Necesito mucha terapia
Cirio, en Francia, tras la crisis familiar.
Sabe que la vida le dio muchos motivos para sentirse privilegiada, pero que también le hizo probar momentos amargos. Modelo, dueña de una figura envidiable y empresaria tenaz, Jésica Cirio (29) afronta nuevos retos que atentan contra su estabilidad emocional. Y recién llegada de unas vacaciones por la Costa Azul francesa, salió a la luz un tema que la afecta hace mucho tiempo, pero que ella preferiría ocultar. "Lo de mi padre es durísimo, mucho más grave de lo que se ve. Porque si bien ahora salió en los medios, yo lo vivo desde hace tres años. Debí acostumbrarme a tener que ver a esa persona de otra manera, y la situación te lleva a desarreglos terribles. Necesito de mucha terapia para entender qué es lo que me tocó, le confesó a CARAS la modelo de Leandro Rud, quien, sorpresivamente, ahora luce morocha. Me lo hizo mi colorista, Cristian, antes del viaje a Europa. Tenía miedo de cómo iban a reaccionar las empresas y los clientes, hasta que tomé la decisión.
Me encantó, me siento más cómoda y me veo mejor, porque combina con mi piel y con mis ojos.
Es más, creo que me quedo morocha para siempre (risas)".
Aprovechando que una de sus mejores amigas, Johana Trosman, viajó al Festival de Cannes, Jésica se sumó a la delegación. Y además de vivir el evento cinéfilo, descansó dos semanas en Mónaco, Saint- Tropez, Niza y Montecarlo. "Conocía la costa amalfitana, en Italia, pero no la francesa. Hice mucho mar y playa, nada de barcos. Y todas las mañanas salía a correr una hora para cuidar la línea. Siempre necesito verme bien, y como además forma parte de mi trabajo, hago muchas cosas para estar bien, tanto interior como exteriormente".
Momentáneamente sin pareja, Cirio está abocada de lleno a su spa ("acabo de abrir una franquicia nueva en Quilmes") y a un emprendimiento personal de electrodos, en el que se asoció con la firma Sprayette.