Mundo real vs. mundo virtual
La conjunción de Piratería-#STOPSOPA-Taringa!-Cuevana-Anonymous-FBI esconde algo todavía más difícil de leer de corrido. una guerra de los mundos que ha estallado este año.
Sería así: una civilización con sus reglas de juego acuñadas en siglos y siglos -para bien o para mal- plantea como amenaza a un joven "mundo virtual" que expresa una influencia monstruosa en la sociedad global actual.
Después de convivir casi tres décadas de manera más o menos simbiótica, la armonía entre ambas esferas parecería haberse quebrado.
El mundo virtual, de expansión en Internet, con sus avances impresionantes amasados en un contexto de libertad, sin reglas absolutas, con paradigmas móviles y sin limitaciones, marcó el rumbo de este nuevo siglo. Tal vez, en tiempos remotos, el mundo tradicional haya sido parecido. Alguien inventó un hacha y el resto dijo "me gusta"; un día una persona creó el fuego y todos empezaron a "seguirla".
El mundo tradicional, en cambio, resulta menos atractivo hoy. Estricto y sin aventura. Muestra signos de obsolescencia en sus estructuras, agotamiento social y dilemas económicos como la pobreza que, a primera vista, son insolucionables.
Pero, atención, sigue siendo "el real", "el viejo", "el padre". Y como tal, puede que haya decidido que ahora es el momento de encarrilar las cosas.
El patrón dólar
El patrón valor que ambos universos comparten es el "dinero". Este es quizás el punto más débil de la utopía de una "Internet libre". Ocurre que el dinero es uno de los alumbramientos más antiguos y más queridos por el mundo tradicional. Y, al parecer, no está dispuesto a que terminen arrebatándoselo sin dar pelea. Tal vez, cuando el mundo virtual -que algunos interpretan como "nuevo"- logre acuñar su propio "valor divisa" la relación de poder cambie.
Mientras tanto, la esperable independencia del planeta virtual es como un juego de niños al que se le festeja y apoya, siempre y cuando exista un lugar sin profanar: las reglas para hacer la "plata".
Al parecer, esta guerra no es tanto un tema de filosofía, como algunos interpretan, sino de elementos concretos como la tierra, el agua y el fuego. El cuarto elemento se llama dinero.