Mucho más que un asesinato
*Por Ricardo Roa. Lo de Candela es mucho más que el asesinato de una niña que apenas había comenzado a vivir . Es un muestrario de la ineficacia del aparato de seguridad del Estado y del enorme poder que han adquirido las organizaciones mafiosas.
Estuvo siete días secuestrada y los investigadores no acertaron con ninguna pista, pese a que se involucraron la propia Presidenta y todo el Gobierno bonaerense . Ninguno pudo hacer nada para salvarla.
Ahora está en la mira una banda que estaría integrada por ex policías o policías en actividad y captura narcos o familiares para cobrar rescates . Serían los mismos que dos meses atrás secuestraron a un tío político de Candela, con antecedentes de narcotráfico y mucho peso en una villa de San Martín.
Toda la familia proviene de ese barrio. El padre de la nena está preso . Y una ex pareja de su madre, también. Ese era el mundo de Candela, inocente de toda inocencia . No se podía descartar un hecho de pedofilia o trata de blancas. Pero no era un secuestro en una familia común.
La madre era víctima y a la vez sospechosa de ocultar información. ¿Cómo fueron calibrados semejantes datos? El fiscal general de Morón asumió el resultado " como un fracaso del sistema ". Fue el único que lo hizo, aunque el manejo del caso había escalado hasta la cima del poder.
La gente reclamaba justicia. Y fiel a su vocación de estar siempre frente a las cámaras , Scioli acompañó a la madre, con el fotógrafo oficial, hasta el momento en que apareció el cadáver. Se borró con la misma rapidez .
También se sumó a la escena un grupo de actores. Buscaron darle resonancia al secuestro y ayudar reuniendo información : recibieron once mil llamados telefónicos, que sólo contribuyeron a aumentar la confusión general.
La ministra de Seguridad cargó sobre la Bonaerense y la prensa. Cuándo no: las culpas afuera . Pero que operen bandas como la que mató a Candela, prueba algo más: la inseguridad siempre está presente.