Niña sobrevive comiendo el triple de grasa de lo normal
Una nena de 9 años padece una rara enfermedad por la cual debe seguir una dieta hipercalórica que incluye varias porciones de pizza, crema y bañar sus comidas en aceite.
Tener que comer una gran cantidad de grasas por prescripción médica, para algunos puede ser un sueño, pero para Amy Paterson, es una pesadilla.
La niña de nacionalidad escocesa, padece "El síndrome de deficiencia de GLUT1", una rara enfermedad, hereditaria e incurable por la cual debe seguir una alimentación totalmente opuesta a la que debería seguir alguien de su edad.
Según informa el diario británico, the Daily Mail, Amy sufre una patología que sólo padecen 25 personas en Reino Unido y 100 en todo el mundo, y que consiste en que el cerebro no asimila los nutrientes de una alimentación normal.
Como el cerebro no consigue recibir el suficiente alimento que necesita para desarrollar las actividades comunes normalmente, debe consumir el triple de grasas o de lo contrario podría sufrir convulsiones mortales.
Amy sufrió su primera crisis con tan sólo ocho semanas de edad y el cuadro se repitió cuatro meses después. Los médicos no hallaban respuesta a los síntomas y por esto, sus padres, Michelle y Allan acudieron a varios médicos.
Luego de varios diagnósticos fallidos, le detectaron la verdadera enfermedad a los siete años, en el Yorkhill Royal Hospital for Sick Children en Glasgow.
La enfermedad está causada por un gen defectuoso heredado de uno de sus padres y que no permite que la glucosa se transporte al cerebro de manera eficiente, dejándolo hambriento de energía.
Ahora la niña debe seguir una dieta de 1482 calorías con seis comidas al día que incluye varias porciones de pizza, crema, o bañar sus comidas en aceite.
La niña de nacionalidad escocesa, padece "El síndrome de deficiencia de GLUT1", una rara enfermedad, hereditaria e incurable por la cual debe seguir una alimentación totalmente opuesta a la que debería seguir alguien de su edad.
Según informa el diario británico, the Daily Mail, Amy sufre una patología que sólo padecen 25 personas en Reino Unido y 100 en todo el mundo, y que consiste en que el cerebro no asimila los nutrientes de una alimentación normal.
Como el cerebro no consigue recibir el suficiente alimento que necesita para desarrollar las actividades comunes normalmente, debe consumir el triple de grasas o de lo contrario podría sufrir convulsiones mortales.
Amy sufrió su primera crisis con tan sólo ocho semanas de edad y el cuadro se repitió cuatro meses después. Los médicos no hallaban respuesta a los síntomas y por esto, sus padres, Michelle y Allan acudieron a varios médicos.
Luego de varios diagnósticos fallidos, le detectaron la verdadera enfermedad a los siete años, en el Yorkhill Royal Hospital for Sick Children en Glasgow.
La enfermedad está causada por un gen defectuoso heredado de uno de sus padres y que no permite que la glucosa se transporte al cerebro de manera eficiente, dejándolo hambriento de energía.
Ahora la niña debe seguir una dieta de 1482 calorías con seis comidas al día que incluye varias porciones de pizza, crema, o bañar sus comidas en aceite.