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Nieve en Europa: problemas en aeropuertos hasta Navidad

Miles de pasajeros pasaron la noche en varios aeropuertos europeos mientras las autoridades se preparaban para los inconvenientes por la falta de servicios de transporte en una fecha clave.

A pesar de que hoy se registró un respiro en la situación meteorológica, en medio de una tormenta de nieve que azota el Viejo Continente desde el pasado jueves, algunos aeropuertos como el londinense de Heahtrow, el de Francfort o el parisino de Charles de Gaulle, se preparan para unas pre-navidades caóticas.

Por eso, la "postal navideña" de la Europa nórdica corre el riesgo se parecerse este año más al retrato de la desesperación, de cientos de viajeros durmiendo en las salas de los aeropuertos, que al del regocijo.

Las imágenes retrotraen a las de abril pasado, cuando una nube de ceniza volcánica procedente del volcán islandés Eyjafjallajoekull retuvo en tierra a siete millones de pasajeros, produjo la cancelación de 20.000 vuelos, y dejó 180 millones de euros diarios en pérdidas: el mayor impacto negativo en la aviación europea desde los atentados de 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Heahtrow, el aeródromo más importante en la Europa no continental recuperó hoy parcialmente su actividad, después de un fin de semana caótico, en el que, debido a la peor nevada registrada en el Reino Unido en varias décadas, miles de pasajeros pasaron la noche en sus terminales y numerosos vuelos fueron desviados a otros puntos, entre ellos Bruselas.

La autoridad aérea británica (BAA) lanzó esta tarde un mensaje poco esperanzador: el caos aéreo en la isla británica podría durar hasta Nochebuena e incluso durante las fiestas de año nuevo.

Según este organismo, hasta este mediodía sólo pudo operar un tercio de los vuelos programados.

El tono de la BAA fue lapidario: "los viajeros con destino o salida de Reino Unido deben hacerse a la idea de que deberán soportar muchos retrasos y suspensiones de vuelos. La situación podría prolongarse hasta Navidad o más allá", aseguraba un portavoz de Heathrow.

En Bélgica, convertida en un punto de desvío al que van muchos vuelos que no pueden aterrizar en Londres, la situación fue compleja: las autoridades de su principal aeropuerto internacional, el de Zaventem, se quedaron sin el líquido anticongelante indispensable para que los aparatos puedan volar con temperaturas extremas (de 50 grados centrígrados bajo cero e incluso menos).

Por eso, el aeródromo anunció que cerrará todas las operaciones al menos hasta el miércoles: el líquido anticongelante es indispensable para rociar las alas, flaps y alerones, además del timón de la nave, y evitar que los aparatos sean incontrolables en pleno vuelo.

"Debido a la escasez y problemas de suministro de líquido anticongelante para aviones, será imposible volar con salida desde el aeropuerto de Bruselas a partir del lunes por la tarde", aseguró el aeropuerto en un comunicado.

Pese a eso, un miembro del equipo de descongelamiento aseguró al periódico flamenco "De Standaard" que en realidad "nadie sabe" cuando se podrán retomar las operaciones normales.

En tanto, cientos de personas se vieron obligadas a pasar esta noche en el aeropuerto de Fráncfort, mientras que en toda Alemania se produjeron retrasos en el transporte ferroviario y graves atascos en las principales carreteras.

"Ya hemos anulado unos 300 vuelos", dijo a primera hora una portavoz del aeropuerto de Fráncfort, el mayor de Alemania y uno de los principales de Europa.

Los aeropuertos parisinos de Orly y Charles de Gaulle funcionan hoy de nuevo tras cierres temporales causados por la ola de frío y nieve. Orly, ubicado al sur de París, tuvo que ser cerrado por completo a primera hora por el temporal. La empresa encargada de la administración de las terminales advirtió sin embargo de que seguirá habiendo retrasos.

Más de 3.000 personas tuvieron que pasar la noche en Charles de Gaulle, el principal aeropuerto de Francia, debido a la cancelación de cientos de vuelos el domingo por el hielo y la nieve.

A pesar de que las autoridades alemanas, francesas, británicas u holandesas recomiendan usar el tren o el autobús, en lugar del avión, numerosas líneas sufren fuertes retrasos, entre ellos el tren de alta velocidad Thalys, que une Bruselas con París, Londres y Ámsterdam.