Muchas balas para ser una defensa 

Gonzalo conoció a Romina cuando ella tenía 23 años y quería ser cantante. El primer contacto fue para ser su representante, un rol con el que la  llevó a un reconocido festival musical. Al poco tiempo iniciaron una relación que, entre idas y vueltas,  duró tres años y que estuvo marcada por celos y violencia. 

En cada distanciamiento, la joven volvía a la casita de sus padres en Montevideo, en cada separación, el hombre viajaba desde Maldonado a Montevideo a reconquistar a la joven, después de la reconciliación la agasajaba con buenos autos. Los familiares de ella siempre dudaron si esos autos eran de él o alquilados. Nunca dijeron nada, ahora hablan delante de cuanta cámara tengan adelante. En un posteo en Facebook, Bettina Díaz, madre de la pistolera, aseguró que el empresario tenía dinero, poder y contactos que les provocaban  temor. Lo raro es que nunca denunciaron nada, lo que me hace pensar que TODOS estaban muy cómodos viviendo de lo que la víctima les daba para solventar sus gastos. Pero, esto sólo lo sabe el malogrado varón.  

En la madrugada del trágico y sangriento lunes, cuando la joven vio llegar al singular empresario a la casa en la que se alojaba, sin dudar, tomo un arma y le disparo cinco veces.  

El abogado de la mujer y experta tiradora, basa su defensa en la legítima defensa, y el clan familiar de la mujer salió a defenderla públicamente. La madre de la joven, escribió textualmente en Facebook, que su hija transitó sola el embarazo de “alto riesgo”, y relató que durante ese proceso se vio “acosada constantemente” por su ex pareja. Era “víctima de amenazas por parte de un narcisista que le hacía vivir en estado de alerta su momento más vulnerable”. Para madre compungida y conmovida, por semejante calvario, suena a un cuadro muy bien estudiado y preparado, total la víctima era un personaje muy especial, con familia en Canadá, de donde escapó por sus problemas económicos y judiciales. En Uruguay, donde murió, tenía deudas y problemas legales por todos lados.

La joven y bella Romina, mostraba una vida de lujo en sus redes sociales, donde posteó fotos en autos de alta gama, practicando tiro y en una boda ficticia con Aguiar, que costó más de USD 150.000, y que tuvo como invitados a varias figuras del ambiente político uruguayo. 

La familia a modo de coro, relata a quien quiera oírlos, que no hubo denuncias por violencias porque Aguiar era una persona con contactos políticos”. “No es tan fácil hacer una denuncia. Si tenés a toda tu familia amenazada de muerte, no es tan fácil”.
En síntesis y a modo de reflexión, un personaje como el malogrado empresario, con enormes contactos políticos y  negocios turbios, es más valorado para TODOS muerto que vivo, y cinco tiros para una legítima defensa son demasiados, aparte quien podría sospechar de una mujer BELLA, VULNERABLE, y EXPERTA TIRADORA…