"No hice nada que no me haya autorizado Prefectura"
*Por Diego Martínez. En 1976 y 1977 fue jefe del Departamento de Aviación de Prefectura, del que dependían los tripulantes y mecánicos de los Skyvan. Asegura que nunca llevó a personas secuestradas y que no tiene "ni idea" de si esa era o no una práctica habitual.
Hilario Ramón Fariña fue en 1976 y 1977 jefe del Departamento de Aviación de Prefectura, del que dependían los pilotos y mecánicos de los Skyvan, el avión que protagonizó el vuelo de la muerte por el cual el fiscal Eduardo Taiano pidió esta semana la detención e indagatoria de tres pilotos. Según su legajo, Fariña tenía "poco prestigio entre sus superiores". Ex subordinados consultados por Página/12 lo recuerdan como un hombre "temible". En enero de 1984 fue denunciado ante el gobierno de Raúl Alfonsín como "quien se encargaba de tirar desde los aviones Skyvan al mar a la gente secuestrada y torturada en la ESMA". A pesar de la denuncia y de confesión de Adolfo Scilingo, que estuvo a punto de caer al vacío mientras tiraba al mar a personas adormecidas desde un Skyvan, Fariña nunca rindió cuentas ante la Justicia. Pasó a retiro en 1986, fue en 2001 jefe de seguridad de la agencia Seguridad Zabala SRL, con domicilio en Villa Dominico, Avellaneda, y en 2007 Prefectura lo nombró "jefe honorario del Servicio de Aviación". Hoy tiene 82 años y vive en Necochea.
–Lo llamo para hablar de los vuelos con secuestrados en los Skyvan cuando usted era jefe –propuso Página/12 el lunes, antes de que trascendiera la decisión de Taiano.
(Largo silencio) –Pregunte en Prefectura, dependíamos de Operaciones. Vaya al edificio Guardacosta. Todo lo que hacíamos está registrado ahí. En operaciones y en Aeroparque, en la torre.
–Vi los registros pero omitieron que volaban con secuestrados.
–Yo no hice ningún vuelo anormal.
–¿Cómo se explican vuelos de más de cuatro horas, nocturnos, que despegaban y aterrizaban en Aeroparque?
–Seguramente eran de adiestramiento. Mientras yo estuve no hice nada que no me haya autorizado Prefectura y que no me hayan mandado por radio.
–¿Trasladar a personas vendadas y drogadas era habitual o esporádico?
–No tengo idea, lo nuestro está todo escrito.
–Hay vuelos que no tienen ninguna finalidad registrada. ¿A qué se debe?
–Todos tienen. Puede ser alguno de mantenimiento, no sé, no me van a prestar un avión para pasear.
–¿Podrán ser vuelos en los que se tiraba gente al mar?
–No tengo idea. Lo que hemos hecho es lo que correspondía, era todo normal. En la torre de control tiene que estar guardado el motivo de cada vuelo. En forma clandestina jamás hemos salido.
–¿Cuál era su lugar físico de trabajo?
–En el puerto nuevo.
–¿Cada cuánto iba a Aeroparque?
–Cuando nos ordenaban algún vuelo, íbamos y cumplíamos. Aeroparque era un lugar público.
–Scilingo relató que...
(Interrumpe) –A Scilingo no lo conocí y no lo conozco, llame a la Armada.
–Scilingo estuvo a punto de caerse desde un Skyvan y ese avión dependía de usted. ¿Mintió Scilingo? ¿Admite que ese vuelo existió?
–No puedo admitir nada, tiene que preguntar en Prefectura.
–Prefectura no va a admitir nada, le pregunto a usted como persona y como piloto. ¿Se veían los detenidos desde la cabina? ¿En qué condiciones estaban?
–¿Quiénes? No lo sé.
–Es chiquito el Skyvan, no podían no ver si había personas vendadas.
–No llevé personas vendadas ni secuestradas. Vaya a Prefectura, a lo mejor ahí le informan. Nunca se hizo nada que no se registrara y no haya sido autorizado por Prefectura. No tengo nada para contarle que sea anormal.
–¿El vuelo que relató Scilingo sería un vuelo normal?
–No lo sé, no puedo contestar nada.
–Usted fue denunciado en 1984 por tirar secuestrados de la ESMA al mar. ¿Qué hicieron con esa denuncia en Prefectura?
–No sé, no me pregunte, yo a usted no le voy a decir nada.
–En las planillas consta la finalidad del vuelo. ¿Qué palabra usaban cuando trasladaban secuestrados?
–No tengo idea. Vaya a Prefectura, pregunte.
–Prefectura aportó casi tres mil planillas de vuelo. ¿Qué significa vuelo de "navegación"?
–Práctica de navegación. Para estar preparado ante una zona de tormenta, por ejemplo. El hombre tiene que estar capacitado para volar en cualquier condición. Hoy hay simuladores, en aquella época no existían.
–¿Los vuelos nocturnos eran habituales?
–Bueno, hasta los ’60 se volaba de sol a sol y después la torre se cerraba hasta el día siguiente. Después se hicieron también vuelos nocturnos, y para eso hay que practicar.
–Un vuelo en el que no consta finalidad, que dura casi cinco horas, despega y aterriza en Aeroparque, ¿qué finalidad pudo haber tenido?
–Siempre está la finalidad, en algún lado está escrito. Si no figura, no tengo la culpa. No éramos un ente desarticulado, siempre tuvimos dependencias, nos daban una orden y teníamos que comunicar a la torre.
–En muchos vuelos figura la cantidad de tripulantes y hasta se identifica a marinos o prefectos por su apellido. ¿Por qué los vuelos con detenidos figuran sin tripulación?
–Si no figuran es porque no se habrán transportado.
–Hay constancias de sobrevivientes que viajaron.
–No le puedo decir nada. Yo dependía de Operaciones, ellos digitaban, decían qué había que llevar, qué no.
–¿Usted ordenaba no registrar a los detenidos?
–Se registraba todo lo que se hacía.
–¿Hablaban entre ustedes de los vuelos de la muerte o era un tema tabú?
–Yo por lo menos lo he escuchado después.
–¿Cuándo?
–Cuando se empezó a ventilar.
–¿Y le resultó extraño o familiar?
–Bueno, siempre de todo lo que se dice habrá un cincuenta por ciento de verdad y otro cincuenta de fantasía. Siempre digo como Falú, que toca la guitarra y alguna palabra...
–Los vuelos están probados, hay confesiones, hay personas identificadas que estuvieron en la ESMA.
–Averigüe si pertenecí a la ESMA o estuve en algún lugar. Yo era jefe de la división aviación de Pre-fec-tu-ra –levanta la voz.
–Sí, dependía de la Armada.
–Pero a mí la Armada no me daba órdenes.
–Se las daba a su jefe.
–Usted tiene que ir a la fuente.
–Por eso lo llamo.
–Hubo un montón de jefes.
–Pero usted fue jefe en 1976 y 1977.
–¿Eso qué tiene que ver?
–Son los años con más personas desaparecidas.
–No tengo nada que ver.
–¿Alguna hipótesis sobre el destino de los desaparecidos?
–Ninguna hipótesis, de nada.
–¿Ningún remordimiento?
–Tampoco. Tengo la tranquilidad de haber hecho lo que correspondía. Lo que hice fue todo normal.