"Muero de ganas por darle un abrazo"

"La necesito, la busco, la extraño un montón. Muero de ganas por darle un abrazo", dijo Daniel Galle, el papá de Micaela, una de las cuatro víctimas de la masacre ocurrida hace cuatro meses en una casa de esta ciudad, y que hoy hubiera cumplido 12 años.

Al recordar a la pequeña -asesinada brutalmente en la masacre ocurrida en una casa de la calle 28- el padre de Micaela aseguró: "Siento un vacío enorme y me parece todavía increíble hablar de mi hija como que ya no está más".

Refiriéndose al aniversario, destacó que es la primera vez que en un cumpleaños de su hija no puede "verla ni escucharla", al tiempo que agregó: "Hace unas horas fui al Cementerio acompañado por familiares y le dejamos una ofrenda floral".

Galle se refirió de ese modo a su hija en una entrevista concedida al diario El Día de esta ciudad, en su casa de la calle 21 entre 37 y 38.

Respecto del desarrollo de la investigación del cuádruple crimen, el padre de Micaela sorprendió con una frase plena de optimismo: "Tengo conocimiento de que se ha sumado a la pesquisa personal de Gendarmería y gente de la Policía bonaerense especializada en homicidios. Confío en la capacidad de estas personas y creo que pronto van a surgir nuevas pistas".

Simultáneamente, Galle respaldó la actuación que viene cumpliendo el fiscal del caso, Alvaro Garganta, y señaló en tal sentido que "viene haciendo una tarea seria, por eso no estoy de acuerdo en este punto con Miguel Pereyra, el papá de Marisol (otra de las víctimas), en reclamar su reemplazo".

"Esto te cambia la vida. Me levanto y me acuesto pensando en que debe darse con quienes mataron a mi hija. Estoy todas las semanas moviéndome para que este caso no quede impune y presiento que estamos cerca de llegar a la verdad. Nunca bajé los brazos y la sociedad también pide que se esclarezca todo", afirmó.

Mientras la Justicia sigue intentando esclarecer cómo y quiénes desencadenaron la tragedia en el interior de esa vivienda, el papá de Micaela insistió en involucrar a Osvaldo "el karateca" Martínez, el novio de Bárbara Santos, otra de las víctimas que vivía en la casa donde se produjeron los crímenes.

"Sigo pensando lo mismo. Hubo un autor intelectual, quien contó con uno o dos secuaces, que asesinaron a las cuatro mujeres. Inclusive, se estableció que ellas tenían cuchilladas realizadas con mano derecha y con mano izquierda", consignó en ese sentido.

Consultado sobre las sospechas que la defensa que patrocina a Osvaldo Martínez ha centrado sobre el remisero Marcelo Tagliaferro -quien llevó hasta esa vivienda a Marisol-, Galle expresó: "confío en la testimonial que dio el remisero, pero tampoco hay que descartar nada. Se han hecho pericias sobre el auto que manejaba esa noche y se detectaron once huellas en base al luminol. Ahora hay que esperar a que se determine si son manchas de sangre o de otra cosa".