Necesidad de sumar a las mujeres a la cultura de la prevención cardíaca
Informes médicos dados a conocer en las últimas jornadas revelaron que, frente al fenómeno del tabaquismo, el corazón de las mujeres es más sensible que el de los varones y que tienen un 25 por ciento más de posibilidades de padecer enfermedad coronaria como consecuencia de este hábito, en comparación con los varones que fuman.
El estudio, realizado por equipos de las universidades de Minnesota y Johns Hopkins de Baltimore, en Estados Unidos, concluyó que los programas y las estrategias de prevención deberían dirigirse más a las mujeres, tomándose además en cuenta que el tabaquismo entre ellas va en aumento, y que en algunos países ese hábito tiene una prevalencia especialmente alta.
Lo cierto es que este trabajo se suma a otros, también de reciente data, reveladores de que, por primera vez en la historia, el número de muertes causadas por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) es mayor en mujeres que en varones, y que una de las causas de ello está en el aumento del consumo de cigarrillos, sobre todo entre las adolescentes.
Lo que más preocupa a los especialistas es que por el hecho de que en algunos países la incorporación de las mujeres al consumo de cigarrillos es reciente y que, por ello, los datos puedan estar subestimados. En este sentido, enfatizaron que, con las cifras en la mano, es crucial desarrollar una perspectiva femenina en las políticas de control del tabaquismo.
Es indudable, como lo remarcan fuentes médicas, que las mujeres deben adoptar en forma perentoria hábitos tales como los controles cardíacos periódicos y la adhesión a formas de vida saludables. Caminar de media a una hora diaria a ritmo sostenido, de modo que haya un registro de liberación de calor; incorporar a la dieta frutas y verduras o evitar el hábito de fumar constituyen los primeros e imprescindibles pasos para cuidar la salud del corazón. Daría la impresión de que son varones los que, mayoritariamente, ejercitan estas prácticas.
En lo que hace a la actividad física, los especialistas aconsejan la realización de actividades aeróbicas, controlándose los factores de riesgo después de los 40 años de edad y especialmente aquellas personas que tengan antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares. Esta conducta implica estar atentos a indicadores como la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos. El índice de masa corporal y el perímetro de la cintura son otros dos elementos a tener en cuenta y bajo control para evitar complicaciones.
Lo que está claro es que las mujeres debieran sumarse con mayor énfasis a la cultura de la prevención cardíaca, para lo cual es preciso que las autoridades sanitarias, incluso con el concurso del sistema educativo, impulsen fuertes campañas de promoción. Por lo visto, las mujeres también necesitan tomar conciencia de que deben cuidar la salud de su corazón.