Nakazato, con las disculpas no alcanza
Declaró ante la fiscal y reconoció el delito. Eso no lo exime de la responsabilidad.
Oscar Nakazato finalmente declaró. El dirigente del fútbol infantil que estuvo 32 días desaparecido, porque se había fugado con la plata de una Liga de Fútbol, pidió disculpas por lo que hizo y dijo que iba a devolver la plata.
En la declaración ante la fiscal de Morón Cecilia Corpfield, que lo investiga por la presunta defraudación, no hizo más que reconocer su responsabilidad en el delito. Quedó claro que fue conciente de lo que hizo.
Las disculpas y el arrepentimiento, si es sincero, le puede jugar a favor a la hora de la sentencia, pero no lo salvará de su responsabilidad por lo sucedido.
Nakazato, que ya tuvo problemas por su adicción al juego hace una década, fue detenido en el porteño barrio de Retiro. No sólamente le arruinó las finanzas a una institución que se dedica a organizar campeonatos de fútbol infantil y herir la ilusión de miles de chicos, sino que provocó un enorme gasto del Estado provincial que, a través de la DDI de Morón, destinó fondos y hombres para investigar un caso complicado.
Nakazato apostó la plata que él debía cuidar. Deberá pedirle disculpas a su familia, a la Liga de Fútbol y a todos los que engañó. Pero la Justicia lo condenará, para que pague ante la sociedad por el delito que cometió.
Nakazato, con las disculpas no alcanza.
En la declaración ante la fiscal de Morón Cecilia Corpfield, que lo investiga por la presunta defraudación, no hizo más que reconocer su responsabilidad en el delito. Quedó claro que fue conciente de lo que hizo.
Las disculpas y el arrepentimiento, si es sincero, le puede jugar a favor a la hora de la sentencia, pero no lo salvará de su responsabilidad por lo sucedido.
Nakazato, que ya tuvo problemas por su adicción al juego hace una década, fue detenido en el porteño barrio de Retiro. No sólamente le arruinó las finanzas a una institución que se dedica a organizar campeonatos de fútbol infantil y herir la ilusión de miles de chicos, sino que provocó un enorme gasto del Estado provincial que, a través de la DDI de Morón, destinó fondos y hombres para investigar un caso complicado.
Nakazato apostó la plata que él debía cuidar. Deberá pedirle disculpas a su familia, a la Liga de Fútbol y a todos los que engañó. Pero la Justicia lo condenará, para que pague ante la sociedad por el delito que cometió.
Nakazato, con las disculpas no alcanza.