Murió Tristán a los 86 años
Se encontraba internado en el Hospital Tránsito Cáseres de Allende, de la ciudad de Córdoba, por una neumonía bilateral.
El actor y humorista Tristán Antonio Díaz Ocampo, conocido simplemente por su primer nombre, murió este sábado a los 86 años en un hospital de Córdoba tras permanecer internado en grave estado por una neumonía bilateral.
Tristán pasó sus últimas horas en una sala de terapia intensiva del Hospital Tránsito Cáceres de Allende, de la ciudad de Córdoba, bajo un "coma inducido con respirador artificial".
A Tristán lo acompañaron hasta último momento, además, Mariano y Victoria, sus otros dos hijos. "Rezamos para que se recupere aunque sabemos que está bastante complicada la situación", había asegurado el hijo del cómico con años de trayectoria en cine, teatro y televisión.
Hace más de una década, a punto de cumplir 50 años de carrera, Tristán tenía menos entrevistas que Luisana Lopilato en un semestre. "Fui bastardeado por los medios. Ustedes, por ejemplo, nunca me hicieron una nota", le dijo al periodista de Clarín.
"Ni ustedes ni otros medios que podría nombrarte, aunque se me iría toda la tarde. Por suerte existe el público...", destacó en esa nota.
Un personaje en todo sentido. Cuando empezaba a ganar bien en la tele, Tristán se compró un auto, un Honda Accord. 1979. "Me acuerdo bien porque lo llevé a bendecir a Luján". ¿Al auto? "Sí. Y de paso quería saludar a mi hermano, así que me acuerdo bien. Su casa quedaba en el camino y yo estaba por irme a Mar del Plata para hacer Gogó y Tristán, la campana hace tan-tan".
¿Qué clase de cura bendice autos importados? "Los sacerdotes de Luján te lo bendicen. El auto. Las llaves. Sería como bendecir la prosperidad", aseguró.
Tristán se la pasó internado los últimos tres años en un centro de rehabilitación ubicado en la provincia de Córdoba, a raíz de una fractura de cadera que sufrió hacía varios años, y de la que fue operado, pero jamás logró recuperar su movilidad.
A eso se le fueron sumando otros problemas de salud como el contagio de coronavirus, un paro cardíaco, un avance en su problema de demencia senil y complicaciones neurológicas.
Más de medio siglo de carrera. "Cuando debuté me habían hecho una líneas muy divertidas. Yo tenía que reemplazar a alguien que era mi segundo padre: Fidel Pintos. Jorge Porcel encabezaba, pero vio que la gente me aplaudía. ¿Sabés qué? Me dejó de hablar un año y medio", rememoró.
Otra sobre Porcel: "Ibamos a comer y se levantaba antes de que viniera la cuenta. La tercera vez que me la hizo le dije al mozo: 'cuando vos ves que se levanta, cobrale. Yo no pago más sus almuerzos'".
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