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Nancy Dupláa y Pablo Echarri, escrachados por defender sus ideas, ¿es para tanto?

La famosa pareja había abordado un vuelo con sus hijos rumbo a Miami y sufrieron el repudio de otros pasajeros que los insultaron.... por defender a un gobierno.

Que peligrosa que es la intolerancia... es lo primero que me surge de la cabeza cuando leo lo que le tocó vivir a Pablo Echarri, a Nancy Dupláa y a sus pequeños hijos emprendiendo un vuelo a Miami.

Según la información que circuló, abordaban el vuelo y automáticamente hubo pasajeros que comenzaron a insultarlos, criticándoles que.... que... esteeem... bueno, en realidad no se entiende por qué.

¡Ah, si! Los criticaron por haber apoyado públicamente al gobierno nacional. ¿Es para tanto?

Si usted, estimado/a lector/a, me pregunta qué es lo que me repugna, se lo resumo: no hay derecho. ¿A qué? A insultar a alguien frente a sus hijos por una inclinación política. No ejerzo la militancia, no simpatizo en extremo con el actual gobierno que Echarri y su esposa defienden, pero si apoyo varias de sus políticas.

No me parece suficiente para que alguien agreda de semejante manera, haciendo aseveraciones tales como "¡Ja! Viajás con la plata que te dio Cristinita, no?". Bueno, si no hubiera existido "Cristinita", Echarri y Dupláa podrían perfectamente haber costeado de igual manera un viaje a Miami con sus hijos, así lo avalan sus más de 15 años como personajes de tal magnitud en la televisión.

Por otro lado, no me parece que dos personas sean tildadas de extremistas (o "militontos", como los llaman quienes profesan la intolerancia, casi como una religión), cuando Echarri va a la mesa de Mirtha Legrand y dice: "Reconozco la inseguridad de hoy y sé que no hay consuelo para los que la sufren, como la sufrí, cuando a mi papá lo secuestraron estuvo siete días".

Y puedo decirles que aplicaría el mismo razonamiento si en vez de alguien partidario al gobierno fuese alguien opositor. Por ejemplo, Jorge Lanata, para algunos un paladín de la verdad, para otros una lacra del periodismo, para mí un periodista opositor muy influyente, con quien coincido en un 0,01% de su discurso, pero le respeto una trayectoria intachable. Si Lanata estuviera en la sala de embarque, o ubicándose en una butaca de primera clase de Emirates, tendría el mismo derecho a viajar tranquilo sin sufrir una agresión verbalmente salvaje. Y si la sufriera, también escribiría ésta nota.

"Echarri se dice zurdo", protestaron algunos lectores de DiarioVeloz. ¿Por eso no va a poder viajar a Miami aunque los frutos de su trayectoria como actor le permitan irse dos meses? Claro que de alguien que se dice "zurdo" (nunca lo escuché afirmarlo textualmente) uno imagina antes una quincena en una localidad modesta de la costa atlántica antes que Miami, pero si uno tuviera los recursos para hacer el viaje, lo haría.

Pero también, el "zurdo", le dio la razón a Damián Szifrón cuando lanzó el polémico "Yo si hubiese nacido muy pobre, sin no tuviera las necesidades básicas cubiertas, creo que sería delincuente más que albañil". Ese día, Echarri dijo: "Yo opino lo mismo. Soy un tipo que tiene cierta ambición. Como he tenido posibilidades de desarrollarme no me he transformado en delincuente".

Me parece repugnante el escrache a Echarri, como también me parecieron muy desacertados los huevazos a Domingo Cavallo en la UCA, por citar un ejemplo políticamente opuesto.

Un viaje de placer es un viaje de placer, más si es en familia. No hay motivo para una humillación pública así. Y menos, por defender a un gobierno.