA y la modelo argentina? Ambos envían señales al exterior sin saber por quienes serán recibidos. Cuando 50 mil dólares de mensualidad no alcanzan para vivir tranquila.
Por Jorge D. Boimvaser
@boimvaser
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Los científicos de la agencia aeroespacial más grande del mundo envían cada tanto señales grabadas de vida en la Tierra. Voces humanas, música, sonidos, imágenes y vibraciones de lo que ocurre en el Planeta. Si hay vida a millones de años luz de casa, sabrán cómo es la vida de los terrícolas. Alguna fuente E.T. quizás los reciban (tal vez no haga falta, quizás esos entes ya están entre nosotros). No sabemos la identidad del destinatario, pero le avisamos de nuestra situación en el Cosmos.
Salvando las distancias, Karina Jelinek está haciendo lo mismo que la NASA. Más humilde, desde su cuenta de Twitter envía mensajes ocultos no sabe a quién, pero espera sean leídos y decodificados de tal forma que sepan que su vínculo con Leonardo Fariña es "out".
Es algo insalubre seguir los mensajes de las estrellitas. Cada tanto parece que en la Argentina están por estallar mil bombas similares a las de Hiroshima, y estas damitas solo transmiten sus pequeñeces del momento. Color de esmaltes, gustos de helados, qué hacen y que no. Al menos la orquesta del Titanic interpretaba en medio de la desgracia para dar ánimo a los pasajeros en trance.
Vamos al edificio El Faro, top en Puerto Madero. Ahí reside Miguel Ángel Lamparelli, el hombre que le compró la Ferrari a Leonardo Fariña. Leo dice no conocerlo en persona, que se la vendió por intermedio de una concesionaria. No hay por qué descreer su versión. Pero al sumar el cúmulo de "casualidades" ya no alcanzan los justificativos. Porque Mr. Lamparelli es conocido en ámbitos de investigadores de delitos federales como un hombre que estuvo próximo a "Don Lucho" (Luis Caicedo Velandia), narco colombiano apresado en las inmediaciones del shopping Alto Palermo, vecino de Leo Fariña. Otra casualidad, sin dudas.
Hace pocas semanas, en las proximidades de El Faro se sabe que hay un par de personajes dando vueltas alrededor con la excusa de "busco alquilar". Preguntan y no concretan, pero son los extraños episodios que se viven en Puerto Madero. La vida en el sitio top es impredecible, en cualquier momento se sabe que compañeros de "mi sangre" andan en las inmediaciones. ¿Por qué si se sabe de esos vínculos entre personas vinculados al narcotráfico y el lavado de dinero, las fuerzas de seguridad no intervienen?
Hay muchas respuestas posibles. Una sencilla puede ser que "Súper Berni" es más leyenda que reputación. Al tipo le queda grande la fama que se quiere atribuir. Pero la respuesta más acertada es decir que los personajes a quienes nos referimos terminan siendo agentes dobles. Para asegurarse cierta impunidad, comienzan en el sendero narco y después buchonean para los organismos de seguridad. ¿Un caso? Ibar Pérez Corradi, el prófugo por la causa del triple crimen en General Rodríguez, era a su vez informante de la DEA. Se creyó más astuto que el diablo y reveló la identidad de su contacto en la Agencia Federal Antidrogas. Como esas cosas no las dejan pasar en USA, cuando le incautaron un paquete de pastillas de menta en Miami, le hicieron una mega causa de narcotráfico para que el resto de la comunidad de dobles agentes sepan que no hay que pisar en falso. Si Pérez Corradi hoy sigue impune es porque tiene contactos más fuertes que el de sus perseguidores, o porque la justicia que lo busca no está demasiado interesada en hallarlo. Se sabe que en General Rodríguez hubo killers venidos de afuera que hicieron el trabajo sucio y se fueron sin dejar rastro. De ellos nadie habla, solo se sabe que llegaron de Brasil. Es mano de obra muy cara, Pérez Corradi seguramente sabe de quiénes se tratan, entonces lo mejor es que tampoco lo encuentren al prófugo.
Volvemos a Karina Jelinek. Alguien le avisó que Leo Fariña entró en zona roja (no precisamente las zonas rojas de Europa), que cuando cae la lluvia de disparos cerca de las balas no discriminan entre santos y pecadores, y así nadie que está próximo a la víctima puede creerse a salvo.
Si Karina Olga venía recibiendo 50 mil dólares de mensualidad por mantener la apariencia de una unión nupcial, o se acabó la plata o hay que avisarle al mundo de los sicarios que no disparen, soy Jelinek.
Otro personaje con antecedentes en delitos complejos que forma parte del "Planeta Fariña" es un tal Adrián Gago. Hace más de un año, Gago y dos personajes más dejaron en "custodia" del Banco Piano una suma de 109 millones de dólares. Sí, no hablamos de cifras chiquitas. Una fortuna que ninguno de los depositarios puede justificar su origen.
Pero llegaron los controles cambiarios y el Banco especializado en transacciones con moneda de afuera le dijo a Gago y sus amigos que no pueden devolver ese dinero. Claro, la plata esa tiene varios dueños no identificados y el asunto ya tiene amenazas cruzadas, y nadie sabe bien dónde están los límites en esa cruzada que es invisible a los ojos del común de la gente.
Puede que Leonardo Fariña no conozca realmente a Lamparelli, pero sí conoce a Gago y fueron filmados juntos en el restó "Happening" y en otras reuniones en el mismo Banco Piano.
En ese entrecruzamiento de personajes vinculados por negocios que nunca terminan bien, quizás Karina Jelinek se sienta estar en el medio algo incómoda, y por esos sus mensajes a través de su cuenta de Twitter sean más para cuidar su pellejo que para avisarle al mundo que lo de Leo no va más.
50 mil dólares mensuales es mucho dinero, pero el pellejo no tiene precio. Para todo lo demás… ya sabés el slogan de la tarjeta de crédito.