Natalia Oreiro: vino al país con 300 pesos y se convirtió en la actriz más famosa de Argentina
Cuando arribó tenía 16 años, se alojó en una pensión en Palermo, y tras 20 años, pudo cumplir el sueño de su vida. ¿Quién es?
Natalia Oreiro tenía 16 años cuando llegó a Buenos Aires desde Uruguay con 300 pesos en el bolsillo. Su sueño era ser actriz: se alquiló una pensión en Palermo y apostó con todo a su deseo. Veinte años después es una de las mujeres más famosas del país.
"Uno elige toda la vida, pero a los 24 años, más o menos, tuve que decidir si quería seguir expandiéndome o pulir lo que tenía. Y preferí pulir. Tuve una revisión de lo que yo era y quise profundizar más eso. Me empecé a dedicar más al cine. Viajaba mucho, me ofrecieron irme a vivir a los Estados Unidos, continuar con una carrera pop. Nunca quise ser una bomba latina", aseguró Oreiro sobre la forma que fue tomando su carrera.
La actriz está su último film, Wakolda, y en ese marco habló su carrera, su intimidad y las elecciones que tomó para llegar a donde está.
"Me acuerdo perfectamente de la mudanza sola a Buenos Aires cuando me creía toda una mujer. Se me salía el corazón. Quedé elegida para una telenovela y mis padres me acompañaron dos días para ayudar a instalarme. Después, me las arreglé sola", contó al diario Clarín.
Y agregó: "Lloraba los fines de semana cuando regresaba porque veía en los ojos de mi papá la angustia de la pérdida de su nena. Pero me duraba diez minutos hasta salir de la terminal. Antes quería comerme el mundo. Ya no".
Natalia también habló sobre las complicaciones de ser conocida: "La fama no tiene ningún punto bueno. Es la consecuencia extrema de la elección de vida que tomaste. Pero es algo de los otros, lo que los otros ven de vos. No es algo que vos llevés adentro. Uno no puede hacer nada con eso que el otro ve. Yo no soy muy sociable. Soy bastante casera", dijo.
"Si me decís cuál es mi mundo ideal: debajo de un árbol durmiendo una siesta. O haciendo repostería. O cuidando la huerta. Este año tengo un poco de acelga, espinaca, unas frutillas chamuscadas, salvia, tomillo, orégano, perejil. Siempre plantaba de todo, pero con tanta televisión, mi huerta está precaria", concluyó.