¡Arde Tele!
Netflix, más que empresa de entretenimiento, un gran profesor de geografía
Viajar por toda España nunca fue tan fácil. Aquí, un compendio de exitosas series de la plataforma de streaming que sacan a la luz desde el sabor del Cantábrico hasta los paisajes del Mediterráneo. Lo mejor de España en unos cuantos capítulos y sin cortes.
El crecimiento de las producciones audiovisuales en España ha acercado a personas de todo el mundo la cultura, el patrimonio y la riqueza de este país.
Partiendo de que las grandes historias son una gran forma de viajar, el Instituto de Turismo de España (TURESPAÑA) y Netflix han presentado "Spain Travel Guide" ,un mosaico de historias que conforman la esencia del país. La ficción española promueve la Marca España a nivel internacional. Estas son algunas de las series que nos permiten conocer lo mejor de la Madre Patria.
La casa de papel - Extremadura
La casa de papel ha sido una de las producciones españolas con mayor impacto no solo a nivel nacional sino también internacional, siendo la primera serie de origen español en ganar un premio Emmy. La producción, creada por Álex Pina, relata la historia de una banda de ladrones que quiere perpetrar el robo más grande de la historia. Una trama que se ha convertido, según los datos de Parrot Analytics, en la serie más demandada del mundo, y cuyo esbozo de la primera temporada se ideó en la ciudad extremeña de Mérida, lugar donde el guionista, Javier Gómez Santander, diseñó las líneas maestras del robo a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre que da comienzo a la serie.
Gambito de dama - Cataluña
En el taller familiar Rechapados Ferrer, situado en la pequeña localidad catalana de La Garriga, se fabrican desde los años 60 tableros de ajedrez artesanales. «Uno a uno», subraya su gerente. En 2019, algunos de sus tableros aparecieron en la galardonada serie Gambito de dama, una producción de Netflix. Desde entonces, se han disparado los pedidos en una fábrica donde, como sucede en muchos otros talleres artesanales, el oficio y la pasión se funden en uno.
Las chicas del cable - Castilla-La Mancha
Madrid, año 1928: varias mujeres empiezan a trabajar como operadoras de una fuerte empresa telefónica. Pronto, el ambiente se enrarece, fruto de las dinámicas a las que se enfrenta el país. Romances y envidias se suceden en una lucha por la independencia personal marcada, a su vez, por una dura búsqueda de la amistad. Las chicas del cable, una de las primeras series producidas por Netflix en nuestro país, ha aprovechado la inherente belleza de Castilla-La Mancha para rodar, allí, algunos de sus episodios. Guadalajara, Sacedón y Brihuega son algunos de esos lugares escogidos; lugares que, aún hoy, mantienen la magia que pudo sentir Miguel de Cervantes.
The Crown - Andalucía
En el capítulo 6 (‘Tierra de nadie’) de la cuarta temporada de The Crown, el viaje que realizaron los Príncipes de Gales en la década de los 80 a Australia se recrea en realidad en el centro de Málaga. Es en la calle Marqués de Larios donde Lady Di se baña en multitudes y descubre la pasión que despierta allá donde va. De la escena destaca un espectacular travelling que va desde lapiscina de la azotea del AC Málaga Palacio hasta la calle, donde cientos de fans se agolpan para ver de cerca a la princesa.
The Witcher - Canarias
Una serie de ficción como The Witcher, plagada de hechizos, secretos y seres fantásticos, necesitaba escenarios que le proporcionaran la atmósfera adecuada. Lugares que fueran en sí mismos fuente de belleza y misterio y aportaran de forma natural esa dosis de magia que la adaptación televisiva de las novelas de Andrzej Sapkowski precisaba. Tal vez por esa razón, sus creadores escogieron los paisajes naturales de las islas Canarias para rodar gran parte de las peripecias del cazador de monstruos Geralt de Rivia y el resto de personajes de la saga.
Diecisiete - Cantabria
Diecisiete, escrita y dirigida por Daniel Sánchez Arévalo cuenta una historia pequeña, pero enorme en matices y mensajes. Y precisamente por eso necesitaba escenarios expansivos y bellos, como solo las regiones de Cantabria podían proporcionar. Los paisajes que se suceden a lo largo del metraje se convierten en personajes imprescindibles de la trama. Desde su arquitectura industrial hasta su naturaleza salvaje, pasando por sus pueblos medievales, esta tierra llena de contrastes se convirtió en el mejor plató imaginable.
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