¿No era obvio que todos tenemos que usar barbijo?
Hasta hace unos pocos días muchos profesionales descartaban fervientemente el uso del barbijo. Hoy, lo recomiendan. ¿No era obvio que es una herramienta útil?
Empecé a escribir esta nota el 16 de marzo, cuando la pandemia recién llegaba a Argentina, y cuando la perspectiva sobre el "tapabocas” era muy distinta a la de ahora. Eran contados los doctores que no lo desestimaban.
Hasta hace unos pocos días muchos profesionales descartaban fervientemente el uso del barbijo. Hoy, lo recomiendan. ¿No era obvio que es una herramienta útil?
En países de los cinco continentes, como China, Chile o Eslovaquia, el uso de la mascarilla durante estos días es moneda corriente, una recomendación oficial ¡En Israel hasta se cobran multas a quienes no la usen! En provincias de nuestro país como Jujuy tomaron la misma medida y así también es una obligación en Zárate, partido de la Provincia de Buenos Aires. Frente a esta imposición de profesionales de todo el mundo, ¿cómo sugerir lo contrario sin pestañear?
No solo se desestimó el uso del barbijo sino que fue recurrente el juicio, con una insistencia bastante agresiva, hacia quienes sí lo usan. Cada uno puede protegerse como le plazca; el popular “tu derecho termina cuando empieza el del otro”. Pero con este instrumento, uno no solo se protege a sí mismo, sino que también protege a los demás.
Hubiese sido mucho más prudente que los profesionales no descarten de plano el uso de esta herramienta, para empezar, solo por el hecho de que a este tipo Coronavirus se lo conoce desde hace menos de tres meses, como para dar una sentencia firme e inamovible sobre algo que podría salvar vidas. Sostener con desconocimiento que no se utilice el barbijo es soberbio.
Específicamente sobre este tema, algunos doctores ejercieron con irresponsabilidad el lugar de autoridad (y de suma atención, sobre todo últimamente) que tiene un médico. El barbijo funciona como barrera. Si es barrera para el infectado, lógicamente también lo es para el que no lo está. Barrera para el infectado es seguridad para la población general.
¿Qué pasa si no sabemos que la persona infectada lo está? O un infectado asintomático. Un ciudadano que no desea cubrirse, otro que no comunica lo que le sucede, una persona inconsciente y otra que acata el consejo de estos profesionales. En caso de que se den estas situaciones es que es necesario que todos nos tapemos en vez de tomar la recomendación de varios infectólogos que cancelan de plano lo que muchos aseguran que funciona exitosamente, y que juzgan a quienes deciden ser precavidos.
Siguiendo el hilo, puro sentido común: cuando la distancia segura -dos metros- no se mantiene, todos deberíamos usar barbijo. ¿Por qué, si no, lo usa el personal médico y todos los que están en contacto con el Covid_19? La estigmatización hacia este elemento, el relato que dice que “no sirve para nada” es egocéntrico, autoritario, e inconsciente, además de erróneo.
Cuando se desaconseja el uso de esta protección usualmente se nombra asociado a esta afirmación la falta de insumos. Si es que descartan el barbijo para todos los ciudadanos porque no hay insumos suficientes, entonces, ese, ya es otro tema.
Dejá tu comentario